Valentina Berr: "Muchas estamos hartas de ser el monotema trans"

Hablamos con la autora trans Valentina Berr, que acaba de publicar el libro 'La respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans', desde ya una obra de referencia LGTBIQ+.

Valentina Berr publica 'La respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans'.
Valentina Berr publica 'La respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans'.
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

20 octubre, 2023
Se lee en 13 minutos

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La divulgadora y autora trans Valentina Berr estaba un poco harta de que le hicieran siempre las mismas preguntas relacionadas con su identidad su género y su sexualidad. ¿Qué ha hecho? Escribir un libro en donde responde a todas esas cuestiones que de manera recurrente escucha.

En un tono entre pedagógico, divertido y provocador, Valentina Berr busca con La respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans que, de una vez por todas, esas preguntas –casi siempre impertinentes e innecesarias– dejen de aparecer en las primeras conversaciones con una mujer trans.

 

Valentina Berr Shangay entrevista

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SHANGAY ⇒ ¿En qué momento decidiste que ibas a ejercer de divulgadora de las realidades trans?
VALENTINA BERR ⇒ Fue un proceso gradual en el que me sumergí saliendo de la adolescencia. Acercándome a los feminismos descubrí que había formas de habitar el mundo, incluyendo las existencias trans, que merecían más la pena que la violenta y aburrida normatividad de los mandatos de género. Eso me llevó a un camino en el que, por un lado, mi realidad se empezó a transformar. Empecé a entenderme de una forma mucho más liberadora. Por otro lado, sentí un impulso enorme por acompañar a quienes quisieran en este camino emancipador. Ahora llevo ya casi diez años en esta gratificante aventura, tanto personal como colectiva.

SHANGAY ⇒ ¿ Cuándo y por qué decides escribir este libro?
VALENTINA BERRLa respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans nace de un café con África, le creadore de Una luz tímida. Nos conocimos a través de un trabajo puntual que hice para elle, y esa energía sáfica maravillosa que nos caracteriza nos unió más allá de lo profesional. Nos profesamos una admiración mutua muy bonita. En una cafetería, una tarde de diciembre de 2020, me dijo “quiero trabajar contigo, preséntame una propuesta de proyecto y la hacemos”. A la mañana siguiente le puse sobre la mesa la idea de este libro, ya con el título actual y todo.

La idea del libro en sí es abordar todas esas preguntas que nos hacen a las personas trans y queer en nuestro día a día, unas preguntas que quizá no siempre nos apetece responder (y menos cuando siempre son las mismas). Muchas estamos hartas de ser el monotema trans. Por eso propongo en el libro tener esa conversación, saciar esa inquietud y, a la vez, plantear ideas y reflexiones que quizá no solo sirvan para que la gente entienda a las personas trans, sino también para que se entiendan un poco mejor a sí mismas, si quieren. Mucha gente se da cuenta de que lo trans no le es tan ajeno como creía.

SHANGAY ⇒ Vivimos un momento en que, felizmente, la visibilidad trans es mucho mayor que hace unos años. ¿A qué crees que se debe?
VALENTINA BERR ⇒ Fundamentalmente, creo que es por dos motivos: uno, porque somos muy pesadas y no nos cansamos de pelear para que se reconozca nuestra forma de existir como una posibilidad. En este país, como en muchos otros, ha habido una tradición histórica de negación, disciplinamiento y persecución de las identidades y culturas que se salen del canon cisheterosexual blanco, impuesto por el colonialismo, las instituciones religiosas, el sistema médico y los intereses del capital. Tras muchas décadas de lucha, empezamos a obtener, al menos, ese pequeño reconocimiento de que se acepte socialmente que existimos y no se nos ataque mucho por ello. Ya ves tú, qué gran logro y qué pequeño suena…

Por otro lado, cabría preguntarse qué es exactamente lo que es más visible en cuanto a lo trans, y cuán capitalizable es eso. Las personas trans más visibles que están (en algunos de los casos, yo incluida) en los medios, pelis y publicidad no dejan de ser, en su mayoría, delgadas, blancas, capacitadas, que encajan bastante en los cánones de su género (que se acercan a “parecer cis”), sin pluma bollera o marika, categorizables en ese relato binario de superación de “nací hombre, sufrí mucho, ahora soy mujer y soy feliz” o viceversa… Las que encajan en la normalidad, en la nueva normalidad. Que es muy válido, sus historias son fantásticas y legítimas, y esto ayuda a mejorar un poco la vida de algunas de las personas que hace años estaban desamparadas. Pero es, cuando menos, sospechoso. Brigitte Vasallo tiene un libro muy interesante, Lenguaje inclusivo y exclusión de clase, que problematiza esto de la visibilidad, lo del “lo que no se nombra no existe”, y cuestiona la utilidad de ello en términos políticos a través del lenguaje y demás. Lo recomiendo mucho.

«Las personas trans somos muy pesadas y no nos cansamos de pelear para que se reconozca nuestra forma de existir»

SHANGAY ⇒ Trans, bollera y no binaria… ¿Te enfrentas a una triple discriminación a menudo?
VALENTINA BERR ⇒ Siendo consciente de todas las violencias que sufrimos las personas disidentes a día de hoy, creo que a veces caemos en el error de vincular siempre la disidencia a la discriminación y al dolor, como si desviarse fuera algo esencialmente peligroso para nosotres que nos corresponde casi por un acto de la naturaleza, porque “hemos nacido así”. Y tengo la sensación de que eso nos disuade de la voluntad de liberarnos, nos inyecta el miedo a ser.

Está claro que tiene cosas positivas hablar de las discriminaciones que sufrimos, sobre todo de cara a sensibilizar a la población y exigir a las instituciones abordar con urgencia las necesidades específicas (véase la Ley Trans y LGTBI o la de reproducción asistida). Pero si queremos construir un mundo con una mirada revolucionaria en el que valga la pena existir, no podemos quedarnos solo en que se nos respete dentro del marco ya establecido. El sistema capitalista colonial, tal como está diseñado, no va a dar respuesta, jamás, a nuestras necesidades como clase trabajadora y disidente, porque siempre se nos obligará a encajar en un molde: más o menos cuqui, pero apretado. Tampoco nos ayudará pensar la disidencia desde el “me ha tocado ser rara en este mundo hecho para normales”. Chiquis, ¡(re)anormalicemos el mundo!

Valentina Berr entrevista Shangay

Foto: Celeste Bruno

SHANGAY ⇒ Has apostado por un tono en tu libro tan pedagógico como divertido. ¿Es la mejor manera para llegar a un lector que no necesariamente forme parte del nicho LGTBIQ+?
VALENTINA BERR ⇒ ¡Espero que sí! Aunque no es una decisión estratégica. El tono del libro es pedagógico y divertido porque es como mejor me expreso yo. Y quería que fuera conversacional para que la lectora se sintiese parte de lo que lee. Quizá sorprende porque siempre se da visibilidad a narrativas trans desde el dolor, la solemnidad y lo dramáticamente confesional. Y eso, aunque persigue el objetivo de humanizarnos, creo que al final nos deshumaniza o, al menos, nos aísla, se nos ve como a las pobrecitas que sufren y necesitan caridad.

Pero las personas trans, más allá de los relatos sobre nosotras, también somos gente divertida, mamarracha, friki, deportista, culta, interesante, que mea y caga como todo el mundo, y con la que cualquiera podría sentirse identificada en algún punto. Así que creo que sí, que adoptar un tono distendido e informal puede ayudar a la gente a conectar mucho más con lo que cuento, incluso a reflexionar y darse cuenta de que muchas de nuestras movidas son también sus movidas.

«La gente está aún muy alejada de las realidades no binarias»

SHANGAY ⇒ Son muchas las preguntas típicas que, desgraciadamente, se hacen a las personas trans recurrentemente, y a las que has querido dar respuesta públicamente. ¿Por qué se siguen haciendo y por qué has decidido responderlas con cero agresividad?
VALENTINA BERR ⇒ Para empezar, debo aclarar que yo soy la primera que en su día a día responde con mala leche muchas veces ante este tipo de preguntas, que nadie se piense que estoy haciéndole tone policing a la peña trans por responder como les salga del papo: yo estoy con vosotres, este libro es la excepción. Luego, respecto a tu primera cuestión, en la introducción del libro doy algunas pistas sobre ello.

En realidad, muchas de estas preguntas que nos hacen nos las hacemos, también, a nosotras mismas en algún punto: “¿Qué pensarán mis padres? ¿Me quiero operar? ¿Entonces, me gustan las chicas o los chicos? Si me hormono, ¿me empalmaré? ¿Qué pasará en mi colectivo feminista si digo que soy un chico trans?”. Todas estas preguntas, y muchas más, son cuestiones que nos preocupan porque existe toda una tradición de estigma hacia las vidas trans o que se alejan de la cisheteronorma (junto a un aparato mediático que lo afianza) que se encarga de hacernos creer que lo trans va unido a todos esos problemas.

Al final, es un poco profecía autocumplida, porque es cierto que nos acabamos encontrando con muchos de ellos. Por eso, aunque me toca la pera tener que hablar de estas cosas, creí que era importante hacerlo de algún modo porque, si no tenemos esta conversación, se hará mucho más complicado conectar como individuos y como clase obrera. Seguiremos dividiendo el mundo de lo cis y de lo trans como si fueran completamente ajenos, incompatibles e imposibles de mezclar. Y eso al sistema le va de perlas.

SHANGAY ⇒ De todas ellas, ¿cuáles son las que más te molestan a ti personalmente?
VALENTINA BERR ⇒ Tengo la suerte (o la deformación profesional) de que, como me dedico a impartir cursos y charlas sobre el tema, en los que me expongo voluntariamente a esas preguntas, he conseguido neutralizar bastante la molestia que sentía. Además, como ya está publicado el libro, cuando me pregunten cualquier cosa y no me apetezca hablar de ese tema ahora podré decir: “Te recomiendo La respuesta a todo lo que preguntarías una tía trans, ¡ahí se habla de eso! Ya en librerías”. Ahora, sin hacer spoilers, sí que hay una pregunta que me encanta que me hagan y que invito a que todo el mundo me la formule si lo desea. Está al final de la página 25, ahí la cito literal. Ojalá que me la empiecen a hacer a menudo, porque en la situación en la que me encuentro ahora, ¡te aseguro que lo agradeceré!

Valentina Berr entrevista Shangay

Valentina en su podcast @larespuestaatodo, en el bar Carita Bonita

SHANGAY ⇒ ¿Fue el momento más duro en ese sentido cuando jugabas al fútbol?
VALENTINA BERR ⇒ En el fútbol ha habido un poco de todo, también porque era fútbol de competición, fútbol que además se podría considerar profesional en tanto que cobrábamos. Por todo ello, estaba regido por normas (no solo leyes escritas, también dinámicas del propio sistema de competición que habría que empezar a cuestionar con seriedad) que acaban sometiendo a las personas a mucha presión, como muchos otros trabajos. Podría compararse con sectores como el modelaje o el cine, en los que hay un control muy estricto de los cuerpos y los comportamientos para que las personas encajen en un molde concreto, sea el que sea, y eso acaba expulsando de las posibilidades –¡incluso laborales!– a las que nos es imposible siquiera caber en ese molde.

Ahora, por ejemplo, estoy jugando un día a la semana en una liguilla de fútbol sala de barrio no federada, en un equipo montado por un grupo de bolleras y disidentes que solemos coincidir los lunes en la fiesta FLINTA de Me Siento Extraña, en el Candy Darling Bar, y ahí no hay ningún tipo de presión de ese tipo. En consecuencia, tampoco hay ningún drama. Todo el mundo va a disfrutar y a tomarse algo después, nos da absolutamente igual quién es mejor o peor.

«Las preguntas que nos deberíamos estar haciendo sobre lo trans deberían ser mucho más interesantes»

SHANGAY ⇒ ¿Siempre tienes respuesta para cualquier asunto relacionado con la transfobia?
VALENTINA BERR ⇒ ¡En absoluto! La pretenciosidad del título del libro es, por supuesto, una pequeña ironía. Seguro que dentro de un tiempo ni siquiera yo estoy de acuerdo con lo que cuento en el libro. En todo caso, lo que tengo son algunas respuestas a todo, o a casi todo, lo que nos preguntan siempre a las personas trans. Y ese es uno de los grandes problemas: que las preguntas que nos deberíamos estar haciendo sobre lo trans podrían y deberían ser mucho más interesantes, más desafiantes a nivel intelectual, y también más humanas.

Otra cosa que me encantaría acerca de las preguntas, ya que sacas el tema, es que fueran más multidireccionales, que no solo tuvieran que ver con quien las recibe, sino también con quien las formula y sus supuestos “iguales”. A mí me fascina cuando estoy dando una charla para gente de más de 60 años, que he dado unas cuantas, y me preguntan cosas como “yo llevo 40 años casada con mi marido, pero ¿cómo sé yo que en realidad no me gustan las mujeres?”, o “yo siempre he pensado que soy un hombre, pero si me dices que ser hombre no está ligado a tener pene, ¿entonces cómo sé lo que soy?”, o incluso “después de tantos años sin hacer x cosa porque me han enseñado que eso es de hombres, ¿cómo puedo empezar a hacerlo sin sentirme mal por ello?”. Las respuestas a eso siempre son colectivas, nunca va a haber una única persona o una única respuesta, y eso es lo maravilloso.

Valentina Berr ENtrevista Shangay

Foto: Marta Pich

SHANGAY ⇒ La prologuista de tu libro, Alana S. Portero, ha escrito una de las grandes novelas LGTBIQ+ del año. ¿Crees que la ficción también puede dar respuestas a cuestiones relacionadas con las identidades trans?
VALENTINA BERR ⇒ Desde luego. De hecho, Alana ha escrito una novela que, lejos de ser una novela de nicho LGTBIQ+, habla de un relato de clase obrera en el que, efectivamente, se presentan formas de habitar esa clase alejadas de la cisheteronorma. Pero sus referencias, sus personajes y sus tramas interpelan a toda la clase trabajadora, porque todo el mundo conoce a esa anciana del barrio que va ultraperfumada y que es considerada “la loca del pueblo”, pero a la que todo el mundo le profesa respeto en el cara a cara.

Te nombres desde lo cis o desde lo trans, habrás escuchado a la vecina de arriba ser maltratada, o habrás visto a una madre (sea tu madre o no) friendo croquetas siempre servicial, o a la trabajadora sexual en tacones y minifalda en una esquina acercándose a hombres que tú jamás tendrías el valor de mirar siquiera a la cara. Que alguien que vive cosas tan parecidas a las tuyas te cuente, en el transcurso de ellas, su propia forma de habitar el género y sus malestares es una oportunidad maravillosa para entender lo que te rodea y expandir tus horizontes. Todavía me parece un sueño increíble que una de las escritoras más fascinantes del panorama literario español haya tenido la generosidad de escribir el prólogo de mi libro. Es una alegría que nadie me quitará jamás.

Valentina Berr Entrevista Shangay

SHANGAY ⇒ ¿Quedan muchas más preguntas innecesarias relacionadas con la realidad trans que compartir para que ya se dejen de hacer?
VALENTINA BERR ⇒ Seguro que sí. Por una parte, creo que el libro se deja en el tintero muchas cuestiones relacionadas con la no binariedad. Aunque creo que muchas de ellas se están cociendo todavía, porque la gente está aún tan alejada de las realidades no binarias que ni siquiera es capaz de formularse demasiadas preguntas al respecto más allá del tema de los pronombres, de cómo se sienten y de su expresión de género, que eso sí que lo abordo con bastante esmero. Luego, por supuesto, aunque esté contado todo desde una perspectiva anticolonial y antiesencialista (o esa es la intención), al final lo que explico está enmarcado en lo que nos encontramos las personas trans blancas en el contexto de la Europa Occidental, por lo que sería perfectamente factible que una muchacha trans negra me dijera “niña, ojalá me hicieran a mí las preguntas que te hacen a ti”. Y tendría toda la razón.

Aun con todo esto, me doy por satisfecha con el resultado del libro, y ojalá que sirva como punto de inflexión para empezar a formular preguntas que nos lleven a entablar conversaciones más estimulantes para todes. Estoy deseando que nos las hagamos.

EL LIBRO La respuesta a todo lo que preguntarías a una tía trans DE VALENTINA BERR ESTÁ EDITADO POR EGALES

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