Según su autora y directora Lola Arias, Lengua madre es «una enciclopedia sobre la reproducción en el siglo XXI a partir de las historias de madres migrantes, madres y padres trans, madres que recurrieron a la fertilización asistida, madres lesbianas, padres gais, madres adolescentes, mujeres que abortaron, madres que adoptaron, mujeres que no quieren tener hij@s y muchas otras personas que se preguntan cómo reinventar la palabra ‘madre».
La performer y actriz Paloma Calle está feliz de visibilizar en Lengua madre, a través de sus experiencias personales convertidas en elemento dramatúrgico, «la realidad de muchas parejas de lesbianas». Junto con su expareja, fueron pioneras al ser las primeras mujeres lesbianas que tuvieron un hijo mediante el método ROPA en la Comunidad de Madrid. «Tuvimos que llevar nuestro caso a la comisión nacional de reproducción asistida humana. Se nos denegó… Hubo todo un recorrido de lucha. Al final tuvimos que hacerlo en una clínica privada».
La determinación de Paloma Calle y su pareja en ese momento sirvió para que se activaran protocolos concretos. «Cuando fuimos a tener nuestro segundo hijo fue muy satisfactorio ver que ya había un contrato específico de método ROPA. Poder visibilizar once años de recorrido en esta función y la cotidianeidad de muchas maternidades lésbicas me parece importante«, afirma. «Porque a nivel social es un modelo de maternidad que no está muy presente. La heteronorma sigue dictando lo que se entiende por familia».
«Me gusta ser queer, una invertida…, como quieras llamarme. Pero no me digas ‘normal’, me resulta superofensivo»
Calle, de hecho, creó en 2018 un colectivo llamado Familias HD (por heterodisidentes) «en el que estamos personas cis, personas trans, personas racializadas, blancas, familias poliamorosas…». Y su objetivo es claro: «No queremos ser asimiladas por la norma», explica. «A mí no me interesa ser normal; yo no quiero que la gente me acepte. Busco agrietar y dinamitar la normalidad (que es una ficción) todo lo que pueda, porque me gusta ser queer, rara, una invertida…, como quieras llamarme. Pero no me digas ‘normal’, que me resulta superofensivo».
SHANGAY ⇒ ¿Hasta qué punto es Lengua madre ficción?
PALOMA CALLE ⇒ No es ficción. Tiene una construcción dramatúrgica y una dirección artística desarrollada por Lola y su equipo, pero los materiales con los que trabajamos son autobiográficos. Es una selección de fragmentos de vida de varias personas hilados y convertidos en una obra de teatro. Habla también de las nuevas luchas reproductivas y reivindica los trabajos maternos, siempre invisibilizados. Ponerlo en valor se convierte en un acto político, y en mi caso, la intersección con la heterodisidencia es fundamental también.
«La normalidad heteronormativa es muy aburrida»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llegas a compartir tu historia con Lola Arias?
PALOMA CALLE ⇒ Su equipo me contactó porque desde el CDN me conocían gracias a mis performances, y también alguien les habló de ese colectivo del que formo parte. Hicimos una entrevista, después participé en un taller que funcionaba como proceso de selección, y aquí estoy. Muy feliz de dar voz a gente como yo. Porque no se pueden seguir invisibilizando todo esos lugares que suelen estar en la periferia, es hora de que podamos hablar. Porque la normalidad heteronormativa es muy aburrida [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Qué más voces se escuchan en el espectáculo?
PALOMA CALLE ⇒ Lo compone una multiplicidad de voces, que lo hace muy interesante. Está de una mujer migrante, de una persona no binaria, de un papá trans gestante… Somos nueve performers en escena, ninguna identidad está repetida, y reflejamos una realidad contemporánea bastante representativa de nuestra sociedad. Aunque, lógicamente, no se ha podido abarcar todos los modelos de personas que tienen hijes.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo se fue forjando el texto?
PALOMA CALLE ⇒ Partimos de una serie de improvisaciones en las que Lola nos fue preguntando sobre diferentes temas relacionados con nuestras vidas. A partir de ese material, ella, en diálogo con nosotros, fue escribiendo lo que finalmente es el texto de la obra. El mayor desafío ha sido poder sintetizar nuestras nueve realidades.
SHANGAY ⇒ ¿Luchas contra la heteronormatividad en todos tus trabajos?
PALOMA CALLE ⇒ Siempre que puedo. Mi trabajo está muy ligado a mi biografía, y en él uno heterodisidencia, maternidad, activismo y práctica artística. En Lengua madre también lo hago, pero como actriz. Me parece muy interesante que venga gente al teatro y se identifique con lo que compartimos, o que generemos clics en la cabeza de los espectadores.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo es la relación con tus compañeros?
PALOMA CALLE ⇒ Estoy descubriendo en cada persona cosas que no me esperaba, y eso me gusta mucho. Porque me desmonta mis propios prejuicios, esos que tenemos aunque no queramos. Así que, para mí, esta experiencia está convirtiéndose también en un trabajo de deconstrucción a la hora de interaccionar con los demás. Se han generado vínculos afectivos entre nosotros más allá de lo profesional. Y como yo creo mucho en el afecto como motor del cambio, ojalá llegue lo que sentimos al patio de butacas.
FOTOS: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
LENGUA MADRE SE REPRESENTA HASTA EL 10 DE ABRIL EN EL TEATRO VALLE-INCLÁN (PZA. LAVAPIÉS, S/N · MADRID) DEL CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL