Es el primer papa que tiene guiños con la comunidad LGTBI, y su “¿quién soy yo para juzgar a un gay?” copó titulares en todo el mundo. Ahora ha dado una de cal y otra de arena al decir que está a favor de las uniones civiles homosexuales, pero no a que se llamen ‘matrimonio’. En el libro Politics and Society, que consiste en la publicación de 12 conversaciones entre el sociólogo francés Dominique Wolton y el Pontífice, asegura que prefiere una terminología diferente para la unión de las parejas del mismo sexo.
“La Iglesia ha tratado a los gays como leprosos”
“No podemos cambiar esto. Es la naturaleza de las cosas (…) Llamémoslo ‘uniones civiles’. No juguemos con la verdad”, dice al sociólogo francés, de 70 años, en el libro que en sus 417 páginas habla de otros muchos temas de actualidad social. Politics and Society se publicó el 6 de septiembre, y estos son extractos que se han adelantado algunos medios de información religiosa como Catholic Herald.
Hace unos meses, el papa nombró como asesor a un jesuita gayfriendly, sigue leyendo
Esta es la noticia que publicamos en Shangay cuando se conoció este nombramiento.
El papa Francisco sigue reforzando la imagen de la comunidad LGTB dentro de la Iglesia Católica. En esta ocasión, el paso que ha dado ha sido sorprendente: ha nombrado a un asesor gayfriendly para seguir con su lucha por la modernización y el respeto.
El sacerdote es una estrella en Twitter, donde cuenta con más de 120.000 seguidores. Su nombre es James Martin y es un jesuita liberal que apoya a la comunidad LGTB. El 13 de junio saldrá a la venta un libro en el que habla sobre cómo se pueden mejorar las relaciones entre la Iglesia católica y los gays.
En su perfil de Twitter podemos comprobar que este cura es un firme defensor de los derechos humanos y la comunidad LGTB.
Fr. Bryan Massingale: As a Catholic priest, I am against an executive order on religious liberty https://t.co/Ibpg3w45xE via @RNS
— James Martin, SJ (@JamesMartinSJ) 26 de abril de 2017
En declaraciones recogidas por Elisa Racque, Martin manifiesta que “hay que construir el diálogo entre la Iglesia y la comunidad homosexual”. Y añade que “los responsables católicos deberían dejar de decir que estas personas están afligidas por su sexualidad”.