El Teatro Real sigue saldando sus deudas con el siglo XX

'Pierrot-Lunaire', de Arnold Schoenberg, llega al Teatro de la Abadía; el estreno en España de 'La pasajera', de Mieczysław Weinberg, a la sala principal del coliseo de la plaza de Oriente.

Xabier Sábata en ´Pierrot Lunaire', coproducción del Teatro Real con el Teatro de La Abadía. Foto: Javier del Real.
Xabier Sábata en ´Pierrot Lunaire', coproducción del Teatro Real con el Teatro de La Abadía. Foto: Javier del Real.
Iván Salcedo

Iván Salcedo

El día que vi a 'La maja desnuda' de Goya descubrí dos cosas: que quiero vivir dentro de un museo y que soy gay.

21 febrero, 2024
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El Teatro Real estuvo cerrado como templo de la ópera prácticamente todo el siglo XX. En concreto, desde 1925 hasta su reapertura en 1997. Cerró en 1925 porque amenazaba derrumbe, y reabrió como sala de conciertos en 1966. Cierto es que hasta su cierre, en 1988, por su escenario pasaron los más grandes de la lírica mundial. Pero muchas de las grandes óperas del siglo XX no llegaron a la capital, que sigue huérfana de esas obras.

Hasta ahora. Joan Matabosch, director artístico del coliseo, se ha propuesto ir aprobando esas asignaturas pendientes. Desde que comenzó este año 2024 vamos saldando deuda tras deuda. Comenzamos enero con la rotunda producción que Calixto Bieito hizo de Lear, la ópera que Aribert Reiman compuso para el legendario barítono Fischer-Dieskau en 1978, y ahora continuamos con la versión escenificada de Pierrot Lunaire, la obra de Arnold Schönberg que se estrena el día 22 de febrero en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de La Abadía, escenario en el que estará hasta el día 25, con el soberbio contratenor  Xabier Sábata como gran reclamo. Una nueva colaboración entre ambos coliseos.

Poco después, el 1 de marzo, la sala principal del Teatro Real levanta el telón de La pasajera, de Mieczysław Weinberg, compositor polaco cuya ingente y fascinante producción, silenciada durante décadas por la censura soviética, se está descubriendo y grabando en los últimos años. Serán ocho funciones, hasta el día 24 de marzo. Sin duda, el Real comienza el año saldando tres importantes deudas con el pasado siglo XX.

En lo que respecta a Pierrot Lunaire, la obra nació por deseo de la versátil actriz austríaca Albertine Zehme, quien le pidió a Schoenberg que pusiera música a un ciclo de poemas simbolistas de Albert Giraud (1860-1929) traducidos al alemán. La partitura está estructurada en tres partes, cada una con siete poemas. En la primera, Pierrot –alter ego de un artista irreverente, apasionado, alienado y despechado– está enamorado de Colombina y fascinado por su propia imagen, que se transforma, en la segunda parte –más grotesca e iconoclasta–, en una obsesión enajenante que alcanza el clímax cuando es decapitado por la luna. En la tercera parte, Pierrot se va serenando con sus recuerdos, viajando al pasado mientras vuelve a casa, a su Italia natal.

Pierrot-Lunaire-Teatro-Real-Teatro-de-La-Abadía

Pierrot Lunaire, coproducción del Teatro Real con el Teatro de La Abadía

La genial partitura de Schoenberg, que esconde una fascinante arquitectura matemática con hilarantes juegos numéricos, es un derroche de hallazgos a todos los niveles: estructural (en el ciclo, en cada poema y en sus interrelaciones), tímbrico (con distintas combinaciones instrumentales utilizando 8 instrumentos), armónico (con la exploración de la atonalidad y la superposición y articulación de distintas formas y motivos) y dramatúrgico. Cada canción es tratada como una miniatura, con un lenguaje y un  universo propios, en el que desfilan un vals, una passacaglia, un minueto, una barcarola, una minúscula ‘opera buffa’, fugas, cánones, etc.

Este ciclo de canciones epigramático, unido por una escritura  atonal y  la utilización del Sprechgesang –canto hablado que explora la expresividad y la prosodia de la entonación oral–, será interpretado, como hemos dicho, por el gran contratenor Xabier Sábata, creador del espectáculo, quien articula la música de Schoenberg con pasajes de La metamorfosis, de Ovidio.

La dirección musical del espectáculo es de Jordi Francés, que actuará con una pianista y cuatro solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real: Pilar Constancio (flauta y pícolo), Ildefonso Moreno (clarinete y clarinete bajo), Sonia Klikiewicz (violín y viola), Natalia Margulis (violonchelo) y Karina Azizova (piano). Los cinco músicos –que en total tocan ocho instrumentos– solamente actúan juntos al final de la obra, ya que los diferentes poemas son acompañados por distintos instrumentos.

Con Pierrot Lunaire, el Teatro Real y el Teatro de La Abadía homenajean a Arnold Schoenberg (1874-1951), en el 150 aniversario de su nacimiento, con una de sus obras más icónicas, originales y geniales. Con ella, el compositor abría la música al expresionismo en un lenguaje que no dejaría de evolucionar, como se podrá ver en Erwartung (La espera), que se presentará, junto a La voz humana, de Francis Poulenc, el próximo mes de marzo, en una nueva producción del Teatro Real con Ermonela Jaho como protagonista. En marzo, se saldarán nuevas deudas con el XX.

Por otro lado, como ya hemos apuntado, entre el 1 y el 24 de marzo, el Teatro Real ofrecerá ocho funciones de La pasajera de Mieczysław Weinberg (1919-1996), compositor polaco cuya ingente y fascinante producción, silenciada durante décadas por la censura soviética, se está descubriendo y grabando en los últimos años. Son unas funciones dedicadas a Gerard Mortier, que fue director artístico del coliseo, en el décimo aniversario de su muerte.

La ópera se estrenará en España con la maestría de dos grandes especialistas en la obra de Weinberg: Mirga Gražinytè-Tyla, directora musical lituana de enorme prestigio internacional, que lleva años interpretando y grabando sus partituras sinfónicas, y David Pountney, que estudió hondamente la vida y obra del compositor polaco para dirigir la primera producción escénica de La pasajera, estrenada en el Festival de Bregenz en 2010 y que llega ahora al Teatro Real.

Cantada en siete idiomas, narra la coincidencia, en un transatlántico rumbo a Brasil, de dos mujeres que intentan escapar de su pasado común en Auschwitz: una fue carcelera al servicio de las SS, la otra, una judía prisionera que logró salvarse. Tanto la escritora Sofía Posmysz (1923-2022), autora de la novela homónima en que se basa la ópera, como el compositor Mieczysław Weinberg han vivido el terror del holocausto en sendos campos de concentración y han sentido la necesidad de contarlo, lo que imprime a la ópera una emoción espeluznante.

El equipo artístico e intérpretes de la producción, con 16 distintas nacionalidades, dará vida a este drama descorazonador, con un reparto coral encabezado por la soprano Amanda Majeski (Marta) y la mezzosoprano Daveda Karanas (Lisa), que nos llevarán a uno de los periodos más terroríficos de la historia de la humanidad y al interior de nosotros mismos, con la esperanza de que la ópera de Weinberg nos recuerde las vidas truncadas de tantos inocentes que han conservado la dignidad, la esperanza y la capacidad de amar en las condiciones más extremas.

 

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