Un nuevo brote de coronavirus en Corea del Sur ha despertado la homofobia de este conservador país. Cuando estaban a punto de reabrir escuelas y continuar con su desescalada, las autoridades han dado marcha atrás para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Este cambio de opinión por parte del Gobierno ha sido causado por el aumento de nuevos casos de COVID-19 en la capital del país, Seúl. Concretamente, parecen haberse originado en una zona de ocio nocturno frecuentada por el colectivo LGTBI.
De 35 nuevos casos, 29 están vinculados con Itaewon, la zona de ambiente LGTBI de la ciudad, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Corea. Esto ha provocado que los afectados tengan miedo a hacerse las pruebas de detección por miedo a que se revele su homosexualidad.
Varios medios de comunicación surcoreanos han hecho públicas las identidades, edades y los lugares de trabajo de algunas de las personas que habían visitado estos locales. Una información que ha provocado una oleada de homofobia en redes sociales.
El miedo de los afectados a que se descubra su orientación sexual y al odio generado por este rebrote de coronavirus ha hecho reaccionar a varias asociaciones LGTBI, que han ofrecido ayuda psicológica y han animado a todos los que han visitado los mencionados clubs a que se hagan la prueba para frenar la pandemia.
Por su parte, el alcalde de Seúl, Park Won-soon, ha afirmado que garantizará el anonimato de quienes se hagan las pruebas, pero multará a quienes no se las hagan.