La plataforma ultraconservadora Hazte Oír a la que ya ni siquiera dan su apoyo público desde la Conferencia Episcopal Española (ni ningún otro sector oficial de la Iglesia católica) sigue adelante con su particular cruzada con el autobús transfóbico. Hoy, domingo 12 de marzo quisieron salir a las calles de Madrid, donde seguro que esperaban una respuesta masiva, como ocurría en sus convocatorias de hace años contra el matrimonio gay, y lograron reunir a unas… ¡300 personas!, según recogen medios como El Español.
Este hecho prueba el divorcio que existe entre Hazte Oír y la sociedad española, que no apoya campañas como las que encabeza este colectivo, que se ha autoerigido como abanderado del pensamiento de los católicos españoles. Parece que hoy sus numerosos seguidores prefirieron aprovechar el buen tiempo para tomar una caña en familia (a la salida de misa, suponemos) en vez de acudir a la llamada de Ignacio Arsuaga, presidente de la organización, que suele proclamar a los cuatro vientos que “somos muchos millones”. Tras el lema ‘Sí la libertad de expresión, no al adoctrinamiento’, la multitudinaria manifestación –que, recordémoslo, “no busca provocar”– se dirigió hasta el Ayuntamiento de Madrid. Las masas lanzaban proclamas tan ingeniosas como “El autobús no miente, ellos tienen pilila”, argumentado en que las pinturas rupestres (“los grafitis más antiguos de la humanidad”) así lo ponen de manifiesto.
Mientras colapsaban el Paseo del Prado, pedían “libertad de expresión, libertad de educación”, y criticaban que “los de la acera de enfrente” son “un grupo de poder” que se esconde “bajo banderas de colores”. Todo muy instructivo y de un gran nivel intelectual; acorde con esta organización que se autodefine como abanderada de un pensamiento cristiano que ya ni los obispos defienden.
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