Chus Burés: el papel convertido en joya

Temas: Arte, Exposición

La voluntad de experimentar en el diseño de joyas es algo que ha acompañado al diseñador barcelonés, afincado desde hace años en Madrid, Chus Burés casi desde los orígenes.

En los años ochenta, en plena movida, ya destacaba Chus Burés por trabajar con materiales que encontraba en la ferretería, componer piezas únicas con acetatos plateados o incluso montar algún brazalete con esos estropajos ‘nanas’ para limpiar ollas.

“Eran otros tiempos, más rebeldes, y también buscábamos algo de provocación… y además yo aún no tenía tantos posibles: buscaba materiales baratos”, recuerda entre risas Chus Burés.

No como hoy: resulta sorprendente que un especialista en trabar los metales nobles y las piedras preciosas –en piezas que atesoran coleccionistas de todo el mundo– haya decidido realizar estas creaciones en algo tan efímero, frágil y accesible como el papel.

“No es la primera vez que compongo una joya de papel, ni mucho menos», explica Burés. «Está siempre presente cuando realizo mis maquetas, aproximaciones a las joyas finales que he dibujado y que me dan una idea de cómo quedarán de volumen”.

«Desde niño, lo que más me ha atraído de las joyas es su poder como adorno corporal»

La decisión de colocar este material tan poco orfebre en el centro de esta propuesta surgió por otra anterior. “Me llamaron del Museo Picasso de Barcelona para que hiciera unas piezas para una exposición de joyas de artista. Querían algo para regalar, y se me ocurrió hacer unas creaciones muy sencillas que sirvieran para crear, de alguna manera, una especie de happening o acción durante la inauguración. Efectivamente: todos los que acudieron se las pusieron inmediatamente. Fue un éxito, y una muy grata experiencia”.

Animado por esto, decidió llevarlas un paso más: hacerlas más complejas y convertirlas en algo próximo a lo escultórico, “pero buscando también ese poso antropológico: desde niño, lo que más me ha atraído de las joyas es su poder como adorno corporal, anterior incluso a la necesidad de vestirse. Esos brazaletes y tobilleras que llevan las culturas tribales, esas joyas de los pueblos antiguos…, es la razón por la que decidí ser diseñador”.

El resultado es Frágil, un proyecto creado por Chus Burés durante la pandemia, que no solo habla de la fragilidad de la joya, sino también de nosotros mismos en estos años atribulados: la necesidad de repensar nuestra esencia, cambiar nuestra forma de vida y nuestras pautas de consumo, y abordar temas siempre pospuestos como la ecología y la sostenibilidad frente al cambio climático. “He trabajado con papeles bellísimos y de excelente calidad, pero creados con todos los estándares de sostenibilidad. Y lo he mezclado con materiales como diamantes de laboratorio o esencias naturales”.

Sí, alguna de estas piezas incluso tiene aroma. “El papel es un material fantástico en su versatilidad y en su maleabilidad. Pero también está cargado de simbolismo: es el material con el que la humanidad ha expresado durante siglos sus ideas”. Efectivamente, dedica a la literatura una de sus piezas: una larga espiral con un bellísimo poema de juventud de Pier Paolo Pasolini, nuestro héroe homosexual asesinado precisamente por ser tan libre, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento, titulado ¿Adulto? Jamás.

“Tenía que hacer este homenaje, porque desde que leí el poema me vi tan claramente reflejado… Sinceramente, yo no me hago adulto«, afirma Chus Burés. «Pese a todo mi conocimiento, adquirido durante tantos años de trabajo con magníficos artistas y orfebres, tengo la necesidad imperiosa, prioritaria, de tener en mi espacio vital algo de… Schweppes, como decía una amiga. Esa magia de burbujitas”.