Este joven sacerdote quiere ayudar a otros mostrando que no es necesario elegir entre tu identidad de género y la fe. Allison acude a colegios y asambleas con la esperanza de inspirar a aquellos que puedan encontrarse en una situación similar a la que tuvo él en su día.
Allison fue criado en una casa bastante religiosa, donde la gente gay solo era mencionada para expresar lo pecaminosas que eran sus vidas. Su familia le hizo creer que, aunque ser gay no era un pecado, actuar sobre esos «deseos» sí lo era.
«Mi punto de vista solía ser muy tradicional y conservador. Hay quien podría llegar a llamarlo intolerante, y había mucha ignorancia. No me preocupé de aprender de las experiencias de otras personas. Definitivamente, estaba en negación, lo cual me hizo negar la identidad de otras personas«.
No fue hasta hace siete años cuando el cura descubrió el término gender-queer y, de repente, «todo tenía sentido». Allison prefirió esperar para desvelar su identidad de género a terminar su formación, pero esa espera resultó ser más complicada de lo que originalmente pensaba.
«Fue mucho más difícil de lo que pensé salir del armario conmigo mismo…, para luego permanecer en él. Hubo muchas veces en las que cuestioné mi identidad cuando era joven, pero habiéndome criado en una versión tan conservadora del cristianismo todo esto estaba lejos de mi imaginación. No conocía a gente trans y, en toda mi vida, había conocido como mucho a dos personas gais, así que todo este mundo era como otro planeta para mí. Pero, incluso cuando me cuestioné las cosas de verdad, no tenía el vocabulario necesario para describir mi experiencia, así que no me llevó a ningún lado».
Fue mientras escribía un ensayo sobre Dios creando la Tierra cuando Bingo tuvo una epifanía, ya que parece ser que el lenguaje que usaba la Biblia originalmente en Génesis 1:27 hablaba sobre «la masculinidad y la feminidad» en vez de sobre el hombre y la mujer. «Ahí estaba en mitad de la noche cuando me di cuenta de que necesitaba darle un giro a mi vida. Fue una experiencia espiritual muy profunda, sentí cómo Dios me guiaba hacia esta nueva verdad sobre mí. Una de las cosas que he mantenido siempre en mi sacerdocio es que transicionar y salir del armario son experiencias espirituales, ademas de emocionales, sociales y, algunas veces, físicas. Hay algo precioso en convertirse en quienes fuimos creados para ser».
La nueva generación de la comunidad LGTBIQ+ es algo por lo que Bingo Allison siente envidia, pero expresa su alegría al ver que hay mucha más gente con la mente abierta sobre el tema y que la comunidad cada vez tiene más representación.
«Intento mantenerme involucrado, no solo dentro de mi trabajo religioso, sino también fuera con el grupo laico local de jóvenes LGTBIQ+. Una de las cosas más importantes es lograr ser una representación visible en mi comunidad, ir a colegios y asambleas e intentar normalizar la comunidad para los niños. Llevar mi alzacuello ayuda a los niños a comprender que está bien, y que hay lugar en la Iglesia y en el mundo exterior para gente como yo«.