La Tragaperras de Santiago Artemis: "Sabía que hacer ropa de mujer para hombres iba a tener consecuencias, pero fue todo un éxito"

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La Tragaperras de Josemola gira por última vez en su primera temporada, y lo hace desde Argentina para jugar con la superestrella de la moda Santiago Artemis.

Un diseñador que ha roto moldes y patrones, y también el concepto ‘género’ en sus colecciones. Santiago Artemis tiene un libro publicado, El chico del fin del mundo: todo lo que hice para ser yo, su propia serie en Netflix e incluso ha vestido a artistas de la talla de Katy Perry, Britney Spears o Lady Gaga.

En su entrevista asegura que adora España y que está deseando regresar para irse de tapas por Chueca con José Perea, Josemola y todos los amigos de Shangay.

LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Por qué la ropa no tiene género?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Porque, realmente, el valor se lo damos nosotros. Obvio que hay reglas y normas: usar tacos o falda está considerado de mujer, por ejemplo, pero tenemos que deconstruir todo eso, y lo estamos haciendo. Cuando empecé a usar ropa de mujer –siempre considerándome hombre–, no lo hacía con ninguna intención política. Solamente quería ser yo, y sabía que iba a tener consecuencias… Pero terminó convirtiéndose en un éxito.

LA TRAGAPERRAS ⇒ La sociedad es binaria. ¿Tienes que luchar contra ese binarismo de género con tus propias clientas y clientes cuando vienen a veces a pedirte prendas?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Sí, muchas veces, aunque ahora son los propios clientes masculinos los que me piden prendas femeninas. A mí, particularmente, me gusta mezclar géneros, y nunca lo he hecho con intención de violentar. Simplemente, me gusta.

LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Cómo encajan tus prendas las personas no binarias?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Ahora estoy más empoderada que nunca. De hecho, estoy con un modelo con el que haré la primera producción genderless oficial de mi marca. Siempre lo fue, pero esta vez lo hago con más intención. Es el momento de representar a toda mi comunidad.

LA TRAGAPERRAS ⇒ Cuando decides vestir a alguien, ¿en qué te fijas?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ En que me paguen… [risas], no, es broma. Tiene que ver con que encaje con mis ideas. Nunca discrimino en función de si visto a una persona famosa o no. Solo necesito que me inspire.

LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿En qué te inspirabas cuando eras pequeño?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ En las mujeres poderosas de los 80: Linda Evans, por ejemplo. Creo que nací mujer empoderada [risas].

LA TRAGAPERRAS ⇒ La moda también es política, y lo que creamos construye imaginarios para gente que nos ve desde su casa. ¿Te escriben mucho para decirte que eres un referente?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Me pasa todo el tiempo. Es de lo más lindo que tiene mi carrera. La cantidad de personas que me escriben y me dicen que mi show les inspiró a ser elles mismes: que fueron a la escuela con un moño, con un sombrero, con hombreras… Incluso que salieron del armario.

LA TRAGAPERRAS ⇒ Fuiste jurado del reality Corte y Confección en Argentina, y allí conociste al español José Perea, que participó como concursante… ¿Qué tal se portó?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Muy bien. Se robó el show. El primer día ya me di cuenta de que era impresionante. Es muy creativo y tiene ideas muy creativas. Encima tiene personalidad, carisma, ángel…, y todo ello va de la mano. ¡Es un superstar!

LA TRAGAPERRAS ⇒ ¿Recuerdas cómo empezaste tu carrera?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ Recuerdo que, cuando era chico, todas las ideas las dibujaba. Soy ilustrador, de hecho. Esa fue la razón por la que mi abuela empezó a enseñarme a coser. Me hacía mis propios chalecos, monos… Era muy creativo y disruptivo. En 2008, ya dibujaba hombres en monos y mi abuela me decía: “Eres un adelantado”. Era una locura, tenía mucha visión.

LA TRAGAPERRAS ⇒ Tu historia personal es fascinante, pasaste de vivir en una familia mormona a terminar convirtiéndose en toda una estrella de la moda… ¿Cómo sucedió eso?
SANTIAGO ARTEMIS ⇒ No tengo idea [risas]. Es muy difícil para mí responder a esa pregunta porque no sé cómo pasé de una cosa a la otra. Sí puedo decirte que fue con mucho trabajo y mucho esfuerzo, pero también tuve que dejar de escuchar tanto a la gente. Es decir, vivir en tu propia burbuja. Está bien ir consciente y pendiente del resto, pero no hasta el punto de que eso afecte a tus ganas de ser diferente.