Bad Bunny lo ha vuelto a hacer. Ayer 13 de febrero, el cantante de reguetón decidía celebrar San Valentín con el estreno de un nuevo tema, Ignorantes, en cuyo videoclip demuestra una vez más su apoyo al colectivo LGTBI.
No resulta fácil encontrar contenido con representación LGTBI en el mundo del reguetón, un género que suele girar en torno al romanticismo y la sexualidad entre parejas heterosexuales. Sin embargo, esta barrera comienza a difuminarse gracias al trabajo de artistas como Bad Bunny, que se esfuerzan por generar un contenido más inclusivo y cercano a cualquier tipo de preferencia sexual.
Ignorantes nos cuenta una historia de desamor en la que, tanto parejas heterosexuales como del colectivo LGTBI, se enfrentan a la superación de una ruptura. En este videoclip, Bad Bunny no hace distinciones, todo ser humano, independientemente de sus gustos sexuales, tiene derecho a amar y a ser amado. Esto es algo que el cantante ha querido reivindicar, no solo mediante el contenido de su trabajo, sino también a través de las redes sociales, donde ha defendido los derechos del colectivo y rechazado la homofobia en diversas ocasiones.
La aceptación e inclusión de Bad Bunny también quedan reflejadas en su apariencia física. Es normal ver al artista aparecer ante las cámaras con las uñas pintadas, o vistiendo prendas que, bajo un punto de vista social, no fueron diseñadas inicialmente para el público masculino. De nuevo, esto es algo que pocas veces se ha visto en el ámbito del reguetón, y que sin duda rompe con los clichés y estereotipos establecidos en torno a este género tan consumido, pero al mismo tiempo, tan criticado por su machismo.
Además, el videoclip arranca con las imágenes de una niña que se rapa el pelo, y al hacerlo, aparece en su frente un tercer ojo, símbolo con el que el Bad Bunny guarda una especial conexión y que representa el nacimiento de una nueva sociedad cuyos habitantes son capaces de ver más allá de lo establecido.
El hecho de contar con artistas como Bad Bunny, supone una gran oportunidad para visibilizar y normalizar todo tipo de identidad y realidad sexual ante un público que está formado, en gran parte, por personas ajenas al colectivo LGTBI, y que tal vez nunca se han detenido a pensar en los temas que tanto se esfuerza él en defender.
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