Guille García-Hoz sueña con decorar un día un hotel, y confía en que llegará. Porque es consciente de la que experiencia juega a favor de decoradores como él, con una personalidad creativa e hiperactividad envidiables.
Quedamos en la tienda-estudio-oficina-sala de exposiciones de Guille García-Hoz, de 41 años, en la madrileña Travesía de San Mateo –tiene además una tienda en la calle Pelayo dedicada a cerámica–, y en cuanto cruzas el portal te invades de la filosofía vital y artística del interiorista que muchos califican como enfant terrible, pero que en realidad es un eterno niño que enseguida te contagia su pasión por la decoración, por los muebles, por auténticas obras de arte en cerámica y por todo lo que le rodea.
Siempre con un pie en el pasado y otro en el presente, con una pasión por lo vintage que no anula su evidente contemporaneidad. Y con una manera de entender el reciclaje y la sostenibilidad que, cuando la explica, suena a puro sentido común.
Su reciente premio en Casa Decor por el Espacio Samsung que ha diseñado, y que engloba a la perfección esa filosofía, es una manera más de reconocer su personal creatividad. Que incluye, además de sus proyectos de interiorismo, una colección en la que colabora con cerámica de Talavera, proyectos con marcas y acciones puntuales de comunicación.
Al final no es tan fácil definirle. “No tengo tiempo de aburrirme”, afirma. “Antes de la crisis tenía un estudio pequeñito con Adriana Ramiro y hacíamos bodegas. Nos ganábamos la vida bastante bien. Pero llegó la crisis y me di cuenta de que había que empezar a hacer de todo. En 2009 hice mi primer Casa Decor [un año antes había creado su estudio], me salió mi primera colaboración en televisión [Reforma sorpresa] y poco a poco fui metiéndome en un montón de historias diferentes”. Siempre relacionadas con su profesión, eso sí, porque tiene claro que los decoradores de su generación se han tenido que reinventar en cierta medida. “Es un poco más exigente, pero mucho más divertido”.
SHANGAY ⇒ ¿Qué decoradores actuales te gustan especialmente?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ De entre los que son más jóvenes que yo, me gusta mucho Miriam Alía. Lo que plantea es muy fresco, no tiene nada que ver con lo anterior. Héctor Ruiz Velázquez también hace cosas muy chulas. Creo que es importante conocer el trabajo de otros decoradores, aunque no te llamen mucho la atención, porque de todo se aprende. Con los años me he dado cuenta de que hay que rebajar el ego; la edad te hace más prudente.
SHANGAY ⇒ ¿De quién confiesas haber bebido mucho?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Salvando las distancias, porque no soy tan artesano como él, me ha inspirado siempre William Morris. Su obra tenía un contenido social importante y eso me parece muy relevante, porque en un momento pensé que nuestra profesión era demasiado frívola, y no.
Puedes producir de manera sostenible, por ejemplo; en España, con una calidad y una artesanía muy buenas. Nosotros también podemos contribuir a cambiar el mundo con pequeñas decisiones. No es lo mismo que recicles tú solo a que lo hagamos muchos, o que cada vez más decoradores pensemos en sistemas de trabajo sostenibles, que es algo que ya se debería dar por supuesto.
«Lo opuesto a una buena decoración son los catálogos de algunas marcas»
SHANGAY ⇒ ¿Tú has dado por supuesta esa necesidad de apostar por lo sostenible siempre?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Anda que no he recogido yo puertas de la calle, la de cosas que se pueden hacer con escombros… Cuando llego a un piso intento recuperar todo lo que puedo, porque la calidad de antes era muchas veces mejor que la de ahora, y así mantener y prolongar la vida de esos elementos.
Me parece importarte valorarlo todo siempre en función del coste energético; intentar comprar siempre los materiales del proveedor más cercano, para que la huella de carbono de transporte sea la menor posible… Son cosas de sentido común, o deberían serlo. Por suerte, cada vez somos más conscientes de ello, y lo llevas tanto a tu vida personal, cuando compras peras, y a la profesional, cuando eliges materiales en un una obra.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué disfrutas tanto combinando artesanía y tecnología, lo vintage y lo moderno?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Porque considero que un espacio contemporáneo tiene que combinarlas. Por ejemplo, la domótica ayuda tanto a ahorrar energía… Y siempre tienes cosas heredadas y otras que te hace ilusión comprar. Imagínate que llegas a una casa y todo en ella es nuevo; piensas que es un Airbnb o un piso piloto.
Cuando entras en una en donde hay un plato de la abuela y también un mueble italiano nuevo ya vas viendo cómo es esa persona; lo opuesto a una buena decoración son los catálogos de algunas marcas, en los que todo es bueno y brillante… ¿Cómo es una casa en que no hay libros? Con lo que me gusta a mí mirar los que tiene cada persona para saber qué le preocupa. Todo eso da humanidad a una casa, te hace sentir el espacio de otra manera.
SHANGAY ⇒ ¿Tu casa es muy barroca?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ En cierto modo es un campo de pruebas… y de minas, porque cuando mi perro se enfada hace sus necesidades en el salón [risas]. El entorno es muy blanco, pero me gusta que haya cosas con potencia y muchas texturas diferentes. No me importa equivocarme, prefiero ir probando cosas en mi casa, y si funcionan las puedes utilizar en otros espacios. Tengo una vitrina, que no se pudo sacar cuando entré en ella, y que me encanta, y está repleta de juguetes, platos, regalos… La tengo llena, pero ese caos está acotado, aunque no soy un obsesionado del orden. Siempre tengo cosas de la tienda, y de repente subes una foto a Instagram y las vendes…
SHANGAY ⇒ Instagram se ha convertido en una herramienta básica para ti, entonces…
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Brutal. Para mí es fantástico. Me ha pasado que subo un plato nuevo a Instagram y a los quince minutos entra alguien en la tienda preguntando por él, por ejemplo. Como punto de venta para testar productos está muy bien.
SHANGAY ⇒ ¿Hemos superado ese cliché de ‘qué buen gusto tienen los gays’?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Sí. Porque pueden tener buen gusto… o no. Soy gay, pero mi mundo no lo es especialmente. Tengo muchos amigos heteros a los que les divierte la decoración y han aprendido muchísimo. Se están difuminando esas barreras, no por ser gay tiene que interesarte ese tema. ¿Qué más da tu orientación si te gustan los muebles? Sí es verdad que en la profesión hay más gays que heteros, en Casa Decor era una barbaridad… [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Qué destacas de tu experiencia en Casa Decor, que este año te ha valido una mención de honor por el espacio que creaste?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ Es guay, porque llevo cuatro años colaborando con Samsung y me dan mucha libertad. Cuando trabajas para una marca lo que debes tener en cuenta es que se debe ver el producto y el logo, y lo entiendo. El reto es integrarlos de manera natural en el espacio que creas.
Me encanta trabajar para marcas porque me resulta fácil entender sus necesidades. A veces es más complicado trabajar para clientes particulares, porque no tienes un briefing, tienes que conocer a la persona, tiras de psicología.
SHANGAY ⇒ ¿Qué tendencia decorativa te tiene atrapado ahora mismo?
GUILLE GARCÍA-HOZ ⇒ La vuelta a lo rancio combinada con la última tecnología. Pienso en el hotel Ace [Nueva Orleans]. Ese rollo de combinar sillones de cuero tradicionales con mesas en las que puedes cargar el móvil, es algo real; la combinación del confort antiguo y la tecnología funciona muy bien. No diría que es una tendencia, porque ya está asentado, pero me gusta muchísimo. Y es que no hay que caer en ir a la sofisticación y olvidarse del confort.
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