Claudia López, exsenadora del partido progresista Alianza Verde, se convirtió este pasado domingo, por votación popular, en la primera alcaldesa LGTB de una capital hispanoamericana. Ella y su pareja, Ángelica Lozano, sellaron la victoria con un beso que ha provocado una oleada homófoba en el sector más conservador de la sociedad colombiana.
La nueva alcaldesa de Bogotá, abiertamente homosexual, se ha convertido en un icono del ascenso político de la comunidad LGTBI en Colombia, y en un referente en la lucha por los derechos humanos y el feminismo, y contra la corrupción.
López es una mujer de orígenes humildes, ambientalista, investigadora y con una amplia formación a sus espaldas, ya que es graduada en Finanzas, Gobiernos y Relaciones Internacionales por la Universidad Externado de Colombia. Cuenta también con una maestría en Administración Pública y Política Urbana en la Universidad de Columbia en Nueva York, además de una tesis doctoral. Preparación y méritos no le faltan, y ya se ha convertido en una de las personalidades más destacadas de la política colombiana; pero para el sector ultraconservador solo importa una cosa para restar importancia a todo lo demás: su orientación sexual.
Un simple beso ha sido calificado como “agresivo” y “una provocación” y ha causado revuelo entre recalcitrantes y conservadores. La periodista Salud Hernández Mora ha tuiteado: “El beso en la boca resultaba innecesario… ¿para qué ofender a los partidos cristianos y sus votantes?”. A estos comentarios con tintes homófobos se suman los del político Marco Fidel Ramírez, que afirmó: “A partir de ahora, Bogotá bajo el yugo de Sodoma”.
Aun así, la elección de Claudia López supone un paso más en el acceso al poder logrado ya por otras políticas LGTB, como Lori Lightfoot, que el pasado mes de abril se convirtió en alcaldesa de Chicago y pasaba a la historia como la primera mandataria negra y lesbiana de la ciudad estadounidense.
De hecho, ambas políticas festejaron su triunfo de la misma manera, besando a sus parejas en público y encima del escenario, haciendo realidad esa visibilidad por la que tanto han luchado pese a desafiar al bando conservador. Ahora solo nos queda preguntarnos: ¿Cuándo podremos celebrar una noticia así en España?