Hace unos días saltaba el escándalo cuando, en plena segunda ola de la pandemia de la COVID-19, veinticinco descerebrados eran detenidos por celebrar una orgía gay, entre ellos un eurodiputado y varios diplomáticos. En el evento clandestino también se incautaron drogas y alcohol.
El desalojó policial ocurrió en un piso del centro de Bruselas, y su propietario, David Manzheley, ha declarado a EFE que era la primera vez que participaba el eurodiputado József Szájer, miembro del Parlamento Europeo desde 2004. De los otros diplomáticos no han trascendido ni las identidades ni las nacionalidades.
Según Manzheley los participantes fueron convocados «a través de una aplicación para eventos de sexo en grupo». Además, asegura que se traba de una fiesta pequeña, puesto que cuando no había restricciones por la COVID-19 acudían unas cien personas.
Sin embargo, la del viernes por la noche fue especial porque, aunque “siempre viene gente de la comunidad diplomática de diferentes países cuyos gobiernos no les permiten ser libres”, en esta ocasión todosl os asistentes tuvieron que firmar una declaración en la que certificaban que habían pasado el coronavirus. También debían ser negativos en otras enfermedades como el VIH, puesto que se trataba de una fiesta en la que no estaban permitidos los preservativos.
El anfitrión asegura que fueron los organizadores de orgías rivales las que llamaron a la policía, para quitarse su competencia de encima. Asimismo, denuncia que quince policías entraron a su piso sin ningún papel «mientras la gente estaba teniendo relaciones sexuales». Irrumpieron haciendo todo tipo de «comentarios homófobos». Por eso, en su opinión, la redada fue «un ataque por parte de las fuerzas del orden de Bruselas a la comunidad LGTB».
Tras ser multado por incumplir el toque de queda del país, Szájer, que está siendo investigado por consumo de narcóticos, explicó que aunque participó en la orgía, no consumió drogas.
El eurodiputado forma parte del Fidesz, partido del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, cuya línea política es bastante rancia, conservadora, autoritaria y homófoba. Una de sus últimas propuestas era un ataque directo al colectivo LGTBI, puesto que querían impedir la modificación legal del género asignado en el nacimiento mediante la reforma de la Constitución.