La noticia saltaba hace unos días. Los vecinos del barrio de Salamanca mostraban su indignación ante la apertura de un nuevo local que, bajo la licencia de bar cafetería, actuaría clandestinamente como after.
El local, situado en la calle Hermosilla, ha causado un gran revuelo entre los vecinos de la zona, que se quejan del ruido y la ‘temática’ del local. Parece que lo que más disgusta no es el hecho de que un local funcione supuestamente sin licencia, sino que esté destinado al público gay.
«Hay lunes que me voy a trabajar a las 7 de la mañana y esto es una fiesta. Hay travestis y parece que el resto de la clientela entiende», afirmaba un vecino al diario ABC. La apertura del local ha servido como excusa para atacar a todo el colectivo asociándolo con drogadictos o personas «perversas».
Por otra parte, los comentarios homófobos no se han hecho esperar, y decenas de personas han aprovechado la situación para arrojar cuchillos contra la comunidad LGTB. Mensajes insultantes e intolerables, algunos de ellos dirigidos a personas concretas. Indignante.