El pasado miércoles fueron expulsados tres aficionados, dos locales y uno visitante, durante el partido entre el Brighton & Hove Albion y el Chelsea. El motivo se debe a que los dos hinchas locales (Brighton) lanzaron ataques racistas a los jugadores del equipo contrario, y el seguidor visitante (Chelsea) les respondió con insultos homófobos. Pues todos fuera.
La organización del Brighton tuvo que tomar medidas ante este hecho desafortunado. Los tres aficionados fueron expulsados inmediatamente del Falmer Stadium y a continuación fueron arrestados por la policía de Sussex.
Así lo ha denunciado el presidente ejecutivo y vicepresidente del Brighton, Paul Barber, que señala su total desacuerdo ante este tipo de actitudes dentro del fútbol, que no va a permitir en su casa ya que deteriora la imagen de este deporte.
«Una vez más, nuestro equipo de seguridad, junto a la policía de Sussex, ha tenido que lidiar con tres casos separados y no deseados de asquerosos comportamientos racistas y homófobos. Si la posibilidad de una prohibición de por vida de ver jugar a sus equipos no es lo suficientemente disuasoria, tenemos que hacernos la pregunta de si los tribunales deberían tener el poder de imponer castigos más severos. Estamos cansados de que la reputación de este deporte se vea empañada por estas personas”, anunciaba Barber.
Esperamos que este sea un ejemplo a seguir para el resto de países (incluida España) que permiten que dentro de los estadios de fútbol se siga promoviendo tanto la homofobia constante a través de insultos entre jugadores y aficionados, como cualquier otro tipo de violencia machista, xenófoba, etc.