'Batallón de mariquitas', el recopilatorio que celebra nuestra tradición musical y reivindicativa LGTBI

Temas: Homofobia, Música, Trans, Travesti

Juan Sánchez es una enciclopedia viviente del mariquitismo de, entre otros periodos, la transición, y siempre se ha esforzado por que no se pierdan capítulos y personajes fundamentales del universo LGTBI patrio que en su momento solo brillaban en el más absoluto underground. Y de ahí nace el disco Batallón de mariquitas.

Juan Sánchez explica que «mi trabajo como documentalista, junto con mi pasión por determinados temas, hacen que me encuentre con cosas que son menos conocidas de lo que se merecen, y que no basta con compartirlas en Facebook o Instagram; así que a menudo pienso en posibles libros o discos, que casi siempre se quedan en proyectos».

En este caso, tuvo claro que el material que manejaba merecía convertirse en un disco como Batallón de mariquitas. «Es una forma de dar a conocer a la mayoría de estos artistas a nuevas generaciones y hacerles también justicia, sobre todo a algunos de ellos, totalmente olvidados», explica. «Y pienso también en un público extranjero que puede apreciar esta información, como yo apreciaría un disco así que me llegara de Francia, Italia, Japón u otros países».

SHANGAY ⇒ ¿Fue complicado reunir el repertorio?
JUAN SÁNCHEZ ⇒ Le di forma gracias a la colección de vinilos y casetes de Dani Gutiérrez y a algunos temas que tenía yo. Había material de sobra, así que lo difícil fue hacer la selección. Nos basamos en que estuvieran representados el mayor número posible de artistas de los años 70 y primeros 80 que hubieran grabado discos, y en que las canciones fueran potentes y de diferentes estilos.

Me importaba que estuviese presente la represión que sufrieron los homosexuales durante el franquismo, pero también el hecho de que los artistas hacían alarde de su condición sexual con descaro y humor. Era la forma de activismo que surgió en ese momento entre los que se dedicaban al espectáculo.

SHANGAY ⇒ ¿Necesitabas dar luz a la discografía mariquita de este país, tan poco conocida?
JUAN SÁNCHEZ ⇒ Sí. De hecho, ya hicimos un recopilatorio, en plan artesanal, cuando proyectamos La tercera luna en el ciclo ‘Cinema Oh!Culto’, y a la gente le encantó. Creo mucho en el formato físico, porque incorporas información que ayuda a contextualizar un contenido tan singular como este. Así que cogí con muchas ganas la posibilidad de hacer este disco.

Batallón de mariquitas, el tema de Félix de Granada, fue un gran hallazgo que, aparte del título, le ha dado un sentido especial al recopilatorio. Y no están todos los que son, así que no descartamos sacar alguna entrega más.

SHANGAY ⇒ ¿Qué sentiste al ver este álbum materializado [está disponible en formato físico en CD limitado]?
JUAN SÁNCHEZ ⇒ Cualquier empeño de este tipo lo hacemos por puro amor al arte, dedicándole muchas horas y ni siquiera estando seguros de que verá la luz; de manera que si el parto tiene lugar, te sientes muy feliz. Poder poner “misión cumplida” a un proyecto así me da mucha satisfacción, hasta te diría que me emociona. Más aún cuando la gente que escucha el disco tiene una reacción muy positiva hacia él.

SHANGAY ⇒ ¿Qué confías que descubra la gente que se asome a él sin saber nada de estos artistas?
JUAN SÁNCHEZ ⇒ Sobre todo que los descubran, y también este tipo de canciones. Que, además, conozcan una forma diferente de hacer activismo, marcada, por supuesto, por la época, en la que quizá se insistía machaconamente en algunos temas de una forma que hoy puede sorprender. Era normal, veníamos de un tiempo en el que no se hablaba homosexualidad, ya fuera masculina o femenina, y mucho menos de travestismo o transexualidad. Y si se hacía, era en voz baja y de forma muy negativa.

Esta forma de alardear de ser ‘mariquita’ era una reacción lógica. Como dice Félix de Granada en su presentación: “Antes nos veían en un bar o en una esquina… y como nos vieran la pluma, diez mil pesetas de multa por mariquita. Ahora mismo petardeamos a gusto y encima nos pagan”. Era una especie de venganza dialéctica, aunque esto, por supuesto, es solo una parte de lo que fue el activismo de aquella época. La lucha por los derechos del colectivo iba también por reivindicaciones políticas muy importantes como la despenalización de la homosexualidad con la derogación o modificación de leyes como la de escándalo público o la de peligrosidad social.