“Nunca hemos vivido ninguna discriminación en nuestras familias, ni dramas por revelar nuestra sexualidad”, asegura uno de los miembros de la pareja, Ben Rogers. Y prosigue: “Cuando me revelé como homosexual pensé que una de las consecuencias era renunciar al matrimonio y a los hijos”. Su novio, con el que lleva 15 años, Mark Poidevin, también se opone a que la unión legal entre dos personas del mismo sexo se llame matrimonio en su país, Australia.
Sus argumentos nos dejan sin palabras: “Si hacemos una excepción con una comunidad, como las parejas del mismo sexo, ¿dónde pararemos? ¿Permitiremos matrimonios múltiples a comunidades de otras culturas? ¿Bajaremos la edad de consentimiento a otras minorías? A mí me preocupa adónde se puede llegar…”. En fin, sin comentarios.
En pleno debate legal en Australia sobre el matrimonio homosexual, declaraciones como estas han traspasado fronteras y sirven para que los medios más cavernícolas lo utilicen en nuestro país como arma arrojadiza contra la comunidad LGTBI, cuando está más que comprobado que en España el matrimonio igualitario es una cuestión más que aceptada, y que incluso miembros de la Iglesia católica han manifestado públicamente que ha sido beneficioso para la sociedad. Pero ellos siguen anclados en un debate no ya solo superado, sino estúpido.
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Mark Poidevin defendía hace años que se legalizara, incluso llegó a pedir a su novio casarse (imaginamos que simbólicamente o en otro país). Llevan 15 años juntos y quería dar ese paso. Pero su novio le dijo que no estaba de acuerdo con la ‘redefinición’ de la institución y que no quería hacerlo. Hoy día, Mark ha cambiado su postura y también se opone.
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Esta noticia sirve para que portales como Religion en libertad vuelvan a la carga con ese tema en España, donde el debate es inexistente, y la legalización de las parejas del mismo sexo está plenamente aceptada.
Como hemos, dicho Mark y Ben llevan quince años juntos, una relación “con nuestros altibajos, como todos”. Según el citado portal digital, Mark asegura: “Oigo comentarios que dicen que eres homófobo si no apoyas el matrimonio gay, pero yo soy un gay que dice que no es así, que tienes derecho a tu visión y que las personas deben ser respetadas. No apoyar una postura no significa que seas un intolerante”.
Lo dicho, sin palabras nos quedamos.
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