“El 2022 empezó bonito, después se torció un poco y, de repente, me cogieron en una serie y me publicaron un libro”, explica el actor Dani Cabrera que, lógicamente, nos cuenta que está en un momento muy bueno de su vida.
Pero no empecemos la casa por el tejado. La carrera de este joven bilbaíno comenzó en el ballet clásico pero, después de una década de formación, se dio cuenta de que lo suyo era la interpretación –»Me metí allí a los 7 años porque había visto Barbie en el Cascanueces y un par de ballets, y me encantaban. Era la mejor escuela de todo el País Vasco, donde formaban para ser bailarín profesional, y claro, llegué a los 15 años y, aunque me gustaban muchísimos los escenarios, me di cuenta de que lo que de verdad me gustaba era contar una historia desde otro sitio distinto a la danza»–.
Fue así como, tras muchos cursos y castings, y algo de suerte –“tengas más o menos talento, la suerte es esencial”–, fichó por una de las series más vistas y longevas de nuestra televisión, Amar es para siempre. «Es una pasada, Es una pasada. Es como si, durante 18 años, mis compañeros hubieran trabajado para que yo llegara; soy como la guinda del pastel. Estoy súper agradecido», explica con una sonrisa.
Cabrera da vida a Ciriaco, hijo de la pareja más veterana de la ficción y, curiosamente, hermano de Luisita (Paula Usero), personaje que se convirtió en un referente lésbico gracias a la pareja que formaba junto a Amelia (Carol Rovira), conocida como Luimelia. “Ambas visibilizan al colectivo de una forma tan sincera y tan genuina… Hoy en día, menos mal, tenemos cada vez más representación y más visibilidad en la ficción. Y no es por echar flores a mi propia serie y al curro de mis compañeras, pero tienen una química entre ellas que funciona tan bien… Y yo creo que por eso ha calado tanto aquí y en Latinoamérica, tanto que les dieron su propia serie. Mira que yo no soy de love is love para nada, creo que hay un discurso mucho mas complejo detrás, pero cuando ves su historia, te funciona tanto…», nos cuenta ensimismado.
SHANGAY ⇒ ¿Te gustaría que tu personaje en la serie fuera LGTBIQ+?
DANI CABRERA ⇒ No quiero hacer queerbaiting, pero para mí, como yo entiendo mi personaje, es evidentemente bisexual. Lo he hablado con compañeros y dirección, y siempre que en el texto me pone algo tipo «no estoy preparado para conocer a ninguna chica», yo siempre digo «conocer a nadie». Mi personaje ha pasado un año viviendo con Luimelia en Manchester, y ahí ha tenido ocho novias y once novios, eso es así. Además, por cómo marcan al personaje de súper ligón, es que lo siento mucho…, es bisexual.
SHANGAY ⇒ Con el escaparate que te está dando la serie, ¿sientes una mayor responsabilidad de transmitir mensajes reivindicativos por la diversidad?
DANI CABRERA ⇒ Es algo que me sale de una forma tan genuina y tan sincera… Entiendo que cada vez me encuentro en una plataforma mayor y tengo cada vez más voz, y considero que, al tener ese altavoz, es una obligación usarlo y aprovecharlo. Pero nunca jamás voy a hablar de algo de lo que no tenga información suficiente, no voy a hablar por hablar. Pero con luchas como la LGTBIQ+, feministas, interseccionales… me pronuncio. Ya lo hacía antes, y ahora es mucho mejor.
SHANGAY ⇒ ¿Alguna vez has temido que decir abiertamente que eres bisexual pudiera perjudicarte en tu carrera?
DANI CABRERA ⇒ Supongo que nunca he llegado a pensarlo. No se trata tanto de la bisexualidad ni de la orientación sexual, sino de la manera de expresar tu sexualidad. Sí que puedo llegar a pensar que puedo estar más limitado a la hora de que se me valore o tenga en cuenta para ciertos papeles. Supongo que siempre he tenido ese runrún, pero no es algo que haya puesto sobre la mesa, ni que haya dicho «esto quiero trabajarlo». Lo que hay es lo que hay, y si a alguien le interesa y le funciona, guay, y si no, es que tampoco quiero trabajar en un sitio en el que no les funcione lo que estoy ofreciendo.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo surge tu primera novela, Quimera?
DANI CABRERA ⇒ Tengo depresión desde los 11 o 12 años, y en la pandemia dejé de tenerla, fue un cambio muy fuerte. Se me juntó que salí de la depresión, salimos de la cuarentena, empecé a tener sentimientos por un chico… Y fue increíble la sensación de ver la vida como creía que nunca más la iba a volver a ver, como un niño pequeño pero con la madurez de una persona adulta. Sabía que quería plasmar ese bienestar en algún lado. El libro habla mucho de la magia, cómo de pequeños creemos en la magia; yo además era muy creyente de la magia, la necesitaba, y luego la perdí y ahora, suena súper cliché, pero me siento súper mágico. Todo lo que me rodea es igual de mágico, y eso quería plasmarlo. Primero quise escribir un corto, luego pensé en un largo, luego pasó a ser una obra de teatro, y se quedó ahí colgando. Y después pasaron cosas, se me juntaron cosas malas en mi vida, justo hace un año mis torres fueron cayendo, no me hablaba con gente que era fundamental para mí… Eso tan bonito que tenía había caído completamente. Y quise reflejar todo ese amor y ese sentimiento de duelo, de aceptar lo que se había ido, y no en plan de odio, sino con el amor más sincero que puede existir y más puro. Así que lo vomité en este el libro.
SHANGAY ⇒ En el libro hablas de las cosas que nos hemos perdido de pequeños por la falta de información y educación en diversidad…
DANI CABRERA ⇒ Cada persona es un mundo, pero sí se nos ha negado un desarrollo, el ser partícipes en la vida real de lo que vemos en la ficción. Al final no eres parte de eso. Yo me acuerdo que de pequeño me miraba al espejo y decía: ¿Qué me está pasando?, ¿quién soy?, ¿por qué todo el mundo parece súper feliz y a mí me cuesta tantísimo? La gente parecía que era capaz de seguir unos patrones, relacionarse, algo tan simple como existir… Creo que nos ha tocado otra manera de existir, de vivir y conocernos, pero me parece que, sin hacer apología del sufrimiento, porque ha habido mucho dolor, la experiencia ha sido súper enriquecedora.
SHANGAY ⇒ Al final, estas experiencias nos han hecho ser quienes somos hoy…
DANI CABRERA ⇒ Todos tenemos que luchar para que eso no se siga perpetuando, y hacerles la infancia más segura y más feliz posible a las siguiente generaciones. Pero sí creo que, dentro de todo lo malo que nos pueda pasar, y esto vale para todo en la vida, las personitas que llegamos a convertirnos merecen la pena. Ojalá hubiera sido diferente, pero si ha pasado, hay que aprovecharlo.
SHANGAY ⇒ ¿Confías en que el futuro será más seguro y diverso?
DANI CABRERA ⇒ Creo que se está intentando instaurar, pero es hora de dejar que cale, a ver si lo hace… Lo que ha pasado en la historia es que hemos avanzado un poquito más y luego hemos retrocedido, y ahora estamos yendo hacia atrás. Pero lucharemos con uñas y dientes, yo, al menos, voy a hacer todo lo posible para que las siguientes generaciones tengan lo que nos hemos merecido todos.
SHANGAY ⇒ ¿Cuál sería tu mayor meta?
DANI CABRERA ⇒ Me gustaría tener el altavoz suficiente para cumplir mi sueño, que es montar mi propia asociación. Es un imposible, una quimera, pero quiero conseguir el altavoz suficiente para mover hilos y conseguir la mayor visibilización, protección para el colectivo y todas las minorías. Una casa para todos los adolescentes y personas LGTBIQ+ que son sistemáticamente rechazadas, pero también personas migrantes o protección a mujeres, que nunca va a ser suficiente la protección que se les pueda dar…. Hacer el mundo un poco más equitativo.
FOTO: SALVA MUSTÉ
MAQUILLAJE Y PELO: ELSA PÉREZ para i.c.o.N.