Fueron casi tres meses de erupción. El volcán Tajogaite estuvo 85 días escupiendo lava desde la Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, partiendo por la mitad el Valle de Aridane. Durante todo ese tiempo fueron también horas y horas las que todas las televisiones dedicaron a la tragedia. Un esfuerzo periodístico ímprobo que ayudó, sin duda alguna, a recaudar mucho dinero para los afectados. Y a mostrar al mundo el carácter de los palmeros por su forma de reaccionar ante un drama de tal magnitud.
Pero durante ese tiempo fueron también muchos los periodistas, tertulianos y supuestos especialistas los que –quizá desde la ignorancia– se preguntaban constante e impunemente cómo los palmeros podíamos vivir sobre un volcán. Muchas veces incluso tildándonos de irresponsables por ello. El escritor y poeta palmero Ricardo Hernández Bravo les da la respuesta en este libro, con fotografías de Coriolano González Montañez, editado por La Verónica Cartonera
El autor ya había publicado en 2017 el poemario La piedra habitada. Se trata de una obra que es un recorrido por la memoria personal del poeta y su relación con el paisaje de la La Palma, con de la piedra de lava como hilo conductor. Los poemas de Ricardo Hernández Bravo dan cuenta de cómo «la piedra, el terreno volcánico está modelado a nuestra imagen». Y cómo va configurando a su vez «nuestro paisaje interior, el de los palmeros, convirtiéndose así en memoria individual y colectiva de los seres que lo transitamos y dándonos la justa medida de pertenencia a un espacio y de permanencia en el tiempo».
El poeta y escritor Ricardo Hernández Bravo, autor junto a Coriolano Gonzalez Montañez de Vivir sobre el volcán, y Carmen Zaragoza, de la editorial La Verónica Cartonera, en el Teatro Monterrey de El Paso.
Es por ello por lo que cada vez que alguien preguntaba en televisión durante esos tres meses «¿cómo se puede vivir sobre un volcán?» Hernández Bravo se encendiera. El resultado de este ‘enfado’ es Vivir sobre el volcán, un precioso libro, editado sin ánimo de lucro, y cuya quinta edición se acaba de presentar en el Teatro Monterrey de El Paso, en el marco de las fiestas trienales de la Bajada de la Virgen de El Pino.
Son trece textos con trece imágenes. Arranca con una fotografía de el Valle de Aridane cuando era un vergel construido por los palmeros sobre otra colada, la del Volcán de San Juan que en 1949 también asoló la zona. «Con tierra que nuestros padres llevaron de la zona alta de El Paso [precioso municipio del valle llevo de montes y en el está el nuevo Volcán de Tajogaite]. En poco tiempo, y con muchísimo esfuerzo, se construyó todo eso, que ahora se ha llevado en gran parte este nuevo volcán», nos dice Hernández Bravo.
Sergio Rodríguez, alcalde de El Paso, introdujo la presentación del libro en el Teatro Monterrey.
Respondiendo a esta impertinente (por innecesaria) pregunta tantas veces formulada desde los confortables platós de televisión, añade: «Caímos aquí y nos ha tocado vivir aquí. Pero amamos nuestra tierra. Es la prueba del apego que le tiene la gente de La Palma a la tierra».
Esa zona, antes verde y silenciosa, ahora es un malpaís [como se llama en la isla al terreno de lava] con un silencio diferente. El autor recuerda estas palabras de su padre cuando iba a las fincas de plátanos que ahora ya no existen: «Me decía, cuando yo era pequeño, que en verano se podía oír el ruido de las plataneras pariendo. Ahora, cuando voy por la zona, es un silencio diferente el que se escucha. Antes era un silencio vivo, ahora es un silencio muerto. Estamos de prestado en una tregua entre volcanes«. y apostilla: «Todos los que estamos aquí sabemos de lo que hablamos, son las vidas de cada uno».
Como decimos, el libro está editado La Verónica Cartonera, una editorial de Barcelona que creyó en el proyecto en cuanto lo conoció. La mitad de los beneficios son para afectados por el volcán y la otra mitad para que la editorial siga a flote, pues todos trabajan sin ánimo de lucro, y colaboran con una escuela municipal del Ayuntamiento de Badalona con niños con algún tipo de discapacidad.
«Es una experiencia muy enriquecedora por ambas partes», nos dice Carmen Zaragoza, representante de de la editorial, que dirige Anna González Battle que no pudo viajar a La Palma. «Allí, en Badalona, nadie habla de volcanes ni de plataneras, por lo que a los niños les ha venido muy bien conocer esta realidad, de personas tan vinculadas a la tierra, a la naturaleza».
El acto de presentación se celebró en el precioso Teatro Monterrey, el único que hay en el Valle de Ariadne, que tras muchos años de desidia y abandono ha sido comprado por el Ayuntamiento de El Paso para su rehabilitación y darle un nuevo uso. Un proyecto anterior al volcán de Tajogaite que ha cambiado la orografía de la isla.
Pero, y como asegura el poeta Hernández Bravo, «estamos de prestado en una tierra entre volcanes y nada va a apagar la luz de esta zona, esa luz que solo hay en el Valle de Ariadane». Una luz que encandila a todos los que la descubren.