El recientemente nombrado ministro de Cultura por Pedro Sánchez ha presentado su dimisión en el cargo debido a una condena que data de 2014 en la que fue sentenciado a pagar 365.939 euros por utilizar una empresa interpuesta con el objetivo de pagar menos impuestos entre 2006 y 2008.
El periodista fue condenado por el Tribunal Económico Administrativo Regional de Madrid en 2014, antes de que fuera nombrado ministro de Cultura.
En una declaración de esta mañana, aseguró no tener ningún conflicto moral porque «este asunto no es como ministro de Cultura», sino de hace «unos años», y ha atribuido el problema con Hacienda a un cambio de criterio. A su juicio, este asunto “no tiene mayor recorrido ni mayor coleo”.
«Esto no tiene sentido, voy a dimitir»,ha comentado Màxim a su entorno según ha publicado El País. Tanto el PP como Podemos habían solicitado la dimisión inmediata del ministro.
"No es una condena por fraude, es una multa por una querella que yo interpuse contra Hacienda para reclamar mis derechos"
El ya exministro ha defendido su inocencia en la rueda de prensa alegando que además ha tenido que pagar la multa dos veces, «la primera abonando el dinero a Hacienda y la segunda aquí y ahora».
"Sabía que mi nombramiento sería catalogado de extravagante por haber trabajado en un medio que todos ven y todos demonizan"
También ha hecho alusiones a los constantes ataques a los que se ha visto sometido por su pasado profesional.
"Para defender aquello que amas, a veces hay que retirarse, yo amo la cultura y por eso me retiro"
Màxim ha recalcado en numerosas ocasiones su amor por la cultura y la necesidad de luchar por su regeneración.
«Decía Lope de Vega: ir y quedarse y con quedar partirse. Me voy para no partirme yo, me voy para que todo el ruido de la jauría no parta el proyecto. Un proyecto que la cultura y este país necesitan».