Las palabras PCR y test de antígenos forman parte de nuestra vida desde hace ya un año. Desde que llegó el tristemente famoso coronavirus. Y en el corazón de Chueca, en Biogen Center, tienen la solución a un problema que nos puede ayudar mucho a poder “seguir viviendo” –tal como nos dicen Mónica Renedo, doctora en biología molecular y presidenta del laboratorio, y Javier Ramírez Sabau, CEO del mismo–, pues no nos queda otra que convivir con la COVID-19.
Este centro tiene una gran ventaja: la rapidez: «Laboratorios que hagan ellos las PCR, en realidad hay tres o cuatro en Madrid. El resto te cogen la muestras. Hay incluso gente que ha montado una sociedad hace ocho meses y se dedica a recoger muestras y derivarlas a otros laboratorios. Y todo eso alarga mucho el proceso», nos cuentan.
Son muy conscientes de que se ha montado un negocio en torno a estas pruebas: «Sí, gente que nunca se había dedicado a esto vende ahora que hacen PCR o antígenos, cuando, en realidad, tan solo hacen de intermediarios. Captan las muestras y las derivan a los laboratorios que realmente las analizamos».
Hoy por hoy, las PCR son la única garantía que tenemos para una vida medianamente normal. La duda es siempre la misma: ¿La fiabilidad es alta? Nos responden: «Hay dos pruebas que diagnostican infección activa del virus, que son la PCR y el test de antígenos. La PCR te detecta presencia del virus en cualquier momento de todo el proceso de la infección, por eso es la prueba que no tiene competencia. Es la prueba más sensible y que, en cualquier momento de la enfermedad, te va a detectar presencia de virus. El test de antígenos, a nuestro modo de ver, está sobrevalorado, porque solo funciona en los días de carga viral alta, que sí que es verdad que coincide con cuando se contagia. Pero si haces un test de antígenos antes o después te va a dar negativo, aunque tengas el virus, y eso hace que la gente se relaje. A no ser que lo expliques muy bien, o que esa persona tenga el interés de quererse informar. La prueba más sensible, sin duda, es la PCR. Con ella, no puedes evitar los contagios, pero los brotes, sí», aseguran.
Llevan desde 2011 en la calle Hortaleza. Diez años en corazón de Chueca, y ahora este laboratorio se ha convertido en el lugar perfecto para conseguir el ‘salvoconducto’ que nos permita llevar una vida relativamente normal: «Nosotros trabajamos para muchas empresas. Por ejemplo, una con más de 3.000 empleados, que hacen una PCR a la semana. ¡Y esta empresa no ha tenido un brote en todo el año de pandemia! Lo han conseguido haciendo PCR semanales. Aquí, que somos personal de riesgo, nos hacemos una o dos a la semana, y tampoco hemos tenido ningún brote. Desde luego, la única forma de mantener los trabajos, de poder hacer vida ‘normal’, es con un seguimiento con pruebas diagnósticas».
El equipo de Biogen Center al completo. El laboratorio está en la calle Hortaleza, en el corazón de Chueca. [Fotos: Miguelangelfernadezphoto.com ]
La gran ventaja con la que juegan es la de la rapidez, al controlar ellos todo el proceso: «De las PCR que se hacen antes de la una del mediodía tenemos los resultados sobre las cuatro de la tarde. No tenemos, como otros laboratorios, que hacer un ‘precio de PCR urgente’, más alto, por un ‘se lo damos en cuatro horas’. Porque normalmente es lo que nosotros tardamos. Nuestras PCR siempre están en ese plazo si te las haces por la mañana».
Son conscientes de eso: el problema que genera el precio. «Depende del laboratorio. Nosotros tenemos un precio único de partida, que son 120 euros, aunque aplicamos descuentos de hasta el 20% cuando vienen familias o grupos de más de 2 personas. Pero siempre con las mismas condiciones: tardamos muy poco, entregamos el informe de resultados en español o en inglés (para viajar) y proporcionamos el asesoramiento que haga falta. Acudimos a domicilios y atendemos a empresas y colectivos. Es verdad que hay precios mucho más baratos. Sabemos por qué… Bueno, como comentábamos al principio, es gente que no se dedica a esto y lo que hace es ofertarlas a muy bajo precio porque así generan muchísimo volumen. Como advenedizos en el sector, les merece la pena. Sabemos que es una prueba cara. En Abu Dabi, por ejemplo, se hacen PCR cada dos o tres días y la gente va por la calle sin mascarilla. Yo no digo que sea una prueba que se tenga que pagar la gente de su bolsillo. De hecho, si estuviera subvencionada por el Gobierno, como en otros lugares, tendría un coste muchísimo menor para el particular. Estamos llenos de centros de investigación con termocicladores que no se utilizan. La cantidad de reactivos que compramos tiene un precio mucho más elevado del que tendría si el Gobierno lo hiciera. El volumen sería tal que el precio también sería simbólico. Hay estrategia para poder vivir. Lo que hay es que hacerlo. Y hace falta un sistema de gestión internacional que nos permita adaptarnos a esta situación. Y se puede», afirman.
Mónica Renedo, doctora en biología molecular y presidenta del laboratorio.
PCR son unas siglas que han pasado a formar parte de nuestra vida. Eso lo sabemos. Pero, ¿vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con ellas? «Significan Reacción en Cadena de la Polimerasa. Y sí, nos tenemos que acostumbrar a ellas. Las vacunas son muy diferentes a todo lo conocido. Evitan la enfermedad grave, pero el virus entra en el organismo y lo contagias. Eso ya las hace diferentes al resto de las vacunas. Evitan la enfermedad grave, pero el virus va a seguir circulando. Además, tampoco se sabe cuánto va a durar esa inmunidad. En las personas que ya han padecido la enfermedad se calcula de seis a nueve meses. Imagino que con las vacunas pasará igual, dentro de que no lo sabemos aún… Estamos aprendiendo según lo estamos viviendo. Creemos que la PCR para este coronavirus se queda. Al menos, por ahora», afirman.
Otro tema es el de los anticuerpos, saber si uno se queda con ellos tras pasar la enfermedad. «Para eso se hace un estudio de serología, para detectar los anticuerpos IGG o IGA o IGM. La IGG es el anticuerpo con el que semicuantificamos si tienes inmunidad, protección. Y la IGA o la IGM son anticuerpos correspondientes a la infección activa, los que genera tu cuerpo para luchar. Es verdad que también hay personas en las que no se han detectado anticuerpos. Pero eso no quiere decir que no tengan inmunidad. La inmunidad es un sistema muy complejo de diferentes tipos celulares. Que no tengas IGG no quiere decir que no tengas inmunidad. Hay poblaciones celulares mucho más importantes que confieren inmunidad, pero que no se estudian. Esos análisis y tests también los hacemos aquí. Y un test rápido de anticuerpos, que es el que te pinchan en el dedo y es un estudio cualitativo, no cuantitativo, y que tiene bastante fiabilidad», nos dicen Mónica y Javier.
Javier Ramírez Sabau, CEO de Biogen Center, con su compañera Mónica en el laboratorio de Chueca.
Ha pasado un más de un año desde el confinamiento, y ellos ven esperanza: «Después de un año, en la situación en la que hemos estado, de confinamientos, cierres perimetrales, de tanto sufrimiento, de gente que ha perdido a amigos, a familiares, de gente que ha perdido trabajos…, creemos que hay que cambiar la forma de gestionar y la forma de ‘vivir’. Porque hay que vivir. Después de los meses iniciales, que fueron tan duros, y de lo que hemos aprendido en todo este tiempo, la gente tiene derecho a conservar sus trabajos como sea, y tenemos que transmitir un mensaje de ánimo. La gente está triste, con depresiones, ansiedad. Un año es mucho tiempo y, además, se puede vivir con el coronavirus», zanjan.
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