Pep Noguera vuelve a Madrid con 'Trans-plantar': "Es un monólogo dedicado a mis donantes con mariconismo y travestismo"

Temas: Entrevista, Fernando Estrella, Mallorca, Paco León, Pedro Almodóvar

Lleva décadas Pep Noguera haciendo reír como parte del grupo Diabéticas Aceleradas, que nació en su Mallorca natal y que, con su fusión de cabaret, lip syncs y travestismo delirante, hizo historia en el Madrid de los 90 –aparición en Tacones lejanos de Almodóvar incluida–.

Noguera mantiene con vida el proyecto, aunque es el único de los miembros originales que continúa en él. Pero la mejor muestra de su evolución como artista es su personal monólogo Trans-plantar, que ha reestrenado en Madrid, en el Teatro Lara.

Diabético desde niño, Pep Noguera vivió momentos de salud muy complicados hasta que, en 2012, volvió a nacer gracias a un doble trasplante de riñón y páncreas que le salvó la vida. De todas esas experiencias nació este monólogo tan importante para él, creado junto a Tomeu Cañellas. «Me siento tan nervioso como la primera vez que llegué a Madrid, con dos maletitas, en 1988», asegura.

Desde 2005 no actuaba en la capital, y está emocionado de que su regreso a los escenarios madrileños sea con un show tan íntimo y personal como Trans-plantar. «Hago un recorrido por toda mi vida, y el título del espectáculo nace, claro, a raíz de mis trasplantes, por el regalo de vida que supusieron. Es una especie de documental en directo, igual es un género nuevo que he inventado», dice entre risas. «Es, ante todo, un monólogo dedicado a mis donantes, con el que animo a los espectadores a que donen órganos. Y en él hay de todo: mariconismo, travestismo…, no falta de nada. Con lo que me he burlado yo siempre del mundo monologuista, me he tenido que poner un punto en la boca…».

Pep Noguera estrenó Trans-plantar en Mallorca hace seis años, y esta es la primera vez que lo representa en castellano. Lo hará hasta el 8 de noviembre, todos los miércoles, en la sala Lola Membrives del Teatro Lara, y lo de pasarse más de un mes en Madrid asegura que le va a costar. «Estoy muy payesa, que no sé si es bueno o malo», y ríe al escucharse. «Volver a Madrid, donde tendré que llevar un ritmo de vida muy distinto, me va a obligar a adaptarme. Igual que he adaptado cosas del monólogo para recuperar en él vivencias madrileñas».

Ante todo, necesitaba expresar lo que empezó a sentir después de sus trasplantes. «Es que me tocó la lotería tras dos años en lista de espera. Y te cambia todo: la salud, los sentimientos…, te da un subidón de vida muy difícil de explicar. Por eso hay gente que me llama ‘el niño milagro’. Es brutal, y tenía que compartirlo de alguna manera».

 

Recuerda que cuando le dijeron que necesitaría un doble trasplante tocó fondo, su salud estaba muy deteriorada. Por no preocupar a nadie, se encerró en casa desesperado… hasta que sonó el teléfono con la buena nueva. «Me metieron todo eso nuevo, y mi cuerpo reaccionó de puta madre«.

Lo sigue celebrando, claro. Ahora, con una nueva aventura que permitirá descubrir un nuevo rostro de esta infatigable diabética acelerada. «Espero seguir atrayendo con ese monólogo a público tan diverso como siempre. Porque a nosotras siempre han venido a vernos desde gente muy joven a fans de Lina Morgan», asegura. Seguir adelante con Trans-plantar aún le da más vida, «porque mis psicólogos y mis psiquiatras han sido siempre el público y los escenarios«.

Imposible no preguntarle por la reciente muerte de su gran amiga Fernando Estrella, que nos dejó el pasado febrero. «La Estrella forever», dice con rotundidad. «Como me dijo Paco León el otro día, era como nuestro Ghandi LGTBI. Se nos ha acabado una época con su muerte. A mí me dio muchas lecciones de vida, y es la persona más estupenda que conocí, y mira que eso pasó en 1984. Siempre hablaremos de ella, y de hecho, yo también le rindo un pequeño homenaje en el monólogo, porque nos ha dejado una herencia estupenda«.