El gaditano Pablo Pérez, de 27 años, firma su música con el enigmático nombre caracazador –todo en minúscula, por favor–. Defensor ferviente del DIY, publicó su primer álbum, Marea y plata, en 2020. Después llegarían dos singles conjuntos con el que era su pareja entonces, el también artista gervalesi.
Se puede decir que su carrera dio un vuelvo cuando conoció a Zahara en un curso de composición que ella daba en La Casamurada. El flechazo emocional y artístico fue inmediato, hasta el punto de que la autora de Puta le firmó para su sello G.O.O.Z. Aquel encuentro le sirvió al prometedor artista LGTBIQ+ para titular el single con el que inició una nueva etapa, CASAMURADA –todo en mayúsculas, por favor–, que sirvió como primer adelanto de su álbum República.
Recuperamos la entrevista que le hicimos hace unos meses, cuando comenzó a publicar los singles que han anticipado este disco tan especial de uno de los artistas pop LGTBIQ+ más prometedores y especiales de nuestra escena.
SHANGAY ⇒ ¿Dirías que este año lo has empezado muy bien?
CARACAZADOR ⇒ Creo que sí. Procuro tomármelo todo con normalidad. Después de lanzar CASAMURADA todo el mundo me preguntaba qué tal lo llevaba, porque fue muy bien recibido… Pues bien, con mi día a día habitual. Cuando eres un artista emergente (o, en mi caso, sumergido), cualquier cosa que venga de fuera la recibo con mucho agradecimiento. Que gente que no tiene nada que ver con el círculo de Zahara, ni con el mío, me haya dicho que le encanta la canción, incluso lo que he sacado anteriormente, me ha parecido maravilloso.
«En España, para mí la diva máxima ha sido siempre Zahara»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas ser el «niño bonito» de Zahara?
CARACAZADOR ⇒ También con mucha normalidad, que me parece que es una palabra que voy a repetir mucho [risas]. Porque no me considero su niño bonito, aunque entiendo que se me llame así, o se me presente como «el apadrinado de Zahara». Está bien, me gusta, pero eso implica que ella me ha escogido a mí, y no ha sido tan así. La nuestra es una relación de amistad muy bonita, y además me propuso ficharme para su sello y que trabajáramos juntos, algo que a los dos nos apetecía mucho. Es una relación bidireccional en la que ella no quiere tener una posición por encima de mí, para nada.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué conectasteis tan bien?
CARACAZADOR ⇒ Porque es una mujer, y a mí me encanta idolatrarlas [risas]. También porque hablamos el mismo idioma a la hora de crear música. Y porque desde el principio me pareció que la conocía de toda la vida y que, a la vez, era alguien por descubrir.
SHANGAY ⇒ ¿A qué otras mujeres idolatras?
CARACAZADOR ⇒ ¿A qué mujer no idolatro? En la música me gustan mucho Björk, Hiraku Utada, Caroline Polacheck, Arca… En España, para mí la diva máxima ha sido siempre Zahara. Incluso las personas LGTBIQ+ que he admirado siempre han sido mujeres.
SHANGAY ⇒ Siempre has llevado tu visibilidad LGTBIQ+ con mucha naturalidad, ¿verdad?
CARACAZADOR ⇒ Mi reivindicación como persona gay comienza en el momento en que sé quién soy y lo que soy. Cuando llegaba junio ponía posts e iba a las manifestaciones del Orgullo, más aún cuando me vine a Madrid. Hablo desde una posición muy privilegiada, porque desde pequeño estuve en un grupo de amigos en donde todos éramos bolleras y maricones. Mis padres no se sorprendieron en absoluto cuando se lo conté; no fue un «os pido permiso», sino que quise compartirlo con ellos. Y cuando en una letra hablo en masculino lo hago sin siquiera planteármelo. Si no reivindico nada es porque aún estoy aprendiendo.
SHANGAY ⇒ ¿Y qué estás aprendiendo?
CARACAZADOR ⇒ Sobre todo cosas relacionadas con el género. En los últimos años me he dado cuenta de que soy menos hombre de lo que creo, y más maricón. Estoy aprendiendo qué versión de mí mismo quiero ser. Existe algo más allá de la dualidad propia del binarismo, por así decirlo, pero no sé si me identifico con el no binarismo. Soy mariquita, estoy ahí, y más que intentar parecerme a algo o alguien, es lo que soy. Eso no me asusta, al contrario, me apetece seguir descubriendo qué soy y qué puedo ser. Ser homosexual condiciona constantemente mi persona, mi mente, y también cómo me manejo en el día a día, en el trabajo y en lo artístico.
«Soy maricón, y me apetece seguir descubriendo qué puedo ser, no me asusta»
SHANGAY ⇒ Cuando miras atrás, ¿te reconoces en tu primer álbum?
CARACAZADOR ⇒ Sí, sí. Me gusta mucho lo que hice. No tenía ni idea de nada, y me daba inseguridad, por supuesto, pero es una sensación que no me desagrada en absoluto. Veo en él cosas esperpénticas, claro que sí, pero también las hay estupendas. Plasmé lo que sabía, y tiene mucho sentido. Los medios eran lo de menos, porque se puede hacer música de mi formas. A nivel artístico, me encanta.
SHANGAY ⇒ ¿Llevas bien ser un autodidacta total?
CARACAZADOR ⇒ Sí. No soporto ver tutoriales, tengo muy poca paciencia para ellos, me da igual lo que me cuenten. Prefiero dar cuarenta vueltas y aprender las cosas yo solo. Es cierto que alguna vez que me los he puesto enteros me han ayudado mucho, pero me da igual [risas]. Para aprender es importante tener una curiosidad constante, y así voy desbloqueando herramientas con las que crear mis canciones.
SHANGAY ⇒ ¿Lo grabaste con una ambición concreta?
CARACAZADOR ⇒ Con una ambición natural. No estaba puesto en el funcionamiento de la industria musical, no sabía si quería formar parte de ella. Lo único que quería era sacar un disco con un concepto, en un momento en que la gente solo sacaba singles y EPs. Algo que respeto y me encanta, pero yo quería hacer otra cosa. Y esa ambición que tenía la alcancé.
SHANGAY ⇒ ¿Qué ambición proyectas de aquí a unos meses?
CARACAZADOR ⇒ La misma. Solo que en el anterior disco estaba aprendiendo a qué quería sonar caracazador, y en el próximo tengo algo que contar. Me alegraría que la gente se tomara un momento cuando salga para escucharlo, entenderlo y hacerlo suyo, de una manera orgánica y bonita.
SHANGAY ⇒ Hay un toque costumbrista en tu música muy interesante, muy tuyo…
CARACAZADOR ⇒ Antes escribía sobre cosas mucho más abiertas, utilizaba una poesía mucho más explotada. Por ejemplo, me encantaba mencionar el mar y otros elementos naturales que son bellos de por sí, que se han utilizado mucho como parte de una iconografía romántica. En este caso he querido bajar a lo terrenal. No quería utilizar palabras bonitas que no dijeran nada, sino hablar desde la belleza de la verdad.
SHANGAY ⇒ ¿Qué significa Falla para ti?
CARACAZADOR ⇒ Lo he titulado en referencia al Gran Teatro Falla. Conecta con ese mundo más onírico de mi anterior disco. No es una canción folclórica, porque yo no soy eso, pero tiene elementos tradicionales propios de Cádiz, que de por sí es una ciudad tan increíblemente tradicional como maravillosa. Por eso quise que Jesús [Pascual] firmara el videoclip. La canción encaja muy bien en este nuevo proyecto porque, al final, todo lo que estoy contando en él es una relación de pareja. Este es un capítulo más.
SHANGAY ⇒ ¿Va a ser un álbum autobiográfico entonces?
CARACAZADOR ⇒ Sí. Hablo desde mi verdad y mi realidad. De una relación pasada que nunca ha dejado de estar presente en mi vida [risas]. Por eso es algo muy actual para mí, porque no sé muy bien en qué punto estamos. Está siendo un disco difícil de grabar, pero un proceso muy bonito. No será un disco pop de desamor, sino de amor, y me gusta que sea así.