El pasado fin de semana, unos amigos se reunían para celebrar el Madriconazo, una fiesta que decidieron compartir por las redes sociales, lo que causó bastante revuelo. El grupo ya se había reunido en otro evento, una casa rural que llamaron el Cuencazo. Ambos eventos fueron organizados por dos amigos que se conocieron en Twitter y querían compartir esa experiencia con más gente. Así lo explica José Luis Zafra, uno de los organizadores: “La experiencia fue bastante buena y, a día de hoy, prácticamente todos seguimos en contacto y hemos creado muy buenos lazos de amistad”.
Lo que ocurrió con el Madriconazo fue que se publicó un vídeo de uno de los asistentes del evento, Tomás Lozano, en el que salía bailando la coreografía de SloMo de Chanel. El vídeo no tardo en hacerse viral en Twitter… y los usuarios no tardaron en ridiculizar el vídeo y el evento. Lo que nadie esperaba era que el vídeo llegase hasta Chanel, que respondió diciendo que Tomás era “LO MÁS!”.
https://twitter.com/ChanelTerrero/status/1596946418156982272
Tomás nos cuenta que descubrió que el vídeo se estaba haciendo viral cuando de repente se dio cuenta de que tenía más de 300 mensajes en el móvil, todos transmitiéndole apoyo, “de no ser por eso, ni me hubiera enterado de la que se había formado al respecto”. Además, ve innecesario buscar esos comentarios de odio que tiene silenciados en las redes, “¿Por qué tengo que tomarme la molestia de buscar mensajes de odio hacía mi persona de gente que no conozco?».
Lo que cuenta José Luis es que “ni de lejos imaginábamos que el vídeo llegaría hasta Chanel, lo cual nos alegró bastante, porque Chanel nos encanta y por ser alguien que en su día también tuvo que aguantar haters”. José Sánchez, uno de los asistentes a ambos eventos, comenta que la reacción ante la respuesta de la cantante fueron “gritos internos y locura por el grupo de Whatsapp, qué emocionante ha sido verlo”. Por último, Tomás dice haberse quedado a cuadros con la respuesta de Chanel y que ahí si que se rompió un poco: “Con todo lo que se había formado, que de pronto Chanel comente que es ‘lo más’, pues fue algo maravilloso”.
Para los invitados de la fiesta, está claro que el vídeo solo fue la excusa para criticar el evento, y así lo condenaba Tomás: “Aprovecharon un simple vídeo de una persona bailando SloMo para decir cualquier cosa contra el evento, contra los asistentes, etc. ¿Por qué hacen ese daño?”. Además, sospechan que este odio es un problema mucho más grave; según José Sánchez, se trata de “una homofobia enorme que ha estado creciendo dentro del colectivo”.
Los que han criticado la fiesta se basan en que se excluía a gente que no entrase en el perfil de un hombre cisgay de 30 años, a lo que la organización ha respondido lo siguiente: “Quien se haya interesado un poco por saber de qué va este tipo de quedadas, habrá visto en fotos y vídeos que participa gente de todas las edades y físicos; la única limitación es el aforo de los lugares en los que hemos estado”. El evento era simplemente una fiesta privada a la no se podía invitar a todo el mundo, por mucho que les hubiese gustado.
Pese a todo, los participantes del Madriconazo no se han amedrentado por las críticas y tienen claro que seguirán publicando sus reuniones: “Las redes forman parte de la esencia de estas quedadas, nació así y desde ahí, es fundamental que podamos seguir compartiendo lo que hacemos para que muchos otros se puedan unir”.