Restinga, en 'Generación selfi': "El colectivo LGTBIQ+ me abrazó cuando estaba en tierra de nadie"

La DJ marroquí Restinga se lanza a la música como compositora con canciones en las que canta al amor entre dos mujeres.

Restinga
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David Pallarés

David Pallarés

Con siete años vi a Madonna besarse con Britney Spears en la tele y desde entonces mi vida cambió.

14 septiembre, 2023
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Herminia Loh Moreno nació en Tetuán, Marruecos, en 1993. Desde muy pequeña ha sentido una conexión muy grande con la música, y ha aprendido a tocar instrumentos como la batería simplemente viendo a otros amigos hacerlo. Y aunque su primer contacto profesional fue en Sevilla como DJ, ahora acaba de editar su primer EP, انا و ياك, que significa Tú y yo. Un disco íntimo que incluye la canción Abrazaditas, una oda al amor femenino que durante un tiempo censuraba por miedo a la reacción de su padre.

Ahora, Restinga (su nombre artístico, inspirado en su playa preferida de Marruecos), se lanza a la música como compositora con este primer EP que cuenta con un portada bordada a mano por su amiga y artista Carmen Minguito.


INTIMIDAD

Restinga

«Siempre me he rodeado de música. Cuando era pequeña hice un grupo de amigos amantes de la música y aprendí a tocar la batería viendo a una amiga. Llegamos a formar incluso una banda de rock metal con la que me formé y empecé a interesarme por los instrumentos.

Luego me mudé a Sevilla para estudiar la carrera y empecé a currar como DJ en algunas salas. Y aunque no dejé de componer mis canciones, me ha costado mucho lanzarme. Siempre he sentido que hacer mis canciones era algo muy íntimo y personal, como mostrarme desnuda. Gracias al trabajo con el psicólogo, que me está ayudando un montón, he ido dejando las inseguridades atrás”.


AUTODESCUBRIMIENTO

Restinga

«Salir del armario y autodescubrirme fue fácil gracias a mis amigos, que son como yo. Empecé a darme cuenta en bachillerato que me gustaban las chicas pero, claro, en mi colegio casi todos eran musulmanes, y era muy raro porque la cultura pop de mi entorno era la de España. Yo veía Física o Química y escuchaba Pignoise, y era extraño porque mi influencia era esa, pero la sociedad en la que vivía era muy distinta.

Fue al mudarme a Sevilla, con 18 años, cuando me sentí más liberada y empecé con una chica. Primero se lo conté a mi madre, que es española, pero cuando se enteró mi padre, que es musulmán… se lio parda. Me dijo, literalmente, que no podía ser lesbiana. De hecho, cuando compuse mi canción Abrazaditas y la cantaba públicamente, al principio, lo hacía en masculino. En ese momento tenía novia y no entendía por qué lo hacía. Hasta que me reconcilié con la letra y ya la canto en femenino: es la historia de amor entre dos mujeres. Este verano fui a casa de mi padre y se la canté en femenino, él no dijo nada pero yo… me sentí muy bien«.


LIBERTAD

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«Cuando salí de Marruecos sentí una liberación, porque pude vivir tal y como quería. Aunque es un poco extraño el sentimiento de ‘¿pertenezco a esta sociedad o estoy huyendo de la mía que no me acepta?’. Durante un tiempo tuve una falta de identidad social, por eso fue muy importante encontrarme con la comunidad LGTBIQ+, donde hallé un refugio en el que daba igual de dónde vinieras. Es muy bonito que el colectivo te abrace cuando te sientes solo y en tierra de nadie”.


PERSPECTIVA

Restinga

«Me ha costado abrazar la cultura de mi país. Desde pequeña, mi padre intentó meterme en el Islam, me ponía a rezar con cinco años cuando yo lo que quería era irme a jugar con mis muñecas, y al final se rindió. Muy pronto empecé a darme cuenta de ese tipo de cosas que no me gustaban de mi entorno, y claro, empecé a sentir rechazo.

Cuando crecí me rebelé contra todo y le di la espalda a lo que había formado parte de mi vida. Ahora estoy abrazando poco a poco mis orígenes y cosas que antes odiaba, ahora me encantan. Como la música raï que se escucha en los taxis. Es cuestión de perspectiva”.


REFERENTES

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«No he tenido referentes como tal, pero sí que me fijaba mucho en la cultura española y anglosajona. Me encantaban Pignoise, Blink-1982, Sum 41 y ese tipo de grupos pop-punk y rock que me siguen influenciando de alguna manera. Sobre todo porque me dio por escucharla en la época del instituto y también por mi padre, del que he heredado el gusto por otros grupos como Kiss. Siempre he tenido un mix de estilos que me interesaban porque creo que, como he tenido mucha falta de identidad a diversos niveles, he ido buceando por varios sitios hasta encontrar mi camino.

También tengo mucha influencia del metal, pero cada vez más estoy derivando al pop. Rusowsky ahora mismo lo tengo como un gran referente y hace cosas que me encantaría hacer, sobre todo por la gran sensibilidad que tiene y la técnica impresionante con la que produce. Y eso que lo hace desde casa, pero suena increíble».

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