En 1977 se celebró la primera concentración a favor de los derechos de los homosexuales en España. Unas cuatro mil personas se concentraron en Barcelona y fueron disueltas a la fuerza por la policía. A partir de ese momento, comenzaron a desarrollarse actos todos los años. En 1996, Shangay introdujo la primera carroza durante la marcha del Orgullo con la cantante Alaska como anfitriona y, el pasado año, más de tres millones de personas disfrutaron de una de las concentraciones más multitudinarias a nivel mundial. Pero, ¿cómo se logra pasar de un puñado de personas a que la mayoría de la sociedad se vuelque en algo concreto?
La prestigiosa revista Science ha publicado un estudio en base a las investigaciones de universidades de Pensilvania y Londres en el cual se afirma que para que se produzca un cambio social es necesaria la participación de al menos el 25% de la población. Este porcentaje es el denominado ¡punto de inflexión’.
«Una vez alcanzas el número mágico del 25% se produce un cambio dramático en el comportamiento de la gente: de golpe, y de forma muy rápida, la mayoría de la población comienza a adoptar ese nuevo comportamiento».
Da igual que se trate de una sociedad entera, un grupo de amigos, una comunidad de vecinos o tu núcleo familiar, si logras convencer al 25% de las personas, lo más probable es que consigas que el conjunto apoye tu punto de vista.
Recientemente, Argentina ha logrado que se apruebe en el Congreso una ley para despenalizar el aborto. Hace apenas unos meses era algo impensable debido a la fuerza que ejercía tanto la Iglesia como los sectores más conservadores. Sin embargo, gracias al esfuerzo de un sector de la sociedad y a los movimientos feministas que se han desarrollado en los últimos meses, se logró alcanzar ese punto de inflexión del 25% y se ha podido aprobar la ley.
Los autores del estudio también ponen España y el movimiento gay como ejemplo. Un país con una fuerte tradición católica que, en cuestión de años, se convierte en uno de los estados más tolerantes a nivel mundial en materia LGTB. Un grupo de activistas van convenciendo poco a poco a los ciudadanos hasta llegar al momento en que se alcanza la cifra del 25% y se da un vuelco social. Otros movimientos sociales como el feminismo, el aborto o el movimiento racial son también grandes ejemplos de cómo, tras llegar a ese denominado punto de inflexión, lo que era una minoría se convierte en norma y la mayoría de la sociedad lo acepta.