El emocionante capítulo final de la serie Veneno ha reabierto el debate sobre la causa de la muerte de Cristina Ortiz, La Veneno. Tanto es así que se ha puesto en marcha un movimiento para la reactivación judicial del caso.
Así lo asegura Óscar Tarruella en sus redes sociales. “Me alegra comunicaros que mañana entra en el Juzgado nuestra petición de reapertura del caso de Cristina Ortiz Rodríguez”, tuiteaba con el hashtag #JusticiaparaCristina Tarruella, que fue pareja y representante de Mónica Naranjo.
Tras su ruptura con la diva de Figueras, el que fuera mozo de escuadra antes que manager se ha reciclado como investigador criminal, perito judicial, experto en homicidios y muertes violentas. Óscar vuelve a saltar al ruedo mediático con esta controvertida petición.
Son muchos los mensajes de apoyo que ha recibido la noticia. Además, en Change.org se ha lanzado una campaña de recogida de firmas para “iniciar la investigación de su muerte violenta, no accidental, y para que se realicen todas las pruebas y peticiones legales que permitan hacer justicia para Cristina”.
El 9 de noviembre de 2016 fue María Josefa Ortiz, la hermana de Cristina, la que informó a los medios del fallecimiento de La Veneno, a los 54 años. La famosa vedete pasó tres días en el Hospital Universitario de La Paz en Madrid en coma inducido tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza y varios hematomas por todo el cuerpo.
Las investigaciones policiales oficiales apuntaron a que las heridas pudieron ser consecuencia de un accidente doméstico tras ingerir alcohol y benzodiacepinas. Además, se descartaba que hubiera entrado alguien a robar o agredirla porque la casa no estaba revuelta.
Por su parte, Valeria Vegas, autora de las memorias de La Veneno y compañera de esta durante sus últimos días, descartaba en Sálvame que se tratara de un ajuste de cuentas o un suicidio. “Me llamó el viernes desde el bar de abajo, estaba contenta porque tenía proyectos. Así que descarté la hipótesis del suicidio. Tanto se puede tratar de un accidente doméstico como de una paliza, pero hay que dejar actuar a la policía”, comentaba entonces Vegas.
Sin embargo, tanto ella como otro colaborador afirmaban que el entonces novio de La Veneno le estaba haciendo mucho daño psicológico y que mantenían discusiones de manera constante. Fue por eso por lo que la última pareja de Cristina se situó en el principal punto de mira de la policía en las investigaciones.
Por su parte, la familia de La Veneno siempre sostuvo que durante la instrucción del caso algunas cosas no se hicieron bien. Por eso encargaron una segunda autopsia, que fue realizada por el prestigioso forense Luis Frontela. Este informe contradecía y añadía datos no tenidos en cuenta en la autopsia oficial, firmada por el forense Miguel Ángel Castillo Hernández, y contemplaba la posibilidad de que hubiera un agresor detrás de la muerte.
Todo este ruido provocó que, aunque el caso del fallecimiento de La Veneno acabó archivándose judicialmente –con demasiada celeridad para algunos–, hasta el día de hoy se mantiene la sombra de la duda sobre las razones de su muerte. Los que cuestionan la versión oficial incluso dan crédito a las confesiones que Cristina hizo en su biografía acerca de que podría haber hombres con mucho poder dispuestos a asesinarla.