“Yo soy pasivo, muy pasivito, un muerde almohadas, culo tragón. Aspiradora, jinete pollas, un agujero, culo tragón”, cantan durante uno de los divertidos números de Grinder, el musical. El tema –que adapta y actualiza aquella popular canción infantil que decía “Soy una taza, una tetera, un plato hondo y un cucharón”– no solo es divertido y pegadizo, también es todo un himno del ‘orgullo pasivo’ que ayuda a desestigmatizar la pasividad, uno de los roles sexuales que más burlas reciben dentro y fuera del colectivo LGTB.
Grinder, el musical es una comedia provocativa y sin tapujos que viaja a través de nuestros tabúes sexuales dentro de la diversidad sexual en la que, afortunadamente, vivimos en los países desarrollados. La función es un musical gay, pero esta orientado exclusivamente hacia el público LGTB. Ni mucho menos. La obra es un grito a la libertad sexual, a la diversidad y el respeto. Para gritar todavía más fuerte, los chicos de este musical necesitarán de un público con espectadores activos, que participen sintiéndose usuarios de la popular aplicación de citas gays que da nombre a este show diferente, con mucho humor y sexo, ideal para sobrellevar el calor estival… o para calentarse aún más. Vuelve a Madrid próximamente en el Teatro Fígaro –Calle del Dr Cortezo, 5,–.
Además del Yo soy pasivo en Grinder, el musical, ha habido otros gestos mediáticos que también han dado visibilidad al Orgullo pasivo, los repasamos a continuación.
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Orgullo pasivo de José Confuso
[…] Encumbramos al hombre activo, al que posee, al que penetra, y dejamos en una posición sumisa al pasivo, al que recibe, al que es penetrado.
[…] Teorizamos sobre quién desempeñará cada rol en la pareja, sobre la predisposición de cada uno y exigimos unos requisitos mínimos a la altura del peor de los machismos.
[…] Toda esta situación, donde hablamos de pasivas y pasivazas, me lleva a pensar si no necesitaríamos también un movimiento de liberación, un orgullo pasivo, un pasivismo […]
Puedes leer el artículo Orgullo pasivo de José Confuso aquí.
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