Ayer se celebró en el Congreso de los Diputados el inicio de la XIV Legislatura, presidida por el rey Felipe VI y su familia. Entre los muchos políticos presentes, nos ha llamado la atención el jovencísimo senador de Más Madrid Eduardo Rubiño, que lucía un pequeño triángulo rosa en su chaqueta.
«Hoy he querido llevar a la Solemne Constitución de las Cortes el triángulo rosa en la solapa», comenta en su cuenta de Instagram. Recordando la polémica sobre la negación de que los nazis persiguieran a las personas LGTB, ha querido mostrar su desaprobación por aquel desafortunado comentario de Vox luciéndolo con orgullo. «El triángulo rosa fue el símbolo con el que eran marcados los prisioneros que no cumplían con la ortodoxia sexual», explica.
Hoy he querido llevar a la Solemne Constitución de las Cortes el triángulo rosa en la solapa. Hace pocos días el partido del odio se atrevió a cuestionar que el régimen Nazi persiguiera a las personas LGTBI por el hecho de serlo y vetó con ese pretexto una declaración institucional en conmemoración de la Liberación de Auschwitz. El triángulo rosa fue el símbolo con el que eran marcados los prisioneros que no cumplían con la ortodoxia sexual, como en España lo fueron por el franquismo con una doble aspa. Miles de personas fueron asesinadas por este motivo en campos de concentración portando un símbolo del que el movimiento LGTBI se reapropió años después como una señal de memoria por una de las máximas expresiones de la violencia y el odio que hemos sufrido históricamente.
Además, añade que durante el franquismo sucedió lo mismo, pero en vez de con ese símbolo, con una doble aspa. Años después, el colectivo tomó el icono «como una señal de memoria por una de las máximas expresiones de violencia» que se haya podido vivir en la historia contra el colectivo LGTB y la humanidad.
Al estar tan reciente el debate, Rubiño ha considerado oportuno mostrar esa señal de reivindicación, que ha sido aplaudida por mucha gente del colectivo… y también criticada.