El activista trans Henry Edward Tse, junto con otro hombre trans que se identifica como Q, presentó en 2019 un recurso judicial en contra de la política que solo permitía a las personas trans actualizar su género en sus documentos de identidad tras haberse sometido a operaciones de afirmación de género.
Según esta ley, tanto Tse como Q deberían someterse a este tipo de operaciones para ser considerados hombres. La operación de afirmación de género para hombres trans incluye eliminar los órganos reproductivos internos, además de una faloplastia. Cabe aclarar que no todas las personas trans ven necesarias todas las operaciones y que la transición de cada persona es única, y no se debería forzar a nadie a ningún tipo de procedimiento con el que no esté cómodo.
Desde ese primer recurso, ambos activistas se han enfrentado a repetidas derrotas en la batalla para registrar su género en sus documentos de identidad. Tanto Tse como Q tienen pasaportes británicos acordes con su género, ya que los dos se han sometido a mastectomías.
Antes del nuevo decreto, Tse aseguraba que esta ley sacaba del armario a la gente trans «cada vez que teníamos que enseñar nuestro documento de identidad«. Explicaba además que estos requisitos coaccionaban a las personas trans a someterse a operaciones invasivas y bastante caras para conseguir cambiar su género.
En su nuevo decreto, el Tribunal de Apelación de Hong Kong ha fallado a favor de los dos hombres y han condenado los requisitos quirúrgicos como inconstitucionales. Han decidido que la política impuesta era una «una carga demasiado pesada en los individuos a los que concierne«.
Los jueces escribieron que «la consecuencia de esta ley es obligar a las personas como los recurrentes a decidir entre sufrir violaciones constantes de su privacidad o someterse a operaciones altamente invasivas e innecesarias, infringiendo su derecho a integridad corporal. Obviamente esto no refleja un equilibrio razonable».
Tse ha dicho que este decreto es «justicia retrasada», pues la dignidad de la gente trans ya ha sido dañada. «Todos soñamos con no volver a ser sacados a la fuerza del armario por nuestros documentos de identidad; que no se nos volverá a denegar cruzar fronteras y volver a Hong Kong; que no se nos robará nuestro derecho a casarnos y formar familias«. Terminaba su testimonio asegurando que «en todos los aspectos de la vida cotidiana, nuestra dignidad ya ha sido dañada. Este caso nunca debería haber existido para empezar».
La comunidad trans continúa sufriendo discriminación y estigma en Hong Kong. Sus leyes sobre la afirmación de género han sido descritas como arcaicas por bastantes activistas LGTBIQ+. En 2021, la Universidad China de Hong Kong publicó un estudio a escala sobre la gente trans y sus experiencias viviendo sus identidades en la ciudad.
Más de la mitad de las 234 personas trans encuestadas confesaron haber sufrido discriminación en sus trabajos, escuelas y negocios. La mayoría, un 76 por ciento, se sentían rechazados en su vida social, incluyendo a sus familias y parejas. Muchos denunciaban además haber sido victimizados por su identidad de género, incluyendo abuso verbal y físico, conductas sexuales no deseadas, amenazas y chantajes.
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