Ya sabemos que Sálvame es el neorreality pionero de la televisión española; por lo tanto, todo lo que pasa durante su emisión debe ser compartido con los espectadores. El viernes, Kiko Hernández, que ejerce como presentador mientras Jorge Javier Vázquez y Paz Padilla disfrutan de sus vacaciones de verano, hacía un alto en la escaleta para llevarse a Rafa Mora aparte.
Eran las 17:45 de la tarde y el musculoso colaborador tenía menos de dos horas para llegar la boda de Diego Matamoros en El Escorial. “Te vas a cambiar en directo, aquí detrás de este biombo”, le decía Kiko mientras le acompañaba a un rincón del plató convertido en improvisado vestuario.
Rafa no parecía estar nada incómodo desprendiéndose de la camiseta y de los pantalones bajo la atenta mirada de todos. De todos, literalmente, porque la mampara no cumplía su función separadora. Menos gracia que quedarse en calzoncillos le hizo enterarse de que iría hasta la iglesia en transporte público y con una cámara pegada en el culo, nunca mejor dicho. Ay, amigo, cosas de la neorrealidad.
Una vez con el look nupcial listo y con la camisa a punto de reventar a la altura del bíceps, Rafa se marchó a la boda del hijo de Kiko Matamoros. ¿El cambio exprés de Rafa conseguirá saltar a la prensa internacional como lo hizo el “escándalo sexual gay” de Antonio Tejado?