Es una ciudad mítica, rodeada de leyenda. Pero, sobre todo, en constante evolución. Lejos de encasillarse en el destino de playa que conocemos por ser el lugar de residencia de los más famosos artistas latinos, hay un nuevo Miami con una apasionante oferta cultural, gastronómica y nocturna.
Si conociste Miami hace años, merece la pena volver. Y si no has estado nunca, es un destino a tener en cuenta por su apasionante nueva oferta hotelera, gastronómica y cultural. Comenzando por la conocida South Beach podemos encontrar el 1 Hotel, a menos de 200 metros de la playa.
Está diseñado para conectar con la naturaleza, por lo que se han utilizado maderas recicladas, plantas en jardines verticales y elementos naturales sin descuidar nunca el confort.
Cuenta con varias zonas donde se pueden degustar diferentes ofertas gastronómicas, que van desde platos preparados con alimentos que vienen directos de la granja hasta recetas tropicales de inspiración japonesa en su roof-top solo para adultos.
Allí podrás disfrutar de vistas al Atlántico, a la Bahía de Cayo Vizcaíno y al horizonte en constante expansión del Downtown Miami.
Lujosa habitación del 1 Hotel, que se encuentra a menos de 200 metros de la playa.
El roof top del 1 Hotel tiene unas espectaculares vistas de Cayo Vizcaíno.
Cerca del Downtown –zona que estaba algo olvidada por el turismo hace años– nos encontramos el nuevo corazón de la ciudad, donde se ha hecho una fuerte apuesta por la cultura. Destacan el contemporáneo Pérez Art Museum, el Phillip and Patricia Frost Museum of Science y el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts.
Este último se encuentra situado en pleno centro de Miami, y se ha convertido en un importante foco de producción artística para jovenes talentos. Tiene una programación variada, como ciclos de jazz, e incluso un festival de flamenco anual al que acuden grandes estrellas.
El Adrienne Arsht Center también alberga el restaurante Brava, capitaneado por el chef Brad Kilgore y con una carta que apuesta por la fusión gastronómica. El cocinero es un enamorado confeso de España, y utiliza sobrasada en uno de sus platos estrella.
El espectacular auditorio del Adrienne Arsht Center of Performing Arts.
Cerca del Downtown está Villa Vizcaya. Junto a la bahía, enfrente de Cayo Vizcaíno, se erige esta mansión construida por el magnate James Deering a comienzos del siglo XX. De estilo neorrenacentista italiano, sus grandes salones –que mantienen su mobiliario original y sus jardines están abiertos al público. Las grandes fiestas de la época dorada de la casa se hacían en un enorme barco de piedra que sigue en el mar, frente al jardín.
Villa Vizcaya, una fabulosa mansión construida por el magnate James Deering.
Otro descubrimiento de este nuevo Miami –y un ‘pecado gourmet’ para los golosos– es la tienda Exquisitos Chocolates con talleres y maridajes de chocolate con vinos de la zona. Te descubrirán el auténtico sabor del cacao, elegido personalmente de diferentes plantaciones de Sudamérica y fabricado de manera artesanal.
South Pointe Beach es otra visita obligada, con el famoso Nikki Beach Club. En esta zona, cada vez más valorada, se encuentra el hotel Room Mate Lord Balfour.
En South Pointe Beach no podía faltar la famosa cadena de Nikki Beach Club.
Es una de las sorpresas del barrio de Wynwood, que hasta hace poco era una zona algo conflictiva. Ahora, gracias a artistas y bohemios, está a la vanguardia del arte callejero. Merece la pena caminar por este distrito y ver sus murales y grafitis. Es muy recomendable hacer un tour y escuchar las historias de cada obra. Murales de artistas urbanos, muchos ya de renombre internacional.
Surfside: The Uptown Beachtown
El paisaje de Surfside ha cambiado mucho, y uno de los responsables de ello ha sido el Hotel Four Seasons Surf Club.
Está situado junto al mítico The Surf Club, club privado construido en los años 30 por el magnate de los neumáticos Harvey Firestone, y que fue escenario de las fiestas más sonadas y divertidas de Florida.
Ha sido el refugio de personalidades como Elizabeth Taylor, Frank Sinatra o, más recientemente, Julio Iglesias. Four Seasons lo ha recuperado para devolverle su esplendor gracias a este lujoso hotel, que tiene un formidable spa y un restaurante de alta cocina, Le Sirenuse. En breve, el chef Thomas Keller (con una estrella Michelin) abrirá otro para completar su oferta gastronómica.
Surfside, la capital del slow life.
La cadena Four Seasons ha respetado al cien por cien la estructura y el concepto de privacidad de The Surf Club. Las habitaciones del hotel tienen vistas increíbles al Atlántico, y durante la noche ofrece en sus salones música en directo que te transporta a esa vida de grandes personalidades de la época.
Habitación de la cadena hotelera Four Seasons, con espectaculares vistas al Atlántico.
En Surfside se encuentran también restaurantes como el 26 Sushi & Tapas, de comida kosher, en cuya carta hay desde sushi hasta fusión de platos con acentos latinoamericanos. Después de saborear estos platos llega la hora de un toque dulce: a pocos metros está la pastelería francesa Gourmet Temptations. Ambos están ubicados en una de sus arterias principales, Harding Avenue, donde además hay otros sitios de curiosidades y antigüedades, como la tienda Her Royal Household, con un marcado toque británico.
Key West
Una vez ‘quemado’ Miami, hay que hacer lo mismo con los Cayos de Florida. Key West, Cayo Hueso en castellano, es el último de ellos. Está a unas cuatro horas en coche. Se puede ir en avión, pero se pierde el encanto de conducir pasando por todas estas pequeñas islas a cada lado de una carretera como la mítica 7 Mile Drive: once kilómetros sobre el mar. Este viaje se convierte en toda una experiencia para los amantes de los road trips.
Key West está a tan solo cuatro horas de Miami en coche.
Llegamos a Key West, donde la comunidad gay es muy grande. La zona más emblemática está en torno a Duval Street, con sus casas de estilo victoriano y sus espectaculares jardines con palmeras y árboles tropicales. Toda esa área está repleta de edificios de madera del siglo XIX, con bares de ambiente LGTBI y comercios. El buen clima predomina todo el año, aunque en julio y agosto el calor y la humedad pueden ser excesivos.
Casas victorianas en Key West.
Otras curiosidades son la Casa de Hemingway, que era un enamorado de Cayo Hueso, y Southernmost Point, el punto más al sur de EE UU. Recorrer Key West en bicicleta en una mañana puede resultar delicioso.
Carretera 7 Mile Drive: 11 kilómetros sobre el mar.
Cuenta con varios alojamientos con el encanto de estas casas victorianas. Recomendamos Equator Resort, un pequeño complejo solo para hombres de varias casas restauradas. Dispone de dos piscinas y dos jacuzzis rodeados de vegetación tropical. Escondido en el corazón de Old Town, está a solo tres manzanas de la histórica calle Duval.
Piscinas y jacuzzis rodeados de vegetación tropical.
Aquí te sentirás libre: llevar ropa es opcional y puedes disfrutar de las piscinas 24 horas al día en un entorno de privacidad y respeto. Estar en el agua durante la noche, contemplando las estrellas, es simplemente una maravilla. En este hotel hay muchas fiestas gays de diferentes temáticas a lo largo del año, donde la libertad (en su más amplio sentido) es su principal seña de identidad. Las habitaciones disponen de todas las comodidades y el personal es muy profesional y discreto. Su mánager, Anthony Juarez, es un perfecto anfitrión, siempre dispuesto a aclarar todas las dudas posible sobre la filosofía de este mini-resort.
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