'LUZIA' en Madrid: Cirque du Soleil nos transporta a un México mágico

Temas: Entrevista, México

Cada espectáculo que presenta Cirque du Soleil representa un viaje, tanto físico como metafórico. Esa gran compañía que ahora pasa un tiempo en Madrid se ha instalado ya en la ciudad para hacerla suya.

A los espectadores que acudan a ver LUZIA los invitan a un viaje sensorial a un México nunca antes visto. Porque lo presentan a través del prisma inconfundible de Cirque du Soleil.

LUZIA nace de la fusión de “luz” y “lluvia”, y narra los encuentros de un paracaidista viajero con la cultura, la naturaleza y la mitología de México, tierra de en sueño habitada por una muy diversa colección de personajes. Todo ellos invitan al espectador a sumergirse en una experiencia onírica en un mundo a caballo entre lo real y lo irreal, la tradición y la modernidad.

Entre los muchos artistas que forman parte del reparto de LUZIA, está el marionetista canadiense Emmanuel Cyr, que lleva 22 años trabajando en el mundo del circo. Como parte de LUZIA lleva ya 6 años, girando por todo el mundo. «No me canso de este show, me encanta, por eso sigo formando parte de él después de tanto tiempo», afirma. Y solo tiene palabras muy positivas para este espectáculo que aterriza ahora en Madrid. «Es único: la música, la iluminación, la exquisita puesta en escena… Tiene algo mágico, porque la imaginación y la fantasía forman una parte muy importante en él«.

 

También alaba Cyr las transiciones entre números: «Son realmente fluidas y mágicas, y contribuyen a crear ese mundo tan especial y único, que engancha». Por primera vez, el agua tiene una enorme importancia en un show itinerante de Cirque du Soleil, cuyo impacto visual se enriquece con la presencia activa de este elemento. «Supuso un gran desafío cuando se creó el espectáculo, y lo es cada día porque muchos de los acróbatas actuamos bajo ella. Así que todo está muy pensado para facilitar el trabajo, incluido el vestuario. Después de tantas funciones, la verdad es que lo tenemos muy naturalizado», asegura.

Resulta indudable que LUZIA supone una celebración muy especial de la cultura mexicana. «Tuve la suerte de actuar muchas veces en México, uno de mis países favoritos en el mundo, con mi propia compañía. Es un país inmenso, con muchos contrastes, y me parece increíble cómo el Cirque du Soleil ha sabido capturar muchos de sus paisajes y recrearlos sobre el escenario», afirma Emmanuel Cyr.

Se muestra muy feliz de participar en uno de los números estrella de este espectáculo, en el que «da vida» a un enorme jaguar –animal que posee una dimensión mitológica en la cultura mexicana– e interactúa con el artista francés de correas aéreas Jerôme Sordillon.

Este último interpreta a un semidiós de la lluvia que emerge de entre las aguas de un cenote, evocando las pozas naturales que los mayas veían como portales hacia el más allá. «La interacción entre ambos, con el agua como tercer protagonista, es muy especial», apunta. Y recuerda la reacción del público mexicano cuando presentaron LUZIA allí. «Estuvimos dos meses, y el cariño que nos dieron fue increíble».

Dado que Cyr cita como su número favorito el que comparte con Jerôme Sordillon, hemos querido hablar también con él. Porque, además, ese es uno de los números en donde el agua, importante artista invitada en LUZIA, tiene un gran protagonismo. Se muestra muy ilusionado el francés de actuar en Madrid, «porque durante la pandemia estuve viviendo en Alicante, pero nunca he estado aquí. Así que, al pasar varios meses, podré conocer la ciudad».

A la temprana edad de cuatro años, comenzó Sordillon a practicar gimnasia artística, el único deporte que podía practicar en la pequeña ciudad cerca de Lyon en la que vivía. A los catorce, viendo imposible continuar dedicándose a ella, cambió radicalmente de tercio y comenzó estudios de formación profesional centrados en la fabricación mecánica integrada por ordenador. «Fue la única opción que tenía a mano, y a los cuatro años me di cuenta de que había sido un error», dice entre risas.

Emmanuel Cyr, nacido en Montreal, comenzó en el circo como malabarista, y en un momento dado decidió estudiar el arte de la manipulación de marionetas de gran tamaño. «Me fascinaba la idea de dar vida a objetos inanimados, y poder transmitir todo tipo de sensaciones al público que te ve trabajar. Es un desafío constante en cada actuación, y me encanta enfrentarme a él», explica.

Debutó Cyr como parte del Cirque du Soleil en el espectáculo Wintuk, y LUZIA es su segundo trabajo para esta compañía, en donde se convierte en distintas criaturas a lo largo del show. «Es muy importante que el Cirque lleve apostando tantos años por no incorporar animales reales, ha marcado una enorme diferencia en el mundo del circo con esta actitud», dice. «La apuesta por la imaginación es fundamental y tremendamente positiva».

En 2007 tuvo Jerôme Sordillon su primer contacto con el mundo del circo, y un amigo le animó a que probara con las correas aéreas. «Qué dolor, en ese momento dije que nunca volvería a atreverme con esa disciplina». Por suerte, tres años después cambió de opinión, y desde entonces se dedica profesionalmente a ella. «Desde que formo parte de LUZIA, mi mejor entrenamiento son las funciones«, confiesa. «Es muchísimo trabajo físico el que hago tanto en el escenario como previamente backstage«.

Formar parte de una compañía como Cirque du Soleil implica viajar sin parar, y ambos lo llevan muy bien. «Es un modo de vida que aceptas cuando te introduces en el mundo del circo, para nosotros es lo normal llevar una maleta en la mano todo el tiempo”, explica Emmanuel. “Cada ciudad en la que actuamos se convierte en nuestro hogar mientras actuamos en ella». Porque con la compañía se comparte todo. «Vivimos juntos en nuestro pequeño pueblo allá donde vamos». Y añade Jerôme: “Saber que vas a estar viajando alrededor del mundo continuamente fue una de las razones por las que decidí dedicarme al circo. Te abre la mente conocer tantos países y culturas diferentes«.

Cirque du Soleil celebra la diversidad en todos los sentidos, y por ello asegura segura Emmanuel Cyr que tiene lógica que varios de los números de LUZIA transmitan un cierto homoerotismo. «Es que hay mucha desnudez sobre el escenario«, dice entre risas. «Cada espectador recibe unas sensaciones ante lo que ve, eso es lo bueno. No dudo de que muchas personas gais que vengan a Madrid a vernos recibirán ese estímulo».

Como persona del colectivo, celebra que Cirque du Soleil genere siempre espacios seguros tanto para los artistas como para el público. «Por mi experiencia, es de las mejores compañías en las que he estado en ese sentido. Somos muchas personas LGTBI las que trabajamos en ella, y no solo en el escenario, en todos los departamentos«.

 

Para rematar, añade Jerôme Sordillon que este espectáculo es especial para él por la manera en que representa la cultura mexicana. «Ofrece una visión original de ese país, que invita al público a reflexionar. Cada número está cargado de simbolismo, y el conjunto es realmente especial». Y deja una sugerencia: «Suceden tantas cosas en el escenario que recomiendo ver el show más de una vez para asimilar todos los estímulos«.