La noche del sábado, minutos antes de medianoche, el 911 recibió una llamada desde el Club Q de Colorado Springs. Pedían ayuda porque estaban sufriendo un tiroteo, a lo que los servicios de emergencia respondieron con 39 agentes de policía y 11 ambulancias.
El sospechoso del crimen de odio, Anderson Lee Aldrich, fue detenido a las 12:02 por la policía después de que dos civiles clientes de la discoteca consiguieran someterlo. “Les debemos toda nuestra gratitud”, declaró el jefe de policía de Colorado Springs, Adrian Vasquez.
Este asalto que ha dejado a Colorado y a todo el país en shock ha acabado con cinco víctimas mortales y veinticinco heridos, de los cuales diecinueve estaban heridos de bala. Con este tiroteo, según el Archivo de Violencia Armada, ya son más de seiscientos casos en Estados Unidos en lo que va de año. Uno de ellos será difícil de olvidar: la masacre en el colegio de Uvalde (Texas), el pasado 24 de mayo.
El Club Q ha calificado este tiroteo como un crimen de odio hacia la comunidad LGTBIQ+, y ha querido agradecer de forma pública la rápida respuesta de sus clientes, los cuales consiguieron que el tiroteo no fuese a más. La discoteca ha decidido cerrar hasta nuevo aviso, por lo que las festividades que tenían organizadas para el domingo, Día Internacional de la Memoria Trans, fueron canceladas.
Sobre el atacante, Anderson Lee Aldrich, un joven de 22 años, la policía declara que no puede facilitar información mientras la investigación del tiroteo esté abierta. Sin embargo, un hombre con el mismo nombre y fecha de nacimiento fue arrestado en junio de 2021 por amenazar a su madre con una bomba casera, múltiples armas y munición. A la hora del arresto, Aldrich tenía puesto un chaleco antibalas y llevaba dos armas, una de ellas un rifle de asalto AR-15.
Uno de los testigos del crimen de odio fue Joshua Thurman, un hombre de 34 años que experimentó la tragedia desde dentro. “Estaba en la pista de baile cuando escuche cuatro o cinco disparos; al principio pensé que solo era la música y seguí bailando. Luego escuché más disparos y vi el destello de la boca del arma y corrí hacía atrás, hasta un vestidor. Estaba con otro cliente, cerramos la puerta con llave y nos tumbamos en el suelo”. Así se lo contaba a KOAA mientras añadía llorando que solo era capaz de pensar “espero salir vivo”.
Jared Polis, gobernador de Colorado y abiertamente gay, ha agradecido a los civiles que consiguieron bloquear el ataque, el cual ha calificado como “horrendo, nauseabundo y devastador”. El gobernador ha ordenado que las banderas estén izadas a media asta en todos los edificios públicos durante cinco días en honor a las cinco víctimas. Además, para honrar su memoria, el Capitolio del estado de Colorado lucirá durante estos cinco días la bandera LGTB.
El presidente Joe Biden también ha hecho una declaración en Twitter en la que condena este tiroteo, y deja claro que es consciente del peligro que suponen las armas para la comunidad LGTBIQ+ en su país. Biden considera el problema de las armas una epidemia, y dice que como país deben hacer más para acabar con ella. El pasado 25 de junio promulgó una ley bipartidista sobre seguridad de armas que espera que salve muchas vidas, y que define como la ley mas significativa sobre armas en tres décadas.
Jill and I are praying for the families of the five people killed in Colorado Springs, and for those injured in this senseless attack.
While no motive in this attack is yet clear, we know that gun violence has a particular impact on LGBTQI+ communities across our nation.
— President Biden (@POTUS) November 20, 2022
Aunque todo apunta a que esta tragedia es un crimen de odio hacia la comunidad LGTBIQ+, la policía no puede calificarlo como tal hasta que finalice la investigación en curso. Imposible no recordar en un momento como este la masacre del club Pulse en Orlando en 2016.
Muchas de las víctimas siguen siendo tratadas en hospitales de Colorado, y parece que solo dos de las cinco víctimas mortales han sido identificadas por sus familias. Una de ellas es David Daniel Aston, un hombre trans de 28 años, según ha confirmado su madre, Sabrina Aston.
Se han abierto diferentes canales de donación para ayudar a las familias de las víctimas. Por ejemplo, Club Q ha compartido en su Facebook una web para donar a las familias. Además, Colorado Gives 365 apoya el Colorado Healing Fund, creado para lidiar con las consecuencias de violencia y proveer a las víctimas de ayuda inmediata y a largo plazo.