Visceral y provocativamente reivindicativo, el artista y activista sevillano José Pérez Ocaña travistió toda la represión que sufrió en sus carnes por ser homosexual y se convirtió en símbolo de la contracultura y el colectivo LGTBIQ+. Figura clave de la Transición, en la memoria colectiva permanecen sus carnavalescos pasacalles por el corazón de Barcelona, excéntricas performances en La Rambla y coloridas pinturas y esculturas.
Ahora, FlixOlé rescata una de las piezas cinematográficas más importantes del cine LGTBI de nuestro país: Ocaña, retrato intermitente (1978), en la que Ventura Pons inmortalizó al artista en su etapa de mayor apogeo.
“Yo soy un marginado como las putas, como los chulos, como los maricones, como los ladronzuelos que roban motos… Aunque soy pintor me puedo meter en su mundo, me siento identificado con toda esa gente, me encanta y me fascina”. Estas palabras, pronunciadas por el propio Ocaña desde su cama, son el mejor reflejo de un creador autodidacta que, vestido de folclórica, golpeaba con su abanico la mojigatería franquista al tiempo que proclamaba a los cuatro vientos su identidad sexual.
Dichas palabras fueron recogidas por Ventura Pons en Ocaña, retrato intermitente. El debut del director catalán fue este documental que alterna las actuaciones a pie de calle del artista andaluz con declaraciones en primera persona en las que relata las traumáticas experiencias de su infancia y adolescencia. Desde el viaje a la ciudad condal hasta las inquietudes y obsesiones que plasmó en el lienzo, así como reflexiones sobre su condición sexual.
El filme, que recorrió las salas de todo el mundo, se convirtió en un autorretrato no solo de unos ojos en los que se aprecia «la alegría, tristeza y las cosas del mundo que hacen a la gente marginada», sino también de una España que se dirigía hacia la democracia abriéndose camino entre puritanas y autoritarias costumbres. Con cautivadora naturalidad, Ocaña rememora el teatrillo que desde pequeño tenía que interpretar cada día al cruzar el umbral de su casa en Sevilla para intentar ocultar su atracción por los hombres, o su desahogo artístico-político-reivindicativo, a menudo poco reconocido por no contar con un título que avalase su firma.
Entre sobrecogedores relatos contados con tono excéntrico y alegre, por el largometraje desfilan procesiones que simulan los actos religiosos de su tierra, con saetas en balcones incluidas, funerales en los que se le ve portando peineta y mantilla, paseos por La Rambla junto al dibujante Nazario e incluso desnudos en escenarios como el de las Jornadas Libertarias de la CNT.
El documental de Pons despliega un completo repertorio de performances y testimonios que nos acercan a uno de los personajes más emblemáticos de la comunidad LGTBIQ+. Coincidiendo con los cuarenta años del fallecimiento de Ocaña, FlixOlé recuerda su lucha con este ‘retrato intermitente’, disponible en el catálogo de la plataforma especializada en cine español.