Quim Gutiérrez: "Ojalá nos educaran con la libertad suficiente para ser como somos de verdad"

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Han pasado seis años desde que Robin Campillo emocionara a medio mundo con 120 pulsaciones por minuto, la película sobre la lucha del sida y el colectivo LGTBI en Francia que le otorgó el Gran Premio del Jurado en Cannes e hizo llorar al mismísimo Almodóvar. Ahora el director se ha vuelto a poner detrás de las cámaras para filmar La isla roja, una de sus películas más personales, en la que narra su propia infancia en Madagascar, donde vivió con su familia durante los últimos coletazos del colonialismo francés. Una bellísima cinta que cuenta con la delicadeza de un pintor de brocha fina y en la que cada detalle cuenta para crear una atmósfera envolvente.

Quim Gutiérrez, uno de sus protagonistas, interpreta su primer gran papel en el país vecino. En La isla roja es un padre autoritario y rígido frente a la sensibilidad de su hijo pequeño, un niño diferente al resto que prefiere vivir en sus propias fantasías, apartado del mundo real (y convulso) que le rodea. La película se estrena este viernes 20 de octubre en todos los cines.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido trabajar con un referente del cine LGTBI como Robin Campillo?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Fíjate que lo primero que escuché de Campillo fue la declaración tan emotiva que hizo Pedro Almodóvar sobre él en Cannes, cuando ganó el Gran Premio del Jurado por 120 pulsaciones por minuto. Entonces vi la peli y me flipó. Así que cuando me llamó para tener una reunión con él fue un espectáculo. Tiene una sensibilidad y una complejidad para dirigir que durante todo el rodaje he tenido una sensación muy reconfortante de que existan proyectos así y que haya directores que puedan permitirse la libertad de contar historias con personajes tan complejos y contradictorios como el mío.

SHANGAY ⇒ Precisamente, tu personaje es un padre de familia como los de antes, autoritario y al que le cuesta mostrar sus emociones. ¿Crees que lo que entendemos como masculinidad está cambiando? 
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Me gustaría pensar que sí, pero sería muy ambicioso. Mi personaje está inspirado en el propio padre de Robin; cuando empecé a construirlo le pedí que me diera fotos, y me sorprendió mucho verlo jugando en el suelo sin camiseta con los niños. Había una cosa muy impúdica, de no tener miedo a tocarse, de un padre que a veces dejaba ser de un adulto para convertirse en un niño más de la familia. Y esos pequeños detalles me sirvieron para alejarlo un poco de ese padre simplemente autoritario.

SHANGAY ⇒ Thomas, tu hijo en la película, es un niño muy sensible y especial. Como persona culta, inteligente y sensible… ¿te has sentido alguna vez fuera de la norma?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Muchas veces…, muchas veces. Creo que todos tenemos una parte de nosotros que lucha desesperadamente por pertenecer a un grupo. Ojalá nos educaran con la libertad suficiente como para ser como somos de verdad. Ahora me estoy viendo el documental de David y Victoria Beckham y puedes ver como el padre de él lo crio desde que era pequeño para que fuera un jugador de fútbol, y me da muchísima pena pensar que no tuvo otra opción. ¿Y si David Beckham no vino a este mundo para ser jugador de fútbol? Estamos tan determinados por aquello que se espera de nosotros que no podemos expresarnos con libertad.

SHANGAY ⇒ La isla roja es ya tu cuarta película en Francia… ¿Qué diferencias ves entre la industria cinematográfica española y la francesa?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ En Francia hay un fenómeno con el cine que es único en el mundo. En ningún otro lugar se produce la estima y la relación que el público francés tiene con su cine. Hay un vínculo con la cultura muy distinto al que tenemos aquí. Al final, durante cuarenta años la cultura española ha estado vinculada al Estado y a la religión, y eso ha hecho que tengamos un gran déficit de aprecio al cine más allá del entretenimiento.

SHANGAY ⇒ ¿Qué cambiarías tú para acercarnos más a ese fenómeno?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Es muy difícil, habría que tirar muchos años atrás, pero no creo que sea un hecho irreversible. Está comprobado que el público ve aquello que se le ofrece cuando se hace una buena campaña de promoción y se invierte en publicidad, pero esto es algo estrictamente comercial. Al público se le educa, está claro que si solo le vendes un tipo de producto no va a querer acercarse a otro. Es un debate muy interesante.

SHANGAY ⇒ Es inevitable hablar del El cuerpo en llamas… ¿Cómo has vivido su éxito?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Me di cuenta de lo que estaba pasando cuando estábamos en San Sebastián presentando La isla roja y me estaba haciendo más fotos que la última vez [risas]. La manera que tenemos ahora de calibrar el éxito es gracias al feedback en redes sociales, y he notado mucho el cariño de la gente con la serie. Siempre me hace ilusión que una cosa funcione y que guste, pero es verdad que con el tiempo he aprendido a ser muy cauto con las expectativas.

SHANGAY ⇒ Te has juntado con tres proyectos muy distintos como son El cuerpo en llamas, Mentiras pasajeras y La isla roja…
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Para mí es un logro personal estar haciendo proyectos tan dispares y a la vez tener papeles dramáticos. Es el resultado de sudor, lágrimas y muchas renuncias. Me siento muy afortunado y feliz por el momento en el que estoy y de los riesgos que estoy tomando.

SHANGAY ⇒ ¿Qué personaje te encantaría hacer que nunca te han propuesto?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Estrenar La isla roja me viene muy bien porque este es el tipo de personaje que quiero hacer. Un hombre complejo, contradictorio que no pretende señalar con subrayador cada idea que dice o cada rasgo de su personalidad. Cuando leo un guion y detecto un personaje así, lo rechazo de inmediato, me aburre muchísimo, no me interesa. Y leo muchos guiones de ese tipo, por eso me parece excepcional leer algo como lo que ha hecho Robin Campillo con este padre que aparentemente es un tío carismático y noble pero luego tiene gestos que… mal rollo. Me gustan los personajes difíciles de defender.

SHANGAY ⇒ La literatura está muy presente en la peli con el libro que lee el pequeño de la familia y con el que deja volar su imaginación. Tengo entendido que eres un gran lector… ¿Qué estás leyendo ahora?
QUIM GUTIÉRREZ ⇒ Pues estoy releyendo un libro de Víctor Frankl, que es un psiquiatra que estuvo en un campo de concentración y empezó a llegar a conclusiones muy interesantes sobre su propio cuerpo y el sufrimiento. Habla mucho de la renovación celular y yo últimamente no dejo de pensar en eso porque llevo unos meses que estoy más enfermo de lo normal. No tengo fiebre pero estoy más resfriado, con muchas alergias y con mucho picor en la nariz. Aunque también puede ser porque tengo un hijo pequeño y está en los primeros años de cole… [risas].

La isla roja sigue la historia del pequeño Thomas, que vive en una de las bases aéreas del Ejercito francés durante los años del post-colonialismo en Madagascar. A sus diez años, con una sensibilidad e imaginación desbordantes, vive ajeno a todo lo que le rodea y prefiere perderse en sus fantasías, protagonizadas por Fantomette, la intrépida heroína de sus libros preferidos. Mientras tanto, el niño observa con fascinación el nuevo mundo que le rodea, que está en pleno cambio hacia una nueva realidad.