Así de fuerte. Como suena. El dueño de una casa se niega a alquilársela a una pareja gay. Todo comenzó con un anuncio encontrado en El Idealista. Un piso en alquiler situado en el metro de Pacífico, en Madrid, con 125 metros con terraza y por el que pedían una fianza de dos meses. Directamente para entrar a vivir. Iñaki [nombre real] decidió ir a la entrevista porque tenía el día libre y fue solo, ya que su pareja no podía acudir porque tenía que trabajar.
La entrevista con el casero fue bien. A Iñaki le gustó el piso, e informó al propietario que era auxiliar de vuelo con contrato fijo. El casero le dijo que no necesitaba más documentación. Iñaki tenía previsto ver más pisos, pero acordó con el dueño en que quería este.
Tras esta visita, Iñaki habló con Vicente, su pareja, y se lo comentó. Decidieron que se lo quedaban y anularon las demás visitas previas. Tras llamar al propietario le mandó un mensaje facilitándole los datos que le pedía, en este mensaje podría apreciarse que se trataba de una pareja gay.
Fue a partir de este este mensaje cuando vino ‘el problema’: el casero le llamó y le dijo que él era una persona «liberal» y «que ha visto muchas cosas». Pero luego añadió que en ese planta vivía gente muy mayor, y que el hecho de que fueran una pareja gay supondría un problema, que no lo entenderían.
Uno de las cosas que le dijo fue que en las reuniones de vecinos tendrían que dar explicaciones. Algo que, como es lógico, provocó la indignación de Iñaki. Tras esa indignante conversación, Iñaki colgó el teléfono y contárselo a su novio, Vicente. Este, completamente enfadado, publicó los siguientes tweets:
Hace unos meses publicamos que una pareja gay fue expulsada de un restaurante simplemente por ser homosexuales. Hoy nos encontramos con esto que parece increíble. Pero no.
En pleno 2018, y en Madrid, comprobamos que se les niega el piso a una pareja por el mero hecho de tratarse de una pareja gay. ¿Quién dice que todo está conseguido?