¿En qué emplea su tiempo un torero estando en cuarentena? Pues no sabemos el resto, pero Alejandro Talavante está aprovechándolo para, según sus propias palabras, deconstruirse… Bueno, para deconstruirse y para desnudarse, añadimos nosotros.
El pacense subía a su Instagram una foto en calzoncillos, tumbado sobre la cama y con la cabeza cubierta por la almohada. En sus muslos se distinguen las cicatrices de las cornadas que le han ido asestando los toros a lo largo de su carrera como matador.
El singular retrato exhibicionista ha hecho arder Troya. Sus seguidores se han dividido entre los que celebran su buen estado de forma y su sex appeal y los que le deben seguir solo por cuestiones profesionales, que opinan que la imagen está fuera de lugar.
En realidad, nos parece mucho menos escandalosa esta foto –como todas las que ha subido luciendo físico, medio desnudo– que las que ha colgado toreando o a punto de matar a morlacos sangrantes. Aunque ya se sabe que los machirulos son más sensibles a cualquier estímulo que pueda hacer peligrar la heteronormatividad.