Sinéad O'Connor para Shangay: "Nunca me he considerado una cantante controvertida"

Rescatamos, como homenaje a la recién fallecida artista Sinéad O'Connor, una entrevista exclusiva que dio a Shangay en 2003. Tan reveladora como sincera.

Sinéad O'Connor para Shangay: "Nunca me he considerado una cantante controvertida"
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

27 julio, 2023
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Transgresora, valiente e inclasificable, Sinéad O’Connor saboreó la fama del pop muy pronto en su carrera, y tuvo las agallas de renunciar a ella por no traicionar sus principios.

Muy comprometida y siempre atrevida, fue una artista en constante evolución a la que le importó poco –nada– el que dirán, y que evolucionó constantemente en su música siguiendo sus instintos.

Entrevistar a Sinéad O’Connor en Madrid en 2003 supuso un auténtico lujo, y toda una experiencia. No fue, como cabía esperar, una entrevista al uso. Dada su apretada agenda promocional, propuso a Shangay acompañarla en su cena en un restaurante por la zona de Argüelles para charlar reposadamente.

Como gran fan de la irlandesa, fue de esas ocasiones en que llegué nervioso a la cita. Porque, conociendo su carácter, no podía dejar de pensar «¿y se le incomoda algo de lo que le pregunte y no llego al postre?». No fue en absoluto así.

Me encontré a una Sinéad O’Connor serena, magnética y extremadamente educada. También parlanchina. Y rebosando espiritualidad. Fue una experiencia muy especial que ahora recuerdo con añoranza y pena, porque siempre hacen falta artistas tan auténticas y especiales como Sinéad O’Connor.

Recuperamos aquella entrevista, publicada originalmente en el número 202 de Shangay, en diciembre de 2003.

Sinéad O'Connor Shangay


Asegura que si no graba un disco con sus canciones tradicionales irlandesas favoritas se volvía loca. Y todos nos alegramos de que aparezca sonriente, entre flores, en la portada de Sean-Nós Una antes que con una camisa de fuerza en las portadas de los periódicos. Tiene fama de arisca y de zumbada, pero nada más lejos de la realidad.

Con una claridad y una amabilidad incontestables,, Sinéad O’Connor está feliz de ser quien es y de hacer las cosas que hace, y así lo transmite.

SHANGAY ⇒ Editar un disco de canciones irlandesas tradicionales en este momento, ¿es un acto más de rebeldía de los tuyos?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ En absoluto. Mi intención era recuperar las sensaciones por las que hacía discos cuando empezaba. Una persona debería grabar un álbum porque está segura de que se volverá loca si no lo hace. Me parece absurdo que haya gente que publique discos para tener singles de éxito, para ganar mucho dinero o para que otros ganen dinero con su música. Yo llevaba siglos queriendo hacer un disco como este, pero mi compañía no me dejaba; lo único que les interesaba era que grabase álbumes que se vendiesen bien. A estas alturas ya no necesito dinero, así que era el momento de hacer lo que realmente me apetecía.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué te estaban volviendo locas estas canciones tradicionales?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Llevaban años rondándome la cabeza, y sentía la necesidad de grabarlas. Era un modo de devolverle la vida a los personajes que las habitan. No sé si son fantasmas… creo que sí, porque son espíritus muy poderosos. Son canciones con mensajes ocultos interesantísimos, casi más que las propias letras. Por eso hay mucha gente a la que no les gustan; incluso hay muchos irlandeses que las detestan, porque al escucharlas sienten que les hablan fantasmas desde el más allá.

Sinéad O'Connor Shangay

SHANGAY ⇒ Siempre se te ha dado bien hacer propias las canciones de otros. ¿Ha sido igual de sencillo en esta ocasión?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ El proceso ha sido distinto al de otras veces. Casi siempre que grabas una canción de otro compositor esa persona está viva, mientras que en este caso los autores hace mucho que fallecieron.
Incluso en muchos casos, de antiguas que son, ni siquiera se sabe quién las escribió. Esa cualidad les da una magia especial a muchas de estas canciones, y he sentido una libertad absoluta para dejar volar mi imaginación a la hora de recrearlas. No me he preocupado porque mis versiones resultasen más o menos respetuosas, sino que he querido que personas que ya no están con nosotros pudiesen hablar a través de mí.

SHANGAY ⇒ ¿Como si fueses una médium?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ No, no es eso. Mejor te pongo un ejemplo. Cuando canto Nothing Compares 2 U pienso en mi vida, en sentimientos y personas que significan mucho para mí. Pero las canciones tradicionales irlandesas tienen vida propia y yo no soy quién para apropiarme de ellas, sino que debo dejar que, a través de mí, se expresen quienes las escribieron.

Sinéad O'Connor Shangay

SHANGAY ⇒ ¿Qué reacciones te provoca Nothing Compares 2 U, teniendo en cuenta lo que significó para tu carrera?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ La adoro, me encanta, sigo cantándola casi siempre en mis conciertos. Significa muchísimo para mí y la llevo en todo momento muy cerca de mi corazón. Y eso que con su autor, Prince, no me identifico nada. Es un personaje que me gusta más bien poco [sonríe con expresión entre malévola y desconcertada].

«Colaboraría con cualquier artista menos con Kylie»

SHANGAY ⇒ Sí pareces llevarte muy bien con artistas electrónicos, porque a lo largo de tu carrera has colaborado con gente como Bomb the Bass o, más recientemente, Moby y Massive Attack. ¿Te gusta ejercer de vocalista invitada en proyectos ajenos?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Me encanta hacerlo, es una de mis actividades preferidas. Supongo que es porque disfruto muchísimo cantando, y agradezco que otras personas cuenten conmigo. Es una oportunidad de interpretar canciones que igual tú nunca habrías compuesto, de alcanzar metas que no están entre tus objetivos principales. Son oportunidades de abrirme a otras experiencias y otros universos, lo cual me resulta muy enriquecedor.

SHANGAY ⇒ ¿Hay algún artista por ahí con el que te encantaría colaborar?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Con cualquiera menos con Boyzone, Westlife, Kylie…

SHANGAY ⇒ ¿Metes a Kylie en el mismo saco que a las boy bands irlandesas?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Sí, porque lo que hace es basura. Es guapísima y tiene un look genial, pero sus discos son una puta mierda.

Sinéad o'Connor Shangay

SHANGAY ⇒ Tengo entendido que Eminem tampoco despierta tus simpatías…
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Al contrario, me parece un genio absoluto. Estoy enamorada en secreto de él y sueño con engendrar a sus hijos [sonrisa entre picara e irónica]. Lo que ocurrió es que en su momento tuve que prohibirle a mi hijo que escuchara su anterior disco.

Tenía trece años, estaba pasando por una etapa muy conflictiva y empezó a hablar y a actuar como Eminem, y lo que no quería bajo ningún concepto era verme obligada a ejercer de madre de Eminem. Pienso que hace música para adultos que, en manos de niños, puede resultar peligrosa; por eso intervine. Pero me encanta Eminem, que quede constancia.

«Prefiero la música que te traspasa la piel al pop»

SHANGAY ⇒ ¿Te identificas especialmente con artistas polémicos como tú?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Con Eminem sí me identifico, porque me da la sensación de que los dos buscamos objetivos parecidos a través de la música. Canciones como Cleanin’ Out My Closet me parecen de una valentía extraordinaria. Es admirable que un artista joven norteamericano se atreva a hablar del abuso a menores y de otros problemas relacionados con su infancia, en lugar de limitarse a decir «Ooh, baby, baby», como la mayoría.

El pop me parece un estilo muy respetable que se merece estar donde está, pero también debe haber espacio para la música que intenta traspasarte la piel e ir más allá. Al fin y al cabo la música es el vehículo perfecto para que los seres humanos expresen ideas o preocupaciones que no son fáciles de compartir en la vida diaria.

SHANGAY ⇒ ¿No has vivido durante años en un estado permanente de contradicción: intentando mantener el estatus de estrella pop y a la vez dando rienda suelta a tus obsesiones más Íntimas?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Nunca me he visto a mí misma como una típica estrella de pop masivo, así que jamás me he sentido atada por un estatus o algo parecido a la hora de expresarme. Era mi compañía de discos la que intentaba domarme, pero en ningún momento llegamos a una situación de extrema tensión. Decidí limitarme a actuar como soy, sin preocuparme de la opinión de nadie más.

SHANGAY ⇒ ¿Ha sido la controversia un aliado o un enemigo para ti?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Me resulta un término demasiado lejano. Ten en cuenta que tengo treinta y seis años, y que hace más de diez que no escucho apenas eso de que soy una «cantante controvertida». Para empezar, yo nunca me he considerado así, ésa es una percepción que otros tienen de mí. Y tengo cosas más importantes por las que preocuparme que por la imagen que se tiene de Sinéad O’Connor. Lo que me alegra enormemente es que los días de los escándalos hayan quedado atrás.

Sinéad O'Connor Shangay

SHANGAY ⇒ Es evidente que en tus inicios la música te servía como válvula de escape para tensiones internas. ¿Para qué la utilizas ahora?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Para lo mismo, aunque la perspectiva ha cambiado. Ya no busco desahogarme como antes, lo que quiero es cantar y punto. Para mí interpretar es un modo de rezar y de curar heridas. Cuando canto me pongo en contacto con Dios o como quieras llamarlo, es un acto muy íntimo entre el Espíritu Santo y yo. Mis discos son, en cierto modo, capítulos de un diario personal en el que plasmo mi camino hacia la redención.

En mi primer álbum yo era puro nervio, tenía mucha rabia dentro, y a través de la música he evolucionado hacia un estado de paz y felicidad, que es en el que estoy ahora. Ha sido un viaje de autoconocimiento que me ha llevado a ser quien soy ahora. Si te fijas, en los dos primeros discos incluso cantaba con acento americano, y fue a partir de Universal Mother cuando empecé a convertirme en la verdadera Sinéad.

«No me arrepiento de nada de lo que haya podido decir, tengo la conciencia tranquila»

SHANGAY ⇒ ¿A qué se debía ese acento impostado?
SINÉAD O’CONNOR ⇒ Es una actitud típica irlandesa. Desde pequeña me inculcaron que era muy poco cool ser irlandés y, encima, todos los artistas que me gustaban (Chrissie Hynde, Bob Dylan) eran americanos, de manera que me esforzaba por parecer lo que no era para sentirme mejor. Cuando empecé a tomar clases de canto mi profesor me enseñó que debía ser yo misma en todos los sentidos, y que debía buscar mi propia voz. Así es como aprendí a disfrutar siendo Sinéad. Ahora también me siento muy orgullosa de ser irlandesa; solo me avergüenzo de mi nacionalidad cuando me acuerdo de Westlife.

SHANGAY ⇒ Siempre has dejado claro que no te interesan las etiquetas relacionadas con la sexualidad…
SINÉAD O’CONNOR ⇒ No creo en los conceptos de homosexualidad y heterosexualidad, no creo que se pueda reducir todo a blanco o negro. He tenido relaciones con hombres y con mujeres porque yo me enamoro de la persona, no de su sexo. Es mi manera de pensar y sentir, y me parece tan legítima como cualquier otra.

Cuando hablé por primera vez de este tema fue porque una periodista me preguntó al respecto en una entrevista, y como no me gusta mentir dije lo que sentía. En aquel momento estaba con una mujer y le dije que comprendía a las lesbianas porque me sentía una más. Pero no soy únicamente eso, y parece que a mucha gente le cuesta comprenderlo.

 

Me da igual, porque me mantengo al margen de todo lo que se publica sobre mí. Soy una madre soltera trabajadora [aunque casada con el periodista Nick Sommerlad] con dos hijos [Jake, de 14 años, y Róisín, de 6], y entre que limpio la casa y les ayudo con los deberes no encuentro tiempo para leer revistas de cotilleos. Como ni me avergüenzo ni me arrepiento de nada de lo que haya podido decir, tengo la conciencia tranquila.

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