Sufrimos demasiado… ¿Cómo dejar de sufrir?

Tod@s  absolutamente tod@s tenemos el gran poder de crear. Nuestro coach LGTB Pedro Serrano te descubre nuestra faceta como creadores.

pedro coach
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Pedro Serrano

Pedro Serrano

Soy el espejo mágico que te hace verte tal cual eres, para dar luz a tus sombras y más brillo a tu luz.

3 marzo, 2023
Se lee en 3 minutos

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Y es que, además, el sufrimiento y el dolor son cosas diferentes, aunque van muy de la mano en ocasiones y están muy relacionados.

El dolor es algo que forma parte de nuestra vida, lo queramos o no, y es algo inevitable. Siempre aparecerá de una manera u otra. Tod@s pasaremos por esta experiencia sí o sí. Y aunque hay una tendencia en todas las personas a evitarlo, pasar por el dolor nos puede traer muchas experiencias que nos hagan evolucionar y aprender.

Cuántas veces nos hemos dado cuenta a posteriori de que haber pasado por ciertas experiencias dolorosas nos ha servido –y mucho– para ser hoy quienes somos, estar más fuertes y con más experiencia.

Otro tema es el sufrimiento, que es opcional, sobre todo en intensidad y duración. Sufrir más o menos depende de nosotr@s exclusivamente.

Tenemos la elección de sufrir menos, mucho menos, pero apenas somos conscientes de ese gran poder que tenemos.

Vamos por la vida en este tema, como en casi todos, con el piloto automático. Sufrimos de más, porque siempre lo hemos hecho de manera natural e inconsciente.

Y además hemos repetido el mismo proceso una y otra vez, hasta incluso hacerlo un hábito, una manera de vivir la vida. Lo hemos normalizado, lo cual es una actitud muy perjudicial para nuestro día a día.

Sufrimos cuando recordamos un acontecimiento determinado, y entramos en bucle con esos pensamientos, que provocan en nuestra mente y cuerpo reacciones y emociones que nos hacen sentir de igual manera que cuando pasó el asunto que estemos recreando.

Para nuestra mente y cuerpo es igual de real que cuando pasó, y los efectos son los mismos. Así que nos sentimos mal, y sentirnos mal hace que pensemos más en ese tema, y eso a su vez sube nuestra intensidad emociona. Y una cosa retroalimenta a la otra y empieza la espiral, el bucle que se nos puede alargar mucho en el tiempo e intensidad.

Este mal hábito, repetido una y otra vez e intensamente, puede convertirse en un rasgo de nuestra personalidad y convertirnos en sufridores inconscientes. Y a veces hasta conscientes.

Desde este rol de sufridores, la tendencia siempre es a buscar culpables, sentirse víctima. Llegan los «por qué a mí», «todo me pasa a mí», «la vida está en mi contra», etcétera.

Buscamos culpables, porque es más fácil culpabilizar que responsabilizarse; esperamos que llegue alguien o algo que nos saque de la situación.

Hay personas que llegan a identificarse tanto en este rol de sufridores o sufridoras que se instalan en el victimismo, y toda su vida es un constante drama; siempre son víctimas de algo o de alguien, nunca tienen responsabilidad, todo les pasa siempre a ell@s. Incluso manipulan a su entorno buscando llamar la atención.

¿Conoces a alguien así? ¿Quizás seas tú un poquito así?

Sufrir es no pasar página, no soltar, no aceptar, no responsabilizarse, y solo de nosotr@s depende soltar todas esas piedras tan pesadas que nos hacen tanto daño.

Te pongo el ejemplo de una ruptura o una discusión muy fuerte. En esa coyuntura se produce un dolor que resulta inevitable. En ese momento es lo que hay, lo que es, y una de las consecuencias es el dolor.

Una vez pasada esta experiencia dolorosa, entra el sufrimiento. Y este se puede alargar en el tiempo y en intensidad lo que nosotros queramos. Puede durar una hora, una tarde, una semana o toda una vida…

Y esto es opcional cien por cien. Aquí es precisamente donde tenemos el poder de continuar y alargar ese malestar, ese sufrimiento, o dejar de tenerlo.

Podemos gestionar ese sufrimiento, no digo que sea fácil ni rápido, pero se puede. Como en muchas otras cosas, cambiando nuestras respuestas y nuestros hábitos tendremos nuevas experiencias y llegaremos a otros estados.

El primer paso es LA ACEPTACIÓN.

Este es el primer paso en todo tipo de proceso y transformación.

Aceptar que estamos sufriendo. Aceptar la situación tal y como es. Aceptar lo que hay, lo que es.

Y ojo, que aceptar no es resignarse (eso es no aceptar) ni estar de acuerdo en todo. Simplemente, aceptar sin resistencia, lo que hay, lo que es y no lo que quisiéramos que fuera.

A nuestro ego, le costará mucho aceptar, soltar, fluir con lo que hay. Él prefiere tener la razón, luchar y ganar, ser el vencedor o recrearse en un pasado para lamentarse e ir de víctima. El ego vive también a través del sufrimiento, es también una de sus caretas.

Pero tú eres mucho más que tu careta, que tu ego. Tu ser, tu esencia, vive libre de sufrimientos y apegos.

Te ayudará a saber por qué sufres esta frase: TODO LO QUE NO ACEPTAS TE HACE SUFRIR.

Reflexiona sobre qué no aceptas de esa persona, de esa situación, de eso que pasó, y seguramente encontrarás el motivo de tu sufrimiento.

Si quieres conocer un poquito más sobre las maneras de gestionar el sufrimiento, aquí te dejo este vídeo que seguro te podrá dar nuevas herramientas y perspectivas para ayudarte en tu cometido.

Te deseo un feliz día.

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