El vecino mirón y lo que esconde esta toalla: el corto homoerótico (en el que se ve su gran secreto)

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“Como cada día, Joan se levanta a las 9 de la mañana con un único objetivo: ver cómo su vecino Carlos se desnuda frente a él”. Con esta premisa arranca el segundo cortometraje de Ian Loren (aka Fran o Frewtwojota), La parte de su vida que quiere mostrarme (2023).

La película nos presenta a Joan, un joven mirón y stalker que se obsesiona hasta el enamoramiento de Carlos, su vecino de enfrente. No se conocen, nunca han hablado pero, desde que hace unas semanas Carlos se mudó a su edificio, Joan ya se ha hecho una paja mental (y varias no mentales) acerca de su inexistente relación. “Me gustaría saber su nombre, a qué se dedica, cuántas veces va al gimnasio a la semana, cuáles son sus aficiones… Conozco cada rincón su cuerpo, pero no sé nada de él”, confiesa Carlos escondido tras las cortinas de su casa.

“Solo admiro la belleza”, dice en un momento dado el voyeur confeso para justificar un comportamiento tan fantasioso y perturbado que en ocasiones nos recuerda al del terrorífico Joe Goldberg, el asesino de la serie de Netflix You.

Más allá del dudoso romanticismo con el que se afronta el asunto, las explícitas escenas en las que Joan vigila a Carlos son morbosísimas. Los desnudos integrales del vecino acechado tienen carne XXL y poca grasa; así que si te va el músculo y, como diría Becky G, «te gustan mayores», merece la pena que disfrutes los diez minutos que dura el corto. Eso sí, tendrás que estar registrado, porque solo pueden verlo los mayores de edad.

Los dos atractivos protagonistas de la cinta son Carlos Ramírez (Joan) y Carlos Sanz (Carlos), dos guaperas muy deportistas con dos estilos de belleza diferentes. Si queréis bichear un poquito más sobre la obra y milagro de ambos actores, podéis buscarlos en sus redes. A los más perezosos, les facilitamos parte de la tarea incluyendo una galería de imágenes con algunas de sus fotos más sugerentes.

 

Además de La parte de su vida que quiere mostrarme, Ian Loren ha realizado otros dos cortometrajes con protagonistas gais: El juego de la tiza (2022) y Con un beso muero (2023). Títulos con los que el director se muestra fiel a su propósito artístico: “romantizar el erotismo y mariconizar el mundo”.