Si vas de chill, te interesa. Mr. Avelain, Fran Alvarado y Gabriel J. Martín hablan de tú a tú, de amiga a amiga, en la campaña Chemsex / Hablemos de la tina. Un biólogo, un médico y un psicólogo con un equipo de profesionales detrás para aportar datos científicos, abordan con cercanía y claridad un tema que preocupa mucho a la comunidad LGTBIQ+.
Esta iniciativa de Cesida, con financiación del Plan Nacional sobre Drogas, está enfocada en que las personas que quedan para un ‘chill, sesión o guarrichill’, o se planteen hacerlo, puedan tomar decisiones informadas y reducir los riesgos asociados al consumo de ciertas sustancias. La campaña tiene el valor añadido de que está firmada por profesionales experimentados en la materia: Emma De Martino (guion y edición), Ricardo Paniagua (documentación científica) y Raúl Soriano (coordinación).
¿Qué es la tina? Una de las sustancias que más se utilizan en el chemsex es la metanfetamina, conocida coloquialmente como ‘tina’, cuyo consumo entraña más riesgo por su poder adictivo y sus posibles impactos en la salud mental. “La tina no es una droga más. Su composición molecular le ofrece unos mecanismos diferentes para llegar al cerebro y para permanecer en él por más tiempo, casi doce horas, lo que la hace más peligrosa que cualquier anfetamina”, explica Mr. Avelain.
“Practicar slam supone mayores riesgos para la salud mental en comparación con otras vías de administración de drogas”, comenta Fran Alvarado, Mr. Gay Pride España y Mr. Gay World. Fran también explica qué hacer en caso de sobredosis y cómo el slamming (uso de drogas por vía inyectada) aumenta este riesgo.
Consejos de amiga: el tercer colaborador, Gabriel J. Martín, autor de Quiérete mucho, maricón, entre otras obras, ofrece en esta campaña consejos para la reducción de riesgos. “Limitar la duración de las sesiones es una forma de reducir riesgos, ya que a mayor duración es más probable que aparezcan efectos no deseados. También reducir la variedad de sustancias consumidas simultáneamente, reducir sus dosis, esperar más tiempo entre cada toma”, explica este experto en psicología afirmativa gay. “Si ya practicas chemsex habitualmente, programar semanas de descanso es una forma de reducir el impacto acumulado”.
“No todas las personas que practican chemsex están percibiendo tener consecuencias negativas; el patrón de consumo es muy variable y diverso. No todo el mundo usa las mismas sustancias, vía de administración o frecuencia”, explica Raúl Soriano, coordinador de la campaña, con más de 27 años de experiencia profesional en salud sexual, VIH y adicciones.
“Cuando las prácticas se intensifican o se mantienen en el tiempo, es más fácil que aparezcan problemas que afecten a distintos ámbitos de la salud”. Si precisas apoyo, en la web de la campaña hay un mapa de recursos que muchas de las entidades de Cesida ofrecen gratuitamente.