Carmen Sevilla, mucho más que el rostro más bello del cine español

Nos deja una grande del espectáculo: una mujer que rompió moldes y ayudó a muchos en unos momentos muy complicados.

Muere Carmen Sevilla Icono del cine español
Muere Carmen Sevilla Icono del cine español
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

27 junio, 2023
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Resulta difícil escribir estas líneas sobre Carmen Sevilla, sobre todo cuando no se quiere caer en los tópicos de ‘el rostro más bello’, ‘la novia de España’ o ‘la reina del telecupón’. Cantante, actriz, presentadora, como todas las grandes de aquella época, la Sevilla era todo eso, como muchas folclóricas. Pero, en su caso, mucho más.

Era uno de los rostros del franquismo, y ella, lejos de usar eso para su bienestar, lo utilizó para el de sus amigos; es decir, para ayudar a muchos sus colegas del mundo del cine que se movían en terrenos más pantanosos. Su participación en una película era, en muchos casos, garantía de que esta saliera adelante. Gracias a ella se pudieron hacer muchas cintas que, de otra manera, no habrían pasado de un simple guion (uno más que se guardaba en un cajón por no pasar la censura). El nombre de Carmen Sevilla en el reparto eclipsaba muchas cosas que, de otra manera, habrían sido tachadas.

Pero eso lo sabe poca gente. O, quizás, a poca gente le gusta recordarlo. Porque es más fácil (y sobre todo, más productivo) ponerse uno mismo las medallas que has conseguido gracias a la callada ayuda de otros. Es más fácil recordar a Carmen Sevilla como a esa guapa tontita que cantaba y bailaba, y que era, también sin duda alguna, el rostro más bello del cine español.

Y Carmen podía ser de todo menos una cosa: tontita. Se hacía la tonta para llegar a donde quería, pero siempre fue una mujer con las cosas muy claras, de esas que hoy, de manera estúpida y gilipollezca, llamamos empoderada. Pero era muy lista. Y, además, inteligente, que no siempre van a la par.

Me resulta complicado escribir de Carmen Sevilla porque me da mucha pena que ya no esté con nosotros. Su hijo, Augusto Algueró, supo de manera muy inteligente cómo hacer para que estuviese retirada estos últimos diez años. No fui nunca amigo íntimo de Carmen Sevilla, ahora le saldrán muchos. Pero sí que tuvimos una larga y muy buena relación profesional. Ella, como artista y personaje indispensable del show business español; yo como periodista que seguía sus pasos y contaba su vida. Bueno, la vida que ella quería que se contase…

Muere Carmen Sevilla uno de los grandes iconos de España

Carmen Sevilla, en su casa madrileña del paseo del Pintor Rosales tras una entrevista (una de la muchas) con el autor de estas líneas en el año 2001. [Fotos: archivo personal del autor]

Porque, insisto, Carmen era de todo menos tonta. Y controlaba perfectamente los medios antes de que existieran los responsables que hoy cobran por hacer ese trabajo a esas famosas de las que en dos años nadie va a hablar. Carmen hizo ella misma ese trabajo durante toda su larguísima carrera, que comenzó en 1947 con Serenata española, que abarcó desde películas folclóricas hasta del destape, y que terminó con Cine de barrio, en TVE, tras su renacer mediático con el mítico Telecupón de Telecinco.

Carmen Sevilla, mucho más que el rostro más bello del cine español

No vamos a hacer aquí un repaso ni a su brillante carrera ni a su apasionante vida personal, con dos matrimonios, ni a su espectacular vida social con todas las grandes de mundo, desde Lola Flores hasta las más brillantes estrellas de Hollywood. Eso ya se puede leer hoy en todos los medios. Lo que pretendo, humildemente, es rendir homenaje a una mujer que, pese a todo lo que pueda parecer, sigue siendo una gran desconocida. Una mujer que ayudó a sus compañeras en sus comienzos, que prestaba sus trajes cuando otras no podían comprárselos, que daba la mano y no ponía zancadillas como era habitual.

Fueron muchos años con muchas entrevistas. Y todas se terminaban con la misma frase, con voz de me hago la tonta y un “Naschitoooo, mi arma, no pongas nada malo que se pueda entender mal”. Ella no necesitaba a nadie de comunicación, era su mejor directora de márketing.

No hablemos en pasado. Ella es una grande del cine español. Una mujer a la que la industria no ha sabido, o no ha querido, que todo puede ser, dar el reconocimiento que merece. Por fin ya descansa, está en el olimpo de las diosas con Lola, Nati, Lina… Si es que hoy está mucho más animado el cielo que la insulsez que tenemos aquí abajo.

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