VOX vuelve a arremeter contra el colectivo LGTB y el Orgullo. Al contrario que el resto de partidos de la escena política, que se suman cada vez con más fuerza al movimiento LGTB, VOX se desvincula de esta reivindicación social para oponerse a la lucha. Para el partido de ultraderecha, “los actos del ‘orgullo gay’ son una imposición ideológica, vulneran derechos de los vecinos, normativas municipales y se malversan bienes y dinero de titularidad pública”. Estas palabras han sido vertidas en un comunicado de su web.
En su texto hacen una denuncia con cinco puntos, a cuál más surrealista:
1º La ampliación desproporcionada de esta celebración impuesta por motivos ideológicos que ocupa ya más espacio en el calendario que cualquier fiesta de raigambre popular pese a ser privada y minoritaria.
2º La utilización de las instituciones para promoción y apoyo de unos colectivos concretos (banderas en balcones de ayuntamientos y organismos públicos) utilizando recursos (limpieza, seguridad…), espacios (calles, barrios, centros municipales…) de titularidad pública para la celebración de esta fiesta particular.
3º La inversión de dinero de las arcas públicas para apoyar esta celebración particular.
4º La vulneración de los derechos de los vecinos de los barrios, a los que se ha impuesto esta fiesta, a disfrutar de un tiempo de descanso, un horario limitado de ruidos y un barrio seguro y limpio.
5º Las actividades claramente escandalosas en los lugares públicos a la vista de adultos y menores que el tipo de celebración y el motivo hace que se produzcan sin que, quieres debieran hacerlo, velen por el respeto debido a la intimidad, conciencia y moral personal de los ciudadanos.
Toda esta denuncia la llevan a cabo para velar por la seguridad de los ciudadanos madrileños, ya que “la situación se vive con verdadera angustia por los excesos, en todos los sentidos, que se cometen”.
El partido de Santiago Abascal tira de tópicos y estúpidos clichés para juzgar un festejo que desconoce, tal y como muestran sus palabras, en base a los comentarios que han publicado. La fiesta ni es privada ni minoritaria, ya que se trata de una lucha social –y por lo tanto, pública– con un grandísimo respaldo general. Un número muchísimo mayor que el de los afiliados de su partido.
Los símbolos utilizados por instituciones que critican, como banderas LGTB, son los mismos que ellos defienden cuando agitan la bandera rojigualda para darle un uso ideológico y partidista. Su extrema sensibilidad con los menores, por “las actividades claramente escandalosas” a las que hacen referencia, desaparece cuando se trata de imágenes de fiestas taurinas con maltrato animal; o de Semana Santa con una figura histórica clavada a una cruz y con el cuerpo ensangrentado y semidesnudo.
Su denuncia no solo va contra el Orgullo, sino que también arremete contra todos los partidos políticos por su colaboración en “esta trama de intereses”. Por ello, VOX se presenta como “el único partido que denuncia esta situación y exigen explicaciones a quiénes tienen la responsabilidad de gobierno municipal, autonómico y estatal”.
El día del Orgullo, los de ultraderecha también hicieron distinción en la lucha LGTB juzgando la incorporación de las banderas arcoíris en los perfiles de los partidos políticos. En sus redes postearon el mensaje de que “en VOX solo tenemos una bandera en la que caben los españoles sin importar cual sea su orientación sexual, su edad, su profesión o la ciudad donde vivan”. Por ello, las redes tiraron de memes y les colocaron una bandera arcoíris a los dirigentes de VOX, como muestra la foto de portada.
Desgraciadamente, las últimas encuestas pronostican un crecimiento de este partido, que podría alcanzar 2 escaños y un 2,1% del voto nacional. Esperemos que se quede solamente en un número ficticio y que sus ideologías homófobas, radicalmente opuestas al colectivo y a la sociedad del siglo XXI, no hagan mella en la sociedad y acaben sin ‘vox’ ni voto.