También conocido como el ayuno a intervalos, este modelo de control sobre la comida es, actualmente, un método muy popular entre las personas, puesto que otorga importantes beneficios en la salud.
Es considerado el complemento perfecto en las dietas de adelgazamiento con el que, incluso, se puede llegar a ahorrar en tiempo y dinero.
Cuando hablamos de ayuno intermitente, no hablamos estrictamente de un tipo de dieta porque realmente no lo es. Más bien, como su propio nombre indica, es una reorganización de comidas diarias o programa de ingestas con un objetivo y conociendo el comportamiento del cuerpo. En ella no se piensa tanto en qué comer sino en cuándo hacerlo.
El objetivo de esta práctica es muy sencillo: ¡Decir adiós a los michelines!
Básicamente, lo que hace es utilizar la energía almacenada y quemar el exceso de grasa corporal.
Además de esto, tiene otros aspectos positivos como:
– Mejora la sensibilidad a la insulina.
– Aumenta la secreción de la hormona del crecimiento.
– Elimina las células dañadas y contribuye a la reparación y regeneración del cuerpo.
Sí, como estáis leyendo, es muy posible que al hacer ayuno experimentéis una mejora en la piel importante muy importante.
¿Cómo se hace?
Existen varios tipos:
Están los ayunos de 12 horas, 16 horas o incluso de días. Por otra parte, se pueden hacer dos días a la semana separados o seguidos, o incluso más días.
Los más comunes son:
– 12/12: En esta modalidad no se come durante 12 horas, y en las 12 horas siguientes se organizan las comidas.
– 16/8: Esta es igual al anterior, pero en 16 horas no se come nada y luego todas las comidas se hacen en un periodo de 8 horas.
– 2D/5D: En esta opción de ayuno, lo que hacemos es elegir dos días seguidos dentro de una misma semana para ingerir un máximo de 650 calorías tras hacer un ayuno de entre 12 y 16 horas. Y el resto de la semana comemos las kcal de siempre. En esos dos días, se puede comer alimentos ricos en fibras y proteínas, por ejemplo: arroz integral, verduras, copos de avena, frutas…
Se puede empezar con estos modelos cuando llevemos un tiempo y el cuerpo se haya adaptado; podemos lanzarnos hasta incluso hacer un día en ayuno o dos en la semana, lo que se llama Eat-Stop-Eat (comer-parar-comer). Hay que tener en cuenta que este tipo de ayuno es un desafío para el cuerpo y puede causar fatiga, además de dolor de cabeza o irritabilidad, porque no estamos adaptados a este patrón alimenticio.
Importante: Sea cual sea la modalidad que elijas, no olvides nunca mantenerte hidratado.
Ojo: No es recomendable hacer por primera vez un ayuno de 24 horas si no se ha hecho algún tipo de ayuno antes; el cuerpo no estaá acostumbrado y los efectos no son agradables, aunque sí pasajeros.