Cuando se cumple un año de la trágica e inesperada muerte de Cristina La Veneno, varios famosos han decidido rendirle homenaje a la artista a través de Shangay. Alaska,Mario Vaquerizo, Valeria Vegas, King Jedet y el fotógrafo Louis Bou (más conocido como Mista) dan su opinión sobre un personaje que marcó un antes y un después en la televisión española, y nos dejan ver, a través de las anécdotas que vivieron con ella, que en Cristina no había ni trampa ni cartón, no había guion que seguir. Cristina era visceral, descarada y deslenguada, pero más humana de lo que muchos creen. Buen ejemplo de ello son los testimonios que estos rostros conocidos han compartido con Shangay, en un intento de reivindicar su figura y rendir honores a una estrella que, desgraciadamente, se nos fue demasiado pronto. Va por ti, Cristina.
ALASKA
Se encontraban en la inauguración del I Festival Cultura Basura (organizado por el centro cultural La Térmica de Málaga y su amiga Topacio Fresh) cuando Alaska y Mario Vaquerizo decidieron, delante de unos mínimos medios de comunicación entre los que estaba Shangay, dedicarle unos minutos a la memoria de La Veneno. “Siempre se nos ha llenado la boca al hablar de ella y decir que nos encanta”, comentó Alaska. La cantante lo tiene claro cuando le preguntan si un año despúes de su muerte, es necesario que se reivindique la figura de Cristina: “Odio que hablemos de reivindicarla, porque una estrella como ella no necesita reivindicación ninguna…”. Como anécdota, la cantante recordó un episodio vivido junto a su compañero Nacho Canut. “Este concierto está dedicado a Cristina La Veneno”, dijo Alaska al comienzo de un concierto que Fangoria ofreció en Adra, pueblo de Almería donde nació Cristina. Un episodio que la propia Alaska recuerda como una venganza (“con mala leche”, apunta) por todo lo que este pueblo le hizo pasar a La Veneno en su infancia y posterior juventud. “Solo hay que ver esos vídeos donde Cristina vuelve a su pueblo convertida en toda una estrella de la televisión y sus paisanos la reciben a pedradas, por favor…”, comentó Alaska. Un episodio en el que tuvieron que personarse los cuerpos de seguridad del pueblo, como podemos ver en la foto.
Cristina siempre tuvo palabras de admiración para Olvido. Fiel seguidora de la cantante, en la presentación del libro Ni puta, ni santa pudo agradecerle a Alaska lo mucho que la había ayudado en su adolescencia. Cristina contó que cuando su entorno en Adra la rechazaba y ella no encontraba explicación ninguna a todo el odio que le profesaban en su pueblo, se refugiaba en el A quién le importa de Alaska y Dinarama. Un escudo que ella misma utilizaba para luchar con las adversidades, que desde bien pequeña, la vida le fue poniendo.
«Hablar de La Veneno es hablar de nuestro mundo»
MARIO VAQUERIZO
“Para mí,ella ha sido una influencia, sobre todo a la hora de mostrarme y hablar en los medios de comunicación”, cuenta Vaquerizo cuando se le pregunta por la fallecida estrella televisiva. “Mario, es que te he visto por la tele y eres Cristina’, me dijo una vez David Delfín”, contó el lider de las Nancys Rubias. Pero de lo que realmente se siente orgulloso él es de poder haber tenido un trato cercano con Cristina, prueba de ello fue el día que se conocieron. “Había fallecido un amigo mío y de Olvido y yo ese día tenía que ir a ensayar con la banda de este amigo para un homenaje póstumo que estabamos preparándole. Recuerdo ir por la calle Tablada de Madrid, y antes de llegar al local de ensayo veo que en un balcón hay una rubia espectacular llamándome, ¡y era Cristina! Yo no tenía ni idea de dónde vivía ella, y le dije ‘Niña, ensayo y cuando acabe subo para tu casa’. Yo ensayé con estos músicos, compré unas cervezas y fui a visitarla. Me enseñó toda su casa, su habitación, me habló de lo mucho que admiraba a Olvido e incluso me regaló algunas fotos que guardo como un tesoro en mi casa”, cuenta emocionado.
Muchos se han excusado en que Cristina no merecía ser homenajeada por el simple hecho de ser un personaje freak. “Estoy hasta el coño de ver a frikis que van de serios y cansado de que se le trate a ella como un personaje freak, y que mucha gente se haya quedado con esa imagen de ella. La Veneno era una persona total”, sentencia Vaquerizo al respecto. “Teníamos una relación de cariño con ella, no de amistad, pero si de admiración mutua. Siempre decía ‘Alaska me cae muy bien porque es la única que me pone bien, y su marido igual, que le gusta mucho el mariconeo”, recuerda Vaquerizo entre risas. “Hablar de La Veneno es hablar de nuestro mundo. Un ejemplo de lo grande que fue son las maravillosas fotos de Matías Uris que están expuestas hoy aquí [Mario se refiere a la exposición Bad Taste de La Térmica de Málaga] y que fueron realizadas para la revista Candy Magazine. Todas se mueren por salir en Candy Magazine, y cuando hablamos de todas nos referimos a todas las grandes estrellas de Hollywood… ¿Y quién es la que sale en esa revista? La Veneno, posando con una bata de Palomo Spain que después fue usada por Beyoncé…”, apunta Mario, haciendo alusión a un curioso episodio que ya contamos hace semanas en Shangay.
MISTA STUDIO
Louis Bou, más conocido como Mista Studio, fue el encargado de poner imagen a uno de los sueños de Cristina; su propia biografía. El encargado de inmortalizar a esta antiheroína, fue causante de revalorar el estatus de una estrella algo apagada en los últimos años a través de una sesión de fotos a la altura del mito televisivo. El resultado del encuentro entre artista y fotógrafo todos lo conocemos. Estás imágenes se han convertido en todo un icono dentro de la carrera de la desaparecida vedette; ilustraciones, camisetas, sudaderas e incluso muñecas han inspirado las fotografías que realizó Bou.
Cuando se le pregunta qué significó para él La Veneno, Louis se deshace en halagos. “Ella era un icono en sí misma, no sabemos si de manera consciente o no. Una mujer única y deslenguada a partes iguales, que a mí me robó el corazón con su simpatía y su despampanante belleza. También en aquella España de los años noventa La Veneno nos abrió una pequeña ventana a la tan estigmatizada transexualidad, que en aquella época estaba ligada única y exclusivamente a la marginalidad de la prostitución. La Veneno se convirtió en la diosa Lumpen, pasando de ser de ser una criatura mediática a un icono en vida, para más tarde convertirse en un mito, en una leyenda”, nos cuenta el fotógrafo. En cuanto a la sesión de fotos previa al lanzamiento del libro escrito por Valeria Vegas, Mista guarda muy buenos recuerdos. “La sesión de fotos fue muy emocionante. Cristina se comportó como toda una profesional, supereducada en todo momento, en silencio, relajada, sabiendo que aquellas fotos eran para la portada del libro que tanto había soñado y que estaba ya inevitablemente convirtiéndose en una realidad. Nos contaba en loop sus anécdotas en el parque del Oeste, sus vivencias durante la época del Mississippi, se miraba al espejo y levantaba una ceja y nos decía: ‘Solo ha habido dos personas en la historia que supiesen levantar así la ceja, una de ellas fue Marilyn Monroe y la otra yo Cristina la Veneno…’, y claro, todos en el estudio nos enamoramos de ella al instante. Cuando empecé a disparar las fotos pude sentir que me teletransportaba a mi adolescencia, al verla con el mítico top y falda rojos, contoneándose al ritmo de Always on my Mind de Pet Shop Boys, su canción favorita, o de Can’t get you out of my head de Kylie, que inocentemente nos decía que esa de la Kylie la bailaba ella en la discoteca cuando era chiquillo”, recuerda Mista. “Recuerdo también la primera vez que sostuvo un ejemplar del libro en sus manos. Ella estaba muy nerviosa. No paraba de preguntarme: ‘¿Pero esta soy yo? ¿Yo soy así de guapa? ¿Y casi sin Photoshop? Si me parezco a la Macarena, con lo puta que yo he sido…’. La verdad es que las fotos no están tan retocadas como la gente pueda pensar. Una vez maquillada y con la peluca, Cristina volvía a renacer de sus cenizas cual ave fénix”, añade.
«Cristina llevaba tatuado el número de la bestia»
Señalada constantemente por su forma de vivir, Mista opina que “La Veneno fue efectivamente un juguete roto, una freak y todas las etiquetas que ella quisiera ponerse por montera”, comenta. “Ella no quería ser un ejemplo o un estandarte de nada. A ella solo le importaba que la gente la quisiera, la adorara, que la tratasen como a una estrella. La belleza y sus fans era lo único que le hacía feliz, quizás para olvidarse de su atormentada niñez o de la triste realidad que muchas veces le tocó vivir. A Cristina le resbalaba todo lo que la gente pudiese pensar de ella, era un ser libre, para bien y para mal, consciente o inconscientemente, en la delincuencia y en lo mainstream”, comenta el fotógrafo. Una mujer sin domar, la femme fatale perfecta que “llevaba el número de la bestia encima”, según Mista. “Cristina llevaba el 666 tatuado en la piel; triunfó en el 96, cayó en el 2006 (su periplo penitenciario) y resucitó y murió en el 2016…”, añade.
VALERIA VEGAS
Hablar de Cristina hace meses, era hablar también de Valeria Vegas. Causante principal del último resurgir de la artista, la periodista, escritora y actriz fue quien orquestó el resurgir último de La Veneno al ser la escritora de la biografía ¡Digo! Ni puta ni santa. Como si de una premonición se tratase, Valeria fue causante en primera instancia de entregarle a Cristina todo el cariño que el público le había tenido guardado tras estar varios años alejada del foco mediatico. En todo este tiempo, los vídeos de Cristina no paraban de acumular y acumular visitas en YouTube. Sus apariciones y enfrentamientos en el desaparecido ¿Dónde estás corazón? se viralizaban a través de gifs y un sinfín de vines que hicieron que el lenguaje espontáneo y sin filtro del que Cristina hacía alarde en estas apariciones se convirtiera en toda una jerga entre sus seguidores, popularizando expresiones como “¿Qué currículum tiene esta tarantula?” o el “¿Tú de qué me conoces a íi, peazo puta?” (que la propia Valeria se encargó de recoger en la parte final de la biografía de Cristina).
“Un fenómeno mediático que estaba por encima de las modas o el paso del tiempo. Era un ser auténtico, con todas sus consecuencias”. Así definía Vegas a Cristina en esta entrevista concedida a Shangay días después del fallecimiento de la artista. En el aniversario de esta pérdida, la biógrafa de La Veneno ha compartido con Shangay una carta donde nos relata cómo conoció a Cristina.
Recuerdo que mis dos amigas y yo pulsamos al timbre con miedo, pero teníamos que hacerlo. Más que miedo era el hecho de saber que estábamos invadiendo un espacio ajeno, pero con absoluto respeto. Al otro lado del telefonillo respondió la voz de Paqui, dueña de la casa. Preguntamos si era cierto que ahí se alojaba La Veneno y nos respondió afirmativa a la vez que algo desconfiada (hay que tener en cuenta que a ese botón pulsaban también algunos gamberros y bromistas de esos que carecen de gracia). Le dijimos que queríamos conocer a Cristina, que éramos muy fans. Accedió y nos indicó que había que subir al octavo piso. Ese trayecto en ascensor nos resultó a las tres más emocionante que cualquier montaña rusa.
Recuerdo perfectamente como al llegar arriba, La Veneno abrió la puerta apresuradamente, como si fuese ella la dueña de la casa. Estaba muy contenta de recibir esa visita sorpresa que quizás rompió la monotonía de una tarde cualquiera. Su amiga Paqui enseguida dio muestras de la hospitalidad que le caracteriza, siempre con algo que ofrecer de merendar a sus visitas, aunque fueran algo repentinas como la nuestra. Ambas comenzaron a sacar álbumes de fotos, donde cada instantánea tenía una anécdota. Eran incansables y yo tenía todo el tiempo del mundo para escucharlas. De repente estábamos sentadas al lado de esa misma Veneno por la que nuestros padres nos mandaban a ir a dormir cuando a las doce de la noche comenzaba el Mississippi. A los pocos días repetimos la visita, y así con asiduidad. De esa forma acabó surgiendo la idea de unas memorias, donde siempre tuve claro que era necesario reivindicar al icono televisivo y sobre todo a la persona que había detrás del personaje. Lo que siempre catalogué como una vida de película.
Nunca olvidaré aquella primera tarde.
JEDET
La relación de King Jedet con La Veneno es igual que la de muchas otras personas, que la vivieron desde el otro lado de la barrera como seguidores de la estrella. Fiel admirador de la artista, el youtuber recuerda la primera vez a Cristina. “Yo estaba en mi pueblo, viendo la TV, era niño, y recuerdo que apareció ella. Yo no sabía que era La Veneno y me quede embobado con su belleza. Me pareció una de las mujeres mas bellas que había visto nunca. Me encantaba su lenguaje, porque me sentía muy identificado con su forma de hablar. Era una princesa para mí”, comenta Jedet. “La relaciono mucho con la imagen de Jasmin de Aladdin, en su época del Mississippi”, añade. Pero las cosas se volvieron muy oscuras para la estrella televisiva, aunque en el año 2006 volvía a resurgir de sus propias cenizas. “Recuerdo también su época en ¿Dónde estás corazón?. No la reconocía, me parecía algo distinta, muy agresiva, pero a la vez muy ingeniosa. Y entonces fue cuando recordé que esa mujer era la misma persona de la que yo me había enamorado años atrás…”, comenta refiriéndose a la nueva oportunidad que la TV le dio a Cristina tras su paso por la cárcel.
No tuvo el placer de conocerla personalmente, pero igual que muchos otros, Jedet pudo ver a Cristina en persona en más de una ocasión por el centro de Madrid. Era habitual encontrarte con ella en alguna de las calles de Chueca o en la Puerta del Sol. “Yo recuerdo estar frente a unos espejos que hay en la boca de metro de Sol, mirándome, y de repente ella apareció tras de mí. Yo no sabía qué hacer. Era una mujer a la que le tenia (y le tengo) mucho respeto y ni siquiera me atreví a decirle nada. Más tarde coincidimos en el bar LL de Chueca, estaba desatada bailando. Esa fue la última vez que pude verla en persona. Un compromiso que tenía el mismo día que ella presentaba su biografía me impidió ir a conocerla como yo quería y poder hablar por fin con ella”, recuerda.
‘Aunque no la conociera personalmente, la echo mucho de menos’
Tal día como hoy, y después de ese baño de masas que supuso la presentación de aquella biografía, Cristina nos dejaba de forma inesperada. “Tengo muy mal recuerdo de ese día. Fue un día muy doloroso, además, el día que ella murió, Trump ganó las elecciones… Aunque no la conociera personalmente, la echo mucho de menos”, comenta. No hizo falta que Cristina y Jedet cruzaran palabra (pese a que hubiese sido un gran episodio), para que este tenga a Cristina como ejemplo a seguir en algunos aspectos. “Aunque el destino siempre la maltrataba, ella se agarraba a la vida de una forma brutal, a veces porque no le quedaba otra. Siempre había algo en ella, como un espíritu de luchador, que le animaba a seguir hacia adelante. Como una especie de filosofía de que ‘Si algo te trata mal, tienes que estar al frente, de pie’. Fue un ejemplo de mujer luchadora. Pese a todo lo que tocó vivir, siempre se esforzó en estar bien”, nos explica