Este mediodía ha habido una manifestación en la plaza Sant Jaume de Barcelona, a las puertas de la Generalitat de Cataluña, para protestar por las duras medidas que esta ha tomado ante el aumento de casos de coronavirus. Durante los próximos quince días, como mínimo, deberán permanecer cerrados bares y restaurantes. Un duro golpe contra el que se han manifestado numerosos empresarios, entre ellos muchos relacionados con el ocio LGTBI.
Se han reunido trabajadores del ocio nocturno, de bares y restaurantes, clientes, amigos, artistas, camareros, DJs, gogós y muchas otras personas que, directa o indirectamente, también van a sufrir las consecuencias de los cierres de las próximas dos semanas. Todos ellos han mostrado su malestar y han dejado claro los problemas que estas medidas pueden traerles.
Una manifestación en la que se han respetado todas las medidas sanitarias y que tiene como objetivo demostrar que los bares, los restaurantes y el ocio nocturno son espacios mucho más seguros que un botellón o una fiesta en una casa privada. El ruido y las molestias de los vecinos serán peores, y el número de contagios aumentará con estas reuniones clandestinas.
Todos los asistentes a esta concentración quieren dejar claro que el cierre no es la solución, y que muchas personas corren el riesgo de quedarse sin trabajo. Numerosos empresarios no podrán retomar sus negocios después del gran esfuerzo llevado a cabo tras el pasado confinamiento de marzo.
«Salud y economía deben estar equilibrados», ha declarado Xavier Franquesa, empresario del Grupo Believe. «Hacen falta políticas valientes y responsables. Es fácil culpabilizar al ocio nocturno o a la hostelería y restauración, que llevan tres meses de restricciones. Sería hipócrita no hablar claro: la mayoría de contagios se producen en el ámbito privado».