La reverenda Josephine Inkpin ha hecho historia en Australia al convertirse en la primera líder trans de una de las principales Iglesias del país, y es una noticia que está dando la vuelta al mundo, por lo que supone su visibilidad.
La reverenda Inkpin ya ejercía como sacerdote cuando salió del armario como mujer trans ante la comunidad anglicana hace cuatro años, y ya entonces hizo historia, dado que este era un hecho inédito. Nunca antes una persona abiertamente trans había roto barreras de visibilidad de esta manera en una comunidad religiosa.
Josephine Inkpin ha dado un paso más este mes, al ser nombrada líder de la Pitt Street Uniting Church en Sídney, una de las principales iglesias de la ciudad australiana. Y se mostró exultante en declaraciones a ABC News: «Lloré lágrimas de felicidad», afirmó.
La teóloga está casada con otra reverenda, Jenny Jones, y ambas ejercieron juntas como sacerdotes de la Iglesia anglicana en el Reino Unido previamente. Lo que tiene claro es que no quiere que por el hecho de ser una mujer trans se juzgue su trabajo de una determinada manera: «No quiero que se me limite. Soy mujer, y tengo un sentido espiritual muy profundo de mi condición», ha dicho.
Salir del armario ante su congregación hace cuatro años cambió su vida, y ahora se siente tremendamente orgullosa de liderar una de las congregaciones más progresistas de Australia, donde asegura que las personas queer encontrarán siempre un espacio seguro.
Sus feligreses la han acogido con los brazos abiertos, algo que Inkpin considera una bendición. El hecho de la Iglesia anglicana no acepte la diversidad de género y a las personas trans fue lo que le hizo buscar otra comunidad religiosa más abierta en la que poder luchar por su aceptación, y ahora que lo ha logrado, ha hecho historia.
La reverenda Inkpin declaró al respecto que las comunidades religiosas que no aceptan a las personas trans «refuerzan la vergüenza y la exclusión, y provocan mucho dolor». Cree que salir del armario y visibilizarse es lo mejor que ha hecho en su vida, porque «tener que estar justificando continuamente nuestra existencia es una pérdida de tiempo y energía». Una gran noticia, sin duda.