Es posible. Vivir en primera persona lo que es el paraíso no es nada complicado. Solo tienes que tener claro una cosa: debes ir a La Palma, una de las islas más desconocidas (y fascinantes) del archipiélago canario. Allí te podrás aislar de todo, dejar volar tu imaginación desde lo alto, en los sitios más alucinantes que te puedas imaginar, como La Caldera de Taburiente. Conocida como La Isla Bonita, hay mil razones que demuestran que ese calificativo es el que mejor la define.
Abrir horizontes siempre es bueno, y esta isla es el sitio perfecto para ello. Tiene todo lo que puedas pedir a un viaje. Desde hace ya varios años, es uno de los destinos preferidos por el turismo LGTBIQ+ más premium, el que busca la excelencia para vivir experiencias únicas e inolvidables.
Frondosos jardines que puedes encontrar en zonas llenas de fincas plataneras; núcleos urbanos, como su capital Santa Cruz de La Palma, que respiran historia, pero también una activa vida social y comercial. Subir a las montañas más espectaculares, como El Roque de Los Muchachos, a 2.425 metros de altura, desde donde puedes hasta ver las ‘vecinas’ Tenerife, La Gomera y El Hierro. Quedarte en éxtasis sobre la lava de cualquiera de sus volcanes, y ver in situ cómo ha cambiado la orografía de la isla con el nuevo. Bañarte en el Atlántico más puro en unas playas de arena negra que nada tienen que ver con otras que hayas conocido en ningún lugar del mundo… Si tus sueños no tienen límites, La Palma, tampoco. Y es el lugar perfecto para cumplirlos.
Como hemos dicho, la isla se ha convertido en uno de los destinos preferidos por el público LGTBIQ+ no solo de España, sino a nivel internacional. Lo ha hecho por derecho propio, y es algo que se puede comprobar nada más entrar en el avión.
Alejado por completo del turismo masivo y de borrachera (no verás en ningún lugar de la isla macrohoteles llenos de turistas en busca de ‘quemar la noche’), es además un destino seguro. Un ‘sello’ que se ha mantenido incluso en los peores tiempos de la pandemia gracias a las medidas que las autoridades sanitarias de la isla han cumplido a rajatabla, y que se han ido adaptando en cada momento a la situación. Un ejemplo de cómo hacer bien las cosas para el beneficio de todas las partes, algo muy necesario en momentos como los que vivimos.
Por ello se ha convertido también en uno de los lugares preferidos para el teletrabajo, no solo para aquellos que la eligen como lugar de vacaciones. Esta es una tendencia cada vez más al alza, al permitir ahora muchas empresas el poder combinar el trabajo presencial con la vida laboral online.
Solo necesitas una red wifi y buenas conexiones con tu lugar de residencia, por si surge algún imprevisto. Ambas cosas las tienes en la isla, que dispone de un aeropuerto muy bien comunicado. Montar tu oficina en cualquiera de sus rincones es otro de los sueños que puedes llevar a cabo en La Isla Bonita. Por eso es uno de los destinos más demandados para esta realidad que ha llegado para quedarse.
Respirar aire puro (bien aromatizado por la sal del Atlántico en Fuencaliente, en la punta sur de la isla, o bien purificado por los imponentes bosques de helechos de la Era Terciaria, como los que puedes ver en Los Tilos o El Cubo de La Galga, en la zona norte); descubrir estrellas nunca vistas bajo el cielo más limpio del Hemisferio Norte; disfrutar de productos de primera calidad, como los exquisitos plátanos que allí se cultivan, o frutas como papayas, mangos, guayabas, parchitas (como se llama allí a la fruta de pasión o maracuyá), higos, almendras… Todos ellos ingredientes que tienen reflejo en su variada oferta gastronómica. Un plus más a descubrir. Toda esa mezcla de experiencias y sensaciones hace que sea el destino ideal para vivir como sueñas.
En La Palma nunca te vas a aburrir. Es una isla llena de historia, con mil secretos por descubrir. Por poner dos ejemplos, en Santa Cruz de La Palma, la capital, puedes ver algunas de las mejores muestras de arquitectura renacentista de Canarias (el Ayuntamiento), imponentes casas señoriales de la época de la conquista (alguna de ellas, como la Casa Salazar, acoge interesantísimas exposiciones). Al otro lado de la isla, en Los Llanos de Aridane, hay un espectacular museo al aire libre en las calles del centro. En las fachadas de algunos edificios puedes ver obras de Okuda San Miguel, Fernando Bellver, Javier de Juan, Javier Mariscal, Ceesepe o el cotizadísimo Albert Oehlen. Y es que La Palma también es un refugio de artistas que la han elegido para vivir (y crear) como sueñan.
Todo ello, al margen del volcán que ha cambiado para siempre a La Isla Bonita, ganando terreno al mar, y la ha convertido en la tierra ‘más joven’ de toda Europa. Esa es solo una de las mil razones por las que es bonita…
Más que un volcán
Si tus sueños no tienen límites, La Palma tampoco. La isla es un minicontinente en el más amplio sentido del término. En los meses de invierno puedes pasar, en solo un par de horas, de estar en la nieve a bañarte en sus playas, que son completamente diferentes a todas las que puedas haber conocido. Toda la isla está declarada Reserva Mundial de la Biosfera.
Por otro lado, debido al Observatorio Astrofísico de El Roque de los Muchachos, su cielo está protegido por ley. Hablamos de uno de los centros científicos más importantes del mundo y, por ello, resulta imprescindible evitar la contaminación lumínica. El contraste de paisajes resulta increíble.
En el norte hay frondosos bosques (no solo Los Tilos o El Cubo de La Galga, sino, por ejemplo, la carretera de Las Mimbreras, entre Barlovento y Garafía, una excursión que recuerda a Parque Jurásico).
Pero si te gustan los volcanes, no hay que contar nada más con todo lo que habrás visto en los medios en los últimos meses. En estos momentos, la isla es el territorio ‘más joven’ de Europa. El volcán, aún sin nombre, que erupcionó en Cumbre Vieja ha cambiado por completo el paisaje del Valle de Aridane y ha transformado la mítica ‘ruta de los volcanes’.
Pero La Palma es mucho más que un nuevo volcán. Conocer sus pueblos es otro de los regalos que te puedes hacer. Podrás descubrir una gastronomía que ni te imaginas. Por eso, si quieres tener el viaje más completo, hay mil razones para que lo hagas a La Isla Bonita.