Hace justo un año que la vida de Javier Raya sufrió un vuelco importante, al menos de puertas afuera. El patinador olímpico publicó una foto en su cuenta de Instagram que no imaginaba que tendría la repercursión que tuvo. “Subí una foto con mi pareja de manera casual, y la respuesta fue impresionante”. Porque supuso su salida pública del armario. “Las reacciones de la gente en general fueron muy positivas; recibí tanto apoyo que me sobrecogí, la noticia fue muy mediática y no me lo esperaba, fue muy bonito”. No tuvo ningún miedo a las posibles repercusiones, precisamente por esa naturalidad con la que compartió un momento concreto de felicidad con el mundo. “No me lo pensé ni dos veces. Ya vivía con total normalidad en mi entorno mi sexualidad, era solo en redes sociales donde no había mostrado nada”, explica. “No pensé en posibles reacciones de instituciones o patrocinadores. Y la realidad es que solo he recibido apoyo”.
Cuenta que su día a día no ha variado en absoluto. “Mi vida ha seguido igual, centrada en mi carrera deportiva. Y he tenido una buena temporada”. Obviamente, sí ha visto aumentar su relevancia como persona abiertamente gay. “He sentido más apoyo del colectivo LGTB, mi colectivo, que se ha volcado conmigo”. Y tras publicar aquella foto, su experiencia en el Orgullo de Madrid –que nunca se pierde– fue muy especial. “El del año pasado fue el más importante de mi vida, nunca se me va a olvidar”, asegura. Tampoco se ha querido perder el WorldPride, lógicamente, y una vez ha pasado, toca retomar su vida deportiva, en un momento clave para él. “A nivel profesional, esta es mi temporada más importante”, revela, “porque quizá sea la última. Y mi objetivo más importante serán los Juegos Olímpicos en febrero”.
“El colectivo LGTB se ha volcado conmigo”
Puestos a conocer curiosidades sobre Raya, nos cuenta que no le importaría atreverse con alguna canción de Conchita Wurst o de Lady Gaga para uno de sus programas, y que le encantaría que le diseñase un modelo de competición Balmain. Ahí es nada. Le preguntamos si, como deportista, tiene manías confesables, y solo se le ocurren las relacionadas con la alimentación. “Como siempre muy sano, porque es algo muy importante para mi rendimiento”. Aunque confiesa que algún fin de semana hace una excepción. “En esos casos me encanta comerme una hamburguesa del McDonald’s”, desvela con tono pillín. Entre semana vive por y para sus entrenamientos, fundamentales para seguir luchando por sus objetivos profesionales, ya sea en Canadá –donde pasa gran parte del año– o en España.
Le preguntamos cómo ve la actual obsesión de una parte importante de la población por el gimnasio, que no siempre busca, como Raya, estar en forma para un reto deportivo concreto. “Mucha gente se pasa la vida en el gimnasio porque lo que busca es presumir. Lo importante es cuidarse por cuestiones de salud, sin duda, pero si eso conlleva que la gente se sienta mejor al comprobar que su aspecto es más saludable, perfecto también. Lo que no es sano es obsesionarse con el gimnasio, ni meterse de todo para conseguir más rápido un objetivo”.
Del 1 al 10, asegura que él le pone un 7 a su cuerpo. “No soy de los que se pasan el día presumiendo en Instagram, por ejemplo; eso no es algo que me preocupe”. Aunque sí es muy consciente de que hay una parte concreta que llama mucho la atención tanto de amigos como de admiradores. “Siempre me dicen que tengo muy buen culo”, confiesa entre risas.
Volviendo a su disciplina, se suele dar por hecho que, por la sensibilidad que despliegan en la pista, la gran mayoría de los patinadores son homosexuales, en un claro ejemplo de cómo en ocasiones la plumofobia aparece donde menos te lo esperas. “Los estereotipos siempre van a estar ahí, y ese no tiene ninguna base real. ¿Por qué van a ser todos los patinadores gays y las futbolistas lesbianas? Sin duda, asumir eso es un claro caso de homofobia. Es verdad que los que somos gays en el mundillo del patinaje no tenemos problema en decirlo ni en vivir nuestra sexualidad abiertamente. Pero tenemos muchos ejemplos de grandes patinadores que no lo son”.
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